Amistad escandalosa
Alarma jesuita ante la publicaci¨®n de las cartas entre el te¨®logo Rahner y una escritora
"Pececito, no comas demasiado; si no, engordas y dejas de gustarme". Firmado: "Tu cari?ito". La escritora alemana Luise Rinser, al publicar estas y otras cartas semejantes a Karl Rahner, uno de los te¨®logos jesuitas m¨¢s importantes de este siglo, no pod¨ªa por menos de suscitar un cierto esc¨¢ndalo. Ya el t¨ªtulo del libro, que se publicar¨¢ uno de estos d¨ªas en Alemania, Cartas de una amistad (editorial Kloesel, M¨²nich), hace suponer que la publicaci¨®n no tendr¨ªa la aprobaci¨®n de la Compa?¨ªa de Jes¨²s.Desde el primer momento, los jesuitas prohibieron a la escritora que publicara en su libro ni siquiera una frase de Rahner, a la vez que realizaban una severa protesta por la decisi¨®n del editor de sacar a la luz unas cartas tan ¨ªntimas.
Despu¨¦s de lo de mi calamarcito, tan de moda durante un esc¨¢ndalo regio en el Reino Unido, he aqu¨ª que el mundo marino, con este pececito, fascina nuevamente entre los amores prohibidos, ya sean plat¨®nicos o no. "Es de un mal gusto terrible", comenta el diario Sueddeutsche Z¨¦itung. "Luise Rinser ha querido publicar a toda costa la parte suya de la correspondencia: ha violado lo que ciertas personas denominan tab¨² y que nosotros definimos como decencia".
Luise Rinser escrib¨ªa a su "te¨®logo astronauta", prisionero del celibato: "Me asusta que t¨² me ames con esa pasi¨®n". Y despu¨¦s lo consolaba: "As¨ª est¨¢ decidido, que t¨² bebas del c¨¢liz del dolor humano". Y a¨²n m¨¢s: "A partir del momento en que has conocido tanto el amor como el dolor, has logrado ser mucho m¨¢s grande". Las 480 p¨¢ginas de cartas de la conocida escritora al todav¨ªa m¨¢s conocido te¨®logo hablan de religi¨®n y teolog¨ªa, pero impresionan sobre todo por una intimidad que supera los l¨ªmites de la castidad.
?Ser¨¢ que, Luise Rinser, escritora, pol¨ªtica comprometida con Los Verdes alemanes, cat¨®lica, que vive en Italia desde hace a?os, ha decidido provocar un esc¨¢ndalo a la respetable edad de 83 a?os?
En cualquier caso, las 1.800 cartas que Rahner le escribi¨® hace aproximadamente 30 a?os, cuando era profesor de Dogm¨¢tica en Innsbruck, seguir¨¢n siendo tab¨². "Karl Rahner", ha afirmado el padre Joerg Dantscher, jesuita de M¨²nich, "declar¨® m¨¢s de una vez a sus hermanos correligionarios que no quer¨ªa en absoluto que se publicaran sus cartas. ?l estaba en contra de su publicaci¨®n porque el car¨¢cter privado de las cartas se presta a malentendidos".
Sin embargo, los jesuitas han puesto especial empe?o en precisar la introducci¨®n que la escritora hace de su libro, ya que puede dar la impresi¨®n de que la Compa?¨ªa quiere impedir la publicaci¨®n de las cartas del te¨®logo contra la verdadera intenci¨®n del te¨®logo Rahner.
El c¨¦lebre te¨®logo escribe a su interlocutora epistolar que quiere compartir una casa en el cielo con su cari?ito. El cari?ito, que por aquel entonces ya ten¨ªa 50 a?os, no pierde la ocasi¨®n para contar a su pececito que un jovenzuelo de 23 a?os le lleva siempre flores.
Pero el celibato no es el ¨²nico obst¨¢culo entre ellos. Existe incluso una segunda pasi¨®n de Luise Rinser: un monje benedictino de Baviera. Luise recuerda la primera cena junto con Karl Rahner, en el restaurante El Oso Gris, de Innsbruck: "Yo, muchachita, pensaba: '?qu¨¦ har¨ªa ahora si apoyara mi mano en la suya? Pero, como es natural, no lo hice. Para compensar todos esos a?os he escuchado sus palabras, que eran como una tierna cascada".
El portavoz de la Compa?¨ªa de Jes¨²s, padre De Vera, precis¨® que la escritora hab¨ªa hecho saber desde hace varios a?os a los jesuitas alemanes que quer¨ªa publicar las cartas de Rahner, que, seg¨²n sus datos, son en gran parte de car¨¢cter filos¨®fico y religioso, informa Efe. De Vera a?adi¨® que la escritora no tiene "malas intenciones" hacia el te¨®logo Rahner, ya que "lo recuerda todav¨ªa con gratitud"
"Como orden", explica en un comunicado oficial la Compa?¨ªa de Jes¨²s, "hemos tenido siempre un gran respeto por la discreci¨®n, consider¨¢ndola un bien precioso y, por tanto, no hay discusi¨®n sobre el hecho de respetar la voluntad del padre Rahner".
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