Cuerno de rinoceronte
Carvalho tiene un nuevo caso: buscar a Rold¨¢n. Un relato negro que EL PA?S publicar¨¢ de lunes a s¨¢bado, durante el mes de agosto
J. L. M. ten¨ªa 30 kilos de m¨¢s; P. N. F., de menos; en cambio, L. F. G. resum¨ªa el peso justo, y por eso era el portavoz del tr¨ªo. Tendi¨® a Carvalho un recorte de diario extra¨ªdo de una carpeta de cuero que exhib¨ªa el repujado de dos escopetas cruzadas. All¨ª estaban los tres, J. L. M., P. N. F. y L. F. G., junto a P. C. B., M. D. F., L. G. T. Hasta 20 nombres figurantes en una supuesta lista de beneficiarios de supuestas fugas de divisas del supuesto ex director general de la supuesta Guardia Civil, el supuesto Luis Rold¨¢n.-Ustedes deben ser muy ricos, de lo contrario no les permitir¨ªan las iniciales ni les regalar¨ªan tantos supuestos.
-Hemos trabajado como mulos -replic¨® apasionadamente J. L. M., pero el portavoz le hizo callar con la mirada y busc¨® en Carvalho la complicidad entre personas que jam¨¢s presumir¨ªan de trabajar como mulos.
-En efecto, somos muy ricos, se?or Carvalho.
-?Pues ya empezamos bien, me cago en diez ... !
J. L. M. no parec¨ªa de acuerdo con la extra?a oferta de confraternizaci¨®n de su portavoz.
-Somos muy ricos, pero podemos dejar de serlo, y todo por una tonter¨ªa. Rold¨¢n nos enga?¨®.
-?Nos rode¨®!
El portavoz consider¨®,que si segu¨ªa el juego de J. L. M. tal vez consiguiera silenciarle.
-Muy bien dicho. Es la expresi¨®n justa, aunque a usted pueda sorprenderle. Nosotros formamos parte de un club de cazadores, y el sue?o de nuestra vida ha sido la caza mayor, pero con el utillaje y el atrezo de los grandes cazadores de la historia.
-Guillermo Tell, ?Hemingway!, ?Franco!
-Conocimos a Rold¨¢n cuando era concejal socialista de Zaragoza, y era una delicia de hombre, siempre empe?ado en demostrarnos que cre¨ªa en la propiedad privada. Se hab¨ªa hecho a s¨ª mismo como controlador del trabajo de sus compa?eros, y eso ense?a mucho, educa en la verdad de la condici¨®n humana y de la relaci¨®n entre el trabajo y el capital. Ven¨ªa de vez en cuando a nuestras cacer¨ªas. Era un hombre franco cuando se encontraba a gusto y re¨ªa sin sentirse acomplejado por los dientes de oro. Le recuerdo cuando hac¨ªa chistes sobre el comunismo:
"?Sab¨¦is lo que piensan los comunistas?: Todo lo m¨ªo para m¨ª, y lo de los dem¨¢s, a repartir". Cuando le nombraron delegado del Gobierno en Navarra, un d¨ªa nos invit¨® a un almuerzo en Pamplona, concretamente en Hartza; por cierto, ?ha comido usted en Hartza? Si va, no deje de probar la merluza rellena de almejas o la perdiz en salsa.
-Demasiadas historias. Donde se pongan unas buenas perdices rellenas de sus menudillos y con migas como hace...
El portavoz estall¨®.
-Me cago en los muertos... ?Hablas t¨² o hablo yo?
Call¨®se el gordo, no sin antes dirigir un gesto de resignaci¨®n ofendida al delgado P. N. F., que permanec¨ªa en silencio, aunque sus ojos peque?os, pero siempre le hab¨ªan dicho que incisivos, no hab¨ªan perdido un detalle de las miserias del despacho de Carvalho, ni del espionaje de Biscuter, semioculto detr¨¢s de la cortina que abr¨ªa camino a sus aposentos personales: la cocinilla, el retrete y un peque?o espacio para una cama turca que el propio Biscuter iba renovando de vez en cuando gracias a los contenedores. Carvalho se?al¨® con un dedo al portavoz.
-Abrevie. S¨®lo me quedan 20 a?os de vida, y presiento que 10 en p¨¦simas condiciones.
En resumen. Queremos que encuentre a Rold¨¢n antes de que la Guardia Civil o el Cesid o cualquier comistrajo de esos d¨¦ con ¨¦l y le obligue a cantar qui¨¦nes nos escondemos detr¨¢s de las iniciales.
-?Por qu¨¦ le entregaron su dinero?
-Nos dijo que quer¨ªa comprarnos una reserva de caza en Kenia, y picamos. Era el sue?o de toda una vida.
?Qu¨¦ sue?o ni qu¨¦ leches, Lisandro ... ? ?Y los cuernos de rinoceronte que prometi¨®?
El silencioso o silenciado P. N. F. hab¨ªa decidido expresarse. Lisandro se hab¨ªa congestionado, como si el desliz le hubiera dejado desnudo ante los reflectores de los ojos de Carvalho. El hombre delgado y hasta ahora mudo interpret¨® mal el desconcierto del intelectual org¨¢nico del grupo y resumi¨®:
-Soy de Zaragoza. No hace falta a?adir nada m¨¢s. No tengo pelos en la lengua. Queremos a Rold¨¢n... ?ni vivo ni muerto!
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