Woodstock 94 se hunde en el barro
El ¨¦xodo masivo empez¨® mucho antes de que tocaran muchas de las grandes figuras
Se han drogado, se han empapado, el barro les llega al cuello y ya han visto a Metallica y Aerosmith, dos de los platos principales de Woodstock-94. El s¨¢bado por la noche fue la hora ¨¢lgida del festival, y despu¨¦s, los m¨¢s de 300.000 convocados comenzaron lentamente y bajo la lluvia un ¨¦xodo que seg¨²n la polic¨ªa se alargar¨¢ hasta la madrugada del martes. Todav¨ªa no est¨¢ claro si la organizaci¨®n declar¨® gratis el concierto en la tarde del s¨¢bado, igual que se vio obligada a hacer en 1969, pero la prensa local anunci¨® cifras de asistencia que superaba con creces las entradas puestas a la venta.
Ayer la sensaci¨®n en el recinto y los alrededores era de que, efectivamente, la organizaci¨®n estaba desbordada. Los aparcamientos estaban colapsados y la polic¨ªa local segu¨ªa y daba ¨®rdenes que cambiaban cada minuto. Miles de excursionistas cubiertos con pl¨¢sticos para protegerse de la lluvia continuaban llegando a los aparcamientos, donde las colas bloqueaban las carreteras circundantes. Pero a la vez, hordas de millares personas abandonaban el campo de batalla. Polygram confirm¨® que 325.000 personas hab¨ªan invadido la zona. Adem¨¢s, en la noche del s¨¢bado, una oyente explic¨® a una emisora de radio local que las patrullas de la paz de Woodstock-94 estaban sumidas en el descontrol absoluto, y que ella misma hab¨ªa entrado al recinto tras pagar a una de ellas cinco d¨®lares. por una de las pulseras que dan acceso al concierto."Esto es una locura y est¨¢ totalmente fuera de control", dice uno de los guardias de seguridad. "El problema es que no somos suficientes y se nos ha venido encima toda la mierda. Lo ¨²nico que quiero es irme a mi casa", comentaba otro.
El problema de la deserci¨®n de los guardias de seguridad parece haber sido de orden econ¨®mico. Ten¨ªan previsto trabajar turnos de 18 horas, por siete d¨®lares la hora. Pero a estas alturas de la fiesta se ve¨ªan obligados a mentir y decir que hab¨ªa sitio donde ya no lo hab¨ªa, y hacer turnos de 36 horas despu¨¦s de dormir en estrechas camas de conglomerado. "Yo me largo", dijo uno de ellos, "Por este dinero ?adi¨®s Woodstock!"
En el interior del campamento principal, frente al escenario norte, un grupo de m¨²sica gospel intentaba en la ma?ana del domingo levantar los ¨¢nimos del ej¨¦rcito de almas en pena que puebla un Woodstock ya en decadencia. Los equipos de emergencia ni siquiera pueden acceder al laberinto de tiendas de campa?a en las que se trafica y se consume todo tipo de sustancias estupefacientes. Tampoco es posible vaciar los cubos de basura, y los camiones que efect¨²an el drenaje de los retretes p¨²blicos se niegan a trabajar porque al parecer hay gente que duerme encima de ellos. El hedor en algunas zonas es insoportable.
Piscina de lodo
Planeado o espont¨¢neamente, se ha conseguido un ambiente despreocupado de todo vale que al menos no decepcionar¨¢ a los que buscaban en Woodstock un revival del esp¨ªritu hippy de 1969. Los que prefieren seguir enteros ya han empezado a irse. A las 11.30 de la ma?ana de ayer, cuando el grupo de rap Arrested Development inici¨® su actuaci¨®n, la pradera principal, convertida en una piscina de lodo, estaba bastante despejada. En el festival de hace 25 a?os, Jimi Hendrix tambi¨¦n toc¨® su Fender Stratocaster ante una audiencia significativamente reducida.La organizaci¨®n, mientras tanto, resta hierro a las noticias m¨¢s alarmistas y pide que se siga disfrutando del buen ambiente del festival. 3.000 personas han sido atendidas en los servicios de urgencia del recinto y 1.500 han pasado ya por los hospitales de Saugerties y alrededores. La mayor¨ªa de las lesiones son debidas a esguinces, ca¨ªdas y golpes, y en el recinto muchos deambulan con heridas y rasgu?os en la cara. La cadena de televisi¨®n CNN aseguraba que se hab¨ªan producido dos fallecimientos; el de un diab¨¦tico y el de otra persona que muri¨® por rotura de bazo. Igualmente indicaba que se produjo un nacimiento en el hospital de campa?a del festival.
Por otro lado, las previsiones para alimentar a la multitud parecen haber fallado tambi¨¦n. Aunque John Scher, de la discogr¨¢fica Polygram, uno de los organizadores, neg¨® que esto hubiese sucedido, una visita a 22 de los puestos de comida el s¨¢bado por la noche serv¨ªa para comprobar que solo ten¨ªan Pepsi y bolsas de patatas fritas.
No queda en Woodstock 94 ni un solo rinc¨®n que conserve el m¨ªnimo orden o limpieza, y las expresiones no son precisamente de euforia sino de soportar todo lo que pueda venirse encima. La m¨²sica s¨®lo la oyen y la disfrutan unos pocos, y ni siquiera enfrente del escenario el sonido es satisfactorio, ya que se trata de una plataforma dem¨¢s de 100 metros de largo ante un ampl¨ªsimo espacio abierto en el que altavoces muy alejados entre s¨ª reproducen el sonido en lo que parece una extra?a desincronizaci¨®n. En el mejor de los casos, se trata de un hilo musical de fondo para la mayor parte del campamento.
La lluvia constante inund¨® el campamento a lo largo de la noche del s¨¢bado, y miles de personas decidieron huir antes de ver sus tiendas de campa?a hundirse en alg¨²n agujer¨® de arenas movedizas. La sensaci¨®n generalizada es que, una vez presenciada la situaci¨®n, m¨¢s vale salir antes que verse atrapado en el atasco de 25 horas que prev¨¦ la polic¨ªa. El desalojo de la zona de Saugerties puede demorarse hasta bien entrada la noche de hoy.
La polic¨ªa local intent¨® evitar la venta de alcohol en el per¨ªmetro del recinto pero sin ning¨²n ¨¦xito. En total solo se produjeron siete detenciones, todas ellas fuera del festival.
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