Las ofertas que la raz¨®n no entiende

Tras acu?ar el contundente calificativo de telebasura para definir la ingente producci¨®n de reality shows y variantes, ha llegado el momento de pasar el testigo a un nuevo concepto de televisi¨®n: la telecutre o telebarata. Sus primeros s¨ªntomas son las teletiendas: espacios publicitarios con decorado de saldo y realizaci¨®n chapucera. Visto el ¨¦xito de la experiencia anteriormente denostada, no sorprender¨ªa que esta novedad fuera la estrella de la pr¨®xima temporada. Antena 3, Tele 5 y las auton¨®micas son las pioneras en esta experiencia de televisi¨®n de consumo inmediato.Las noches en blanco se han convertido en excusa para experiencias al filo del abismo: flores conservadas en el microondas, abrillantadores ign¨ªfugos para coche, quitamanchas el¨¦ctricos a chorro, cebos fosforescentes, mariposas para dormir, v¨ªdeos para adelgazar y superarse, minibombas que crean el vac¨ªo... No hay imposibles para los insomnes con tarjeta de cr¨¦dito.

Realizadas en v¨ªdeo, en sets de cart¨®n-piedra y colores difusos (el paso de NTSC a pal es el causante de esta deformaci¨®n visual), las teletiendas cuentan con presentadores-charlatanes, testigos inveros¨ªmiles y s¨®lidos guiones capaces de convencer al m¨¢s esc¨¦ptico del chollo que se avecina. Tienen un probado efecto hipn¨®tico, que no sedante, que impulsa al espectador a creerse todo cuanto desfila por la pantalla: la nata no engorda, el fuego no quema, la pintura no mancha, los peces se abalanzan sobre los cebos, los kilos se desintegran cuando uno se concentra, las flores no se marchitan nunca... La magia del consumo crea ofertas que la raz¨®n no entiende.

Nuestro ¨ªdolo nocturno es, sin duda alguna, el musculoso Tony Little (Toni Peque?o, en traducci¨®n literal; Anto?ito, en traducci¨®n libre): bajito hasta la redundancia de su propio nombre, rubio, con coleta, extremadamente nervioso y con la incapacidad manifiesta de pegar los brazos al cuerpo, produciendo un efectivo vaiv¨¦n simiesco con el que acompa?a sus aspavientos hist¨¦ricos, sus aplausos y constantes pu?etazos al maltrecho presentador. A Tony lo atropell¨® un autob¨²s y lo dej¨® para el arrastre. Pero ten¨ªa valor y ganas de sobreponerse. Tony se motiv¨® y cre¨® una tabla de ejercicios que ahora vende en v¨ªdeo (tres cintas, 6.995 pesetas m¨¢s gastos) para acabar con el efecto yoy¨® de las dietas: tonifica abdominales (v¨ªdeo l), caderas, nalgas y muslos (v¨ªdeo 2) y modela todo el cuerpo (v¨ªdeo 3). Tony se ha curado del accidente, pero sus secuelas psicol¨®gicas siguen intactas. Menci¨®n especial a los voluntarios que se desga?itan al grito de: "?Estoy motivado, es la t¨¦cnica!" y desparraman sus michelines por toda la pantalla.

Las maravillas del wok (sart¨¦n-olla china de hierro pesado cincelado a mano, como lo demuestran una grabaciones secretas -?s¨ª, espionaje industrial!- con chinos martilleando el metal) se acompa?an de un arsenal de apoyo con nombres prometedores: la tapadera del wok (7.990 pesetas) se llama b¨®veda de tiempo, y el separador, anillo de fuego asi¨¢tko. El exotismo culinario est¨¢ garantizado.

"Los Flying Lure (6.995 pesetas) nadan suavemente y con naturalidad lejos de usted hacia el escondite de los peces, acerc¨¢ndose una y otra vez con esa persistencia patentada". Estas 63 piezas, con colores fosforitos y cola de langosta, convierten a cualquier cateto de la meseta en campe¨®n mundial de la pesca, sonando con la foto que lo inmortalice junto a un salm¨®n de 25 kilos.

Uno de los productos ya veteranos de las teletiendas es el Pump'n'Sea1 (4.990 pesetas), un artilugio que asemeja a un peque?o gato hidr¨¢ulico y con el que se envasa al vac¨ªo "con calidad industrial". Que la dieta principal de los espectadores potenciales sea a base de latas, ultracongelados y pase por el microondas antes que al est¨®mago es algo que todav¨ªa despierta asombro entre nosotros.

Flores al microondas

Al filo del amanecer, un milagro transforma la pantalla en un vergel. El sistema Everlast (5.990 pesetas) consiste en rociar las flores con unos misteriosos cristales que las mantienen con su color y flexibilidad: "?Ya no tengo que preocuparme por las plantas cuando me voy de viaje!", comenta una se?ora poco ecologista... Sobre todo cuando se precisa meterlas en el horno microondas durante unos minutos. La flor no se come, pero la desdichada ha pasado a mejor vida. Para siempre. Y al dente.

Por ¨²ltimo, la Little Green Clean Machine (La Peque?a Limpiadore Verde, pron¨²nciese litelgrinclinmach¨ªn) es ideal para trabalenguas de madrugada: "Mi litelgrinclinmachine est¨¢ litelgrinclinclinmacheada, ?qui¨¦n la deslitgrinclinmachinear¨¢...?". La m¨¢quina puede ser la sorpresa del a?o: ?lograr¨¢ limpiar esas manchas como rojitas de picota?