El n¨²mero uno... y pico
Luis Miguel Domingu¨ªn cumple el 50? aniversario de su alternativa
El 2 de agosto de 1944 tomaba la alternativa Luis Miguel Domingu¨ªn en la plaza de La Coru?a, de manos de Domingo Ortega, que le cedi¨® el toro Cuenco, de la ganader¨ªa de Samuel hermanos, en presencia de Domingo Domingu¨ªn. Contaba entonces el toricantano 17 a?os, y en realidad ya era matador de toros desde los 15, pues el propio Domingo Ortega le hab¨ªa dado el a?o 1941 en Bogot¨¢ (Colombia) una alternativa que vali¨® para las plazas americanas, aunque no para las espa?olas. Ortega aventur¨® entonces un curioso consejo a quien a?os m¨¢s tarde se autoproclamar¨ªa n¨²mero uno del toreo y los aficionados lo matizar¨ªan como numero uno... y pico: "Ded¨ªcate a otra cosa, chaval; no sirves para esto". Evidentemente el maestro de Borox se equivoc¨® de plano: el chaval fue figura indiscutible y mand¨® en el toreo hasta su retirada el a?o 1973.Hijo menor de Domingo Domingu¨ªn, hermano de Domingo y Pepe Domingu¨ªn que tambi¨¦n fueron toreros destacados, Luis Miguel se caracteriz¨® por su conocimiento de las suertes de capa, banderillas, muleta y estoque, y estas excepcionales condiciones para el toreo las fue desarrollando hasta su retirada.
Los aficionados le calificaron de torero largo, y se refer¨ªan no tanto a su constituci¨®n apol¨ªnea -muy llamativa en aquellos tiempos en que se dec¨ªa de los espa?oles que eran bajitos, morenos, peludos y con cara de mala leche- como a su sentido lidiador, que ejerc¨ªa con seguridad y dominio.
Sus actuaciones en la madrile?a plaza de Las Ventas transcurrieron siempre entre el triunfo apote¨®sico y la pol¨¦mica. Debut¨® de novillero en dicho coso en septiembre de 1943, le confirm¨® la alternativa Manolete la temporada siguiente, y a partir de entonces sus actuaciones estuvieron rodeadas de gran expectaci¨®n, que se acrecent¨® cuando cuestion¨® p¨²blicamente la posici¨®n hegem¨®nica de Manolete en la fiesta. Obviamente, los festejos en que participaron a partir de entonces ambos diestros pose¨ªan este inter¨¦s a?adido de la competencia sin cuartel, incluida aquella tarde aciaga de Linares en la que Islero mat¨® a Manolete de una cornada.
La impresi¨®n de la tragedia y la demagogia desatada provocaron que parte del p¨²blico acusara injustamente a Luis Miguel Domingu¨ªn de esta muerte. Y no por ello se arredr¨®. Antes al contrario, su fuerte personalidad y su temperamento combativo le llevaron a continuar en el centro de todas las pol¨¦micas. El a?o 1949 se proclam¨® el n¨²mero uno, y esta inesperada arrogancia entusiasm¨® a sus partidarios tanto cuanto indign¨® a gran n¨²mero de aficionados, que no se lo perdonaron jam¨¢s.
Poco despu¨¦s, toreando en la plaza de Carabanchel (Madrid), Luis Miguel hizo bajar al picador del caballo, se subi¨® ¨¦l y pic¨® al, toro de acuerdo con las reglas del arte. La pol¨¦mica respecto a su personalidad resurgi¨® en aquel mismo instante, y los aficionados aprovecharon para denominarle, no sin malicia, "El n¨²mero uno... y pico".
La extempor¨¢nea ocurrencia de Luis Miguel caus¨® sensaci¨®n y al d¨ªa siguiente fue primera en todos los peri¨®dicos. No le ven¨ªa de nuevas, sin embargo: su vida social, en la que entraban su amistad con personalidades de la vida pol¨ªtica, econ¨®mica e intelectual, y con las m¨¢s bellas estrellas de cine -entre otras Luc¨ªa Bos¨¦, con quien despos¨®- lo convert¨ªan en noticia diaria.
Esta intensa trayectoria la llev¨® a cabo Luis Miguel Domingu¨ªn no sin sacrificios, que inclu¨ªan cornadas muy serias, algunas de las cuales le impidieron ser el n¨²mero uno real en cuanto a cifra de actuaciones, puesto que alcanz¨® varias temporadas, pues siempre mantuvo el m¨¢ximo cartel hasta su despedida del toreo. Desde entonces se dedica a los negocios y a sus 68 a?os de edad vive retirado del mundanal ruido. Mas el silencio no contradice la popularidad y sigue siendo el torero de mayor fama entre cuantos haya habido en esta ¨²ltima mitad de siglo.
Babelia
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