La oposici¨®n dominicana pide calma tras la proclamaci¨®n del triunfo de Balaguer
ENVIADA ESPECIALUna atm¨®sfera es se ha adue?ado de la Rep¨²blica Dominicana despu¨¦s de que la Junta Central Electoral declarara el martes a Joaqu¨ªn Balaguer, de 87 a?os y actual presidente del pa¨ªs, ganador de las pol¨¦micas elecciones celebradas el pasado 16 de mayo. La junta se ha aferrado a los 22.000 votos que, seg¨²n c¨®mputos oficiales, separan a Balaguer del socialdem¨®crata Jos¨¦ Francisco Pe?a, dando as¨ª carpetazo a las numerosas denuncias de irregularidades. Pe?a ha pedido calma a sus seguidores, pero los primeros brotes de violencia han provocado ya un muerto. Estados Unidos ha pedido con contundencia la repetici¨®n de los comicios.
Corr¨ªan las cuatro de la tarde del martes (10. 00 de la noche en Espa?a) cuando asom¨® la fumata negra encarnada en los cinco magistrados electorales. El pa¨ªs esperaba este momento desde hac¨ªa dos meses y 16 d¨ªas. A esa hora, Manuel Garc¨ªa Lizardo, presidente de la junta, abri¨® la puerta de la jefatura del Estado a Balaguer, que se encamina, ciego y con sus facultades f¨ªsicas mermadas, aunque perfectamente l¨²cido, hacia su sexto mandato.En su primera declaraci¨®n tras el anuncio de su triunfo, Balaguer defendi¨® anoche el "patriotismo y entereza" de los integrantes de la junta y a?adi¨®: "Pido la satisfacci¨®n de todos mis compatriotas por este paso de avance que ha dado el pa¨ªs en defensa de la soberan¨ªa y del futuro democr¨¢tico".
S¨®lo uno de los jueces estamp¨® su firma "bajo reserva", por considerar que las irregularidades detectadas motivaban una "impugnaci¨®n general" de las elecciones.
La junta ha resuelto as¨ª las denuncias que se fueron amontonando en su mesa y que obligaron a la suspensi¨®n inicial del c¨®mputo. Exactamente 22.281 votos son, seg¨²n los magistrados, los que separan a Balaguer, l¨ªder del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), de Pe?a, del Partido Revolucionario Dominicano (PRD).
Este estrecho margen no hace sino complicar a¨²n m¨¢s la situaci¨®n, dado que queda incluso por debajo del n¨²mero comprobado de "afectados" por las irregularidades: entre 28.000 y 45.000 electores que, seg¨²n la llamada Comisi¨®n de Verificaci¨®n, un comit¨¦ independiente aceptado por todos los partidos, no pudieron ejercer su derecho al voto. Esta misma comisi¨®n, que emiti¨® su dictamen a mediados de julio, ratific¨® la duplicidad de padrones electorales y la existencia de una media de 20 suplantaciones de votantes en las 1.468 mesas que revisaron.
La magnitud de las irregularidades llev¨® a algunas juntas electorales locales a anular los comicios. Tales fueron los casos del Distrito Nacional (¨¢rea capitalina), que concentra el 30% del voto, y de los municipios de Comendador y San Jos¨¦ de las Matas.
La Junta Electoral Central, sin embargo, es quien por ley tiene la ¨²ltima palabra. Su resoluci¨®n cierra aparentemente un cap¨ªtulo, pero abre otro m¨¢s grave: el de la incertidumbre pol¨ªtica.
El PRD, que en todo este tiempo no ha dejado de denunciar "un fraude colosal", reiter¨® ayer que nunca reconocer¨ªa el triunfo de Balaguer en estas circunstancias. Momentos despu¨¦s de conocerse el fallo, Pe?a se dirigi¨® al pa¨ªs por radio. "No es ninguna sorpresa, todo estaba muy tramado", dijo. La c¨²pula del partido se encerr¨® ayer para estudiar la situaci¨®n, aunque algunos miembros han adelantado que seguir¨¢n luchando en el Congreso Nacional, que debe proclamar oficialmente a Balaguer en los pr¨®ximos d¨ªas, y en los tribunales. "La crisis s¨®lo se resolver¨¢ con nuevas elecciones y con una junta electoral nueva y decente", tron¨® ayer el secretario general, Hatuey de Camps.
La primera reacci¨®n internacional lleg¨® desde Washington. Y no pudo ser m¨¢s contundente. El portavoz del Departamento de Estado, Michael McCurry, expres¨® sin recato que su Gobierno lamentaba el fallo del tribunal: "EE UU opina que se deben celebrar nuevas elecciones y exhorta a las autoridades dominicanas a que den los pasos necesarios en ese sentido".
El acceso de Balaguer a la presidencia en estas circunstancias, seg¨²n el Gobierno estadounidense, no facilitar¨¢ precisamente la fluidez de las relaciones entre ambos pa¨ªses. La dura reacci¨®n de EE UU es sorprendente si se tiene en cuenta que la crisis que vive el vecino Hait¨ª obliga a una estrecha colaboraci¨®n de Washington con el Gobierno dominicano.
El tortuoso proceso iniciado el 16 de mayo no parece tener fin. Los primeros incidentes violentos se produjeron nada m¨¢s conocerse el fallo. En el campus de la Universidad Aut¨®noma de Santo Domingo los manifestantes se enfrenta ron a pedradas con la polic¨ªa, mientras en algunos barrios de la capital los vecinos quemaban neum¨¢ticos.
En la sede del PRD, unos disparos, supuestamente efectuados por la polic¨ªa, dispersaban a centenares de personas que se hab¨ªan concentrado en un ambiente de crispaci¨®n. Momentos antes, la multitud hab¨ªa golpeado a un polic¨ªa de paisano que fue descubierto en los locales del partido. Al terminar la jornada, una persona hab¨ªa muerto y otra estaba herida de consideraci¨®n.
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