La madre natural de la ni?a fugada prefiere la clandestinidad antes que devolverla a su casa
La famiLia adoptiva asegura que en dos a?os no supieron nada de la progenitora de la peque?a
"Llevo 10 a?os intentando recuperar a mi hija y no voy a dejarla marchar". As¨ª de tajante se mostr¨® ayer Elisa A., de 38 a?os, madre biol¨®gica de Ver¨®nica, la adolescente de 13 a?os que escap¨® de la casa de sus padres adoptivos en Valdepe?as hace 10 d¨ªas para reunirse con ella y su hermano natural en Madrid.Los tres siguen juntos, a pesar de que la madre tiene una orden de detenci¨®n, dictada por el titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero dos de Valdepe?as, Adolfo Carretero, "por desobediencia a la autoridad judicial y complicidad en la fuga de un menor".
Esta mujer asegura que ella, su t¨ªa y su marido, del que est¨¢ separada, reclamaron a la ni?a antes de que esta fuera dada en adopci¨®n en 1987 a la familia que a estuvo cuidando durante dos a?os. Pero el Tribunal Tutelar de Menores de Ciudad Real desestim¨® sus peticiones.
Despu¨¦s que la adopci¨®n se formalizara, Elisa y su familia no la volvieron a recurrir. "?Qui¨¦n me iba a hacer caso?", pregunta. "Eso s¨ª, yo llamaba en su cumplea?os y otras muchas veces, pero no me dejaban hablar con ella", afirma. Elisa quiere dar la vuelta al expediente de adopci¨®n y ser ella la que tenga a la ni?a, en lugar de la familia que tiene su tutela legal. "Eso s¨ª, les permitir¨ªa verla, porque se que ella les tiene aprecio", asegura. El derecho de reclamaci¨®n por la adopci¨®n de la ni?a, que ella tacha de "ilegal", prescribi¨® en junio de 1989, seg¨²n una carta informativa de su abogado. PASA A LA P?GINA 3
"Hui por la fuerza de la sangre"
VIENE DE LA P?GINA 1Ver¨®nica, la adolescente que decidi¨® dejar a su familia adoptiva y huir junto a su madre y su hermano biol¨®gico, dice que obedeci¨® a "la fuerza de la sangre".
Ella asegura que ya los hab¨ªa visto antes, en el Tribunal Tutelar de Ciudad Real. "Pero no sab¨ªa qui¨¦nes eran", afirma. Hasta hace 13 meses. Lo recuerda muy bien.
Alguien en el pueblo le pregunt¨® a ver si su madre iba mucho a visitarla.
"Empec¨¦ a unir unas cosas con otras, porque a veces hab¨ªa una se?ora que llamaba y, cuando cog¨ªa yo el tel¨¦fono me dec¨ªa que era mi madre y no le dejaban hablar conmigo", afirma.
En enero comenz¨® a verse con su hermano natural. Ella misma lo hab¨ªa solicitado al enterarse de su existencia. Ah¨ª comenz¨® una fuerte relaci¨®n entre ellos, con numerosas y largas llamadas telef¨®nicas y unas cuantas cartas manuscritas.
David, el hermano, de 17, a?os de edad, asegura que ¨¦l s¨ª segu¨ªa los pasos d¨¦ Ver¨®nica. "Cuando la adoptaron yo ten¨ªa siete a?os y, la ech¨¦ en falta, estaba desesperado, quer¨ªa ir yo mismo a buscarla, siempre he conocido el problema y he visto c¨®mo sufr¨ªa mi madre", a?ade David.
"Tr¨¢mites legales"
Paula, hermana adoptiva de la ni?a, asegura que los tr¨¢mites para obtener su tutela se hicieron de forma legal. "El juez tiene todos los papeles y ha ordenado la busca y captura de esa mujer; eso significa algo". "En tres a?os no dio se?ales de vida, y despu¨¦s, un d¨ªa, cuando ya estaba formalizada la adopci¨®n, apareci¨® protestando; luego ya no ha vuelto", a?ade. Sin embargo, reconoce que hace tiempo Elisa llamaba para hablar con su hija natural. "Pero la chiquilla se asustaba y no quer¨ªa ponerse", concluye.
Seg¨²n la versi¨®n facilitada por la familia adoptiva, madre e hija biol¨®gicas se volvieron a ver el pasado invierno despu¨¦s de muchos a?os.
El conflicto data de hace m¨¢s de una d¨¦cada. Elisa, de nacionalidad cubana, fue a trabajar al club Dulcinea de Valdepe?as, propiedad de los actuales padres adoptivos de Ver¨®nica. Cuando la ni?a contaba con a?o y medio de edad su madre tuvo que desplazarse a Madrid para cuidar a su hijo mayor, David, aquejado de meningitis. La peque?a se qued¨® con sus patrones, a los que ella pagaba un dinero para la manutenci¨®n.
Pero, pasado un tiempo -cada parte da una fecha diferente-, Elisa dej¨® de enviar dinero para el cuidado del beb¨¦, "No ten¨ªa ni un duro", se justifica ella. Sus jefes lo entendieron como una desatenci¨®n hacia la peque?a e iniciaron los tr¨¢mites de adopci¨®n.
Ver¨®nica se enter¨® de que era hija adoptada el pasado verano y lo asimil¨® mal. Poco despu¨¦s muri¨® su padre adoptivo. Los dos hechos, tan seguidos, le causaron una aguda crisis personal, Comenz¨® a relacionarse con su familia biol¨®gica. Cada d¨ªa estaba m¨¢s rara.
El pasado 26 de julio se descolg¨® del balc¨®n de su casa manchega y se vino a Madrid, siguiendo lo que ella llama "el impulso de la sangre".
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