Los nacionalismos son la nueva religi¨®n civil, seg¨²n los estudiosos
Un seminario de la UIMP analiza las relaciones entre religi¨®n y pol¨ªtica
Su dios supremo es la patria y ante ella profesan su devoci¨®n. Sus santos son laicos, pol¨ªticos con m¨¢s o menos carisma. Y su biblia se escribe, en muchas ocasiones, en el d¨ªa a d¨ªa. Son los nacionalismos, que vuelven a emerger en este final de siglo. Y constituyen una religi¨®n civil y p¨²blica, mundana y no trascendental. As¨ª los han definido los especialistas durante el seminario Religi¨®n y pol¨ªtica en el mundo contempor¨¢neo, que acaba de celebrarse en la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo de Santander.
"La tentaci¨®n del repliegue sobre una identidad secular de car¨¢cter nacional o religiosa", explic¨® Javier Valenzuela, director adjunto de EL PA?S, "es la otra cara del rostro de Jano de la modernidad". "Para los indidividuos y colectivos m¨¢s d¨¦biles", a?adi¨®, "la modernidad nacida del pensamiento del Siglo de las Luces y las revoluciones cient¨ªficas y tecnol¨®gicas no se traduce tanto en libertad y prosperidad, como en inseguridad, angustia, falta de solidaridad, p¨¦rdida de las referencias tradicionales. Ello les lleva a buscar refugio en valores como la patria o la fe y adherirse a los integrismos nacionalistas o religiosos".El soci¨®logo Salvador Giner se concentr¨® en el an¨¢lisis de los integrismos nacionalistas. "Los nacionalismos se han convertido en una religi¨®n civil p¨²blica, con la patria como altar", sentenci¨® el director del Instituto de Estudios Sociales Avanzados del Centro Superior de Investigaciones Cient¨ªficas en Barcelona.
La sentencia de Giner tuvo su propia bendici¨®n doctrinal cat¨®lica en el marco del seminario. Fue el obispo de San Sebasti¨¢n, Jos¨¦ Mar¨ªa Seti¨¦n, quien la esboz¨® en su ponencia Nacionalismo y religi¨®n en el Pa¨ªs Vasco. Para justificar su solidaridad de cat¨®lico con los nacionalismos, el prelado ech¨® mano de la enc¨ªclica Pacem in Terris (Juan XXIII, 1963) y su cap¨ªtulo dedicado a las minor¨ªas ¨¦tnicas. "La ¨¦tica", cit¨®, "debe decir algo en relaci¨®n con la afirmaci¨®n de la vitalidad y el desarrollo de las minor¨ªas y, en particular, en lo tocante a su lengua, cultura, tradiciones, recursos e iniciativas econ¨®micas. Cuanto se haga por reprimirlas viola gravemente los deberes de la justicia".
Estad¨ªstica episcopal
Con una larga cambiada, Seti¨¦n se sac¨® de encima una pregunta de Salvador Giner sobre la posible existencia de una oposici¨®n entre el universalismo de la Iglesia y los nacionalismos pol¨ªticos. El prelado defendi¨® a los nacionalismos y reiter¨® que no todos son violentos. Incluso ech¨® mano de estad¨ªsticas de la Conferencia Episcopal Espa?ola para desvincular a los cat¨®licos nacionalistas del terrorismo de ETA.As¨ª, dijo, con datos de abril de 1994, Herri Batasuna, brazo pol¨ªtico de ETA, no tiene fieles entre sus electores. Ning¨²n votante de HB, afirm¨®, es "muy buen cat¨®lico"; alguno desperdigado se considera "cat¨®lico practicante" (1,9%); unos pocos m¨¢s son "no muy practicantes" (6,2%), y casi la mitad "no practican" (44,9%). Los agn¨®sticos y ateos del electorado de HB representan el 34%.
Los devotos, de acuerdo con las estad¨ªsticas manejadas por Seti¨¦n, est¨¢n con el PNV, "los nacionalistas de la no violencia". As¨ª, el partido de Xabier Arzalluz, tiene s¨®lo un 1,8% de electores que se consideran ateos o agn¨®sticos, frente al 32,9% de cat¨®licos practicantes y al 39,61% de aquellos que siendo cat¨®licos no van a misa.
Sentadas estas bases estad¨ªsticas, Seti¨¦n indic¨® que los cat¨®licos vascos no est¨¢n con la violencia del nacionalismo radical. Y es que el debate, se situ¨® en muchos momentos en el vidrioso terreno que vincula la religiosidad cat¨®lica a la violencia terrorista de los nacionalismos. "No encuentro explicaci¨®n al hecho de que en Irlanda y en el Pa¨ªs Vasco, que constituyen sociedades de ra¨ªces cat¨®licas, anide el terrorismo. Desde luego no es la religi¨®n y como prueba ah¨ª tienen las estad¨ªsticas", zanj¨®.
Sea como fuere, tanto Giner y Valenzuela como Jos¨¦ Casanova, profesor de la New School for Social Research de Nueva York, coincidieron en se?alar que las relaciones entre nacionalismo y religi¨®n son tan reales como complejas. En ocasiones, como en el caso de los irlandeses y los polacos, el nacionalismo se identifica con una religi¨®n tradicional, subray¨® Casanova. En otros, como el de la Turqu¨ªa de Atat¨¹rk, el Egipto de Nasser o el Ir¨¢n de la dinast¨ªa Palilevi, el nacionalismo se constituye como una nueva religi¨®n civil superadora de la fe religiosa tradicional, a?adi¨® Valenzuela.
El periodista y autor de El partido de Dios afirm¨® que el actual integrismo musulm¨¢n se ha construido "sobre las ruinas y contra los nacionalismos ¨¢rabe, turco o persa". "Las ¨¦lites occidentalizadas que conquistaron las independencias", explic¨®, "intentaron construir por m¨¦todos totalitarios Estados nacionales m¨¢s o menos basa dos en los modelos europeos liberal o marxista. No dieron ni democracia ni progreso mate rial a las masas musulmanas e hirieron su sensibilidad cultural y religiosa. Los integristas propugnan ahora el abandono de esos nacionalismos laicos y el regreso a esa edad de oro en que los musulmanes de todo el mundo formaban un ¨²nico Estado teocr¨¢tico".
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