El PRI cierra su campa?a con una llamada a la conciliaci¨®n en M¨¦xico
M¨¦xico vivi¨® el fin de semana la llamada batalla del Z¨®calo, en alusi¨®n a la plaza de armas del mismo nombre, que se ubica en la capital del pa¨ªs. Los tres principales partidos que contienden a las elecciones del d¨ªa 21 eligieron este espacio como cierre de campa?a y para demostrar cu¨¢l tiene mayor poder de convocatoria. Gan¨® en concurrencia el Partido Revolucionario Institucional (PRI), pero la batalla no fue de n¨²meros. Fue entre una oposici¨®n cada vez m¨¢s exigente y un partido de Estado que, aunque parte como favorito, llega a estos comicios muy debilitado.
El s¨¢bado fue el d¨ªa de la oposici¨®n, que convirti¨® esta importante plaza, la m¨¢s grande de Am¨¦rica, en un clamor contra el PRI, la fuerza pol¨ªtica que gobierna este pa¨ªs desde hace 65 a?os. Ayer, sin embargo, le toc¨® el turno al partido oficialista, que demostr¨® que sigue siendo una potente maquinaria capaz de movilizar a todo funcionario p¨²blico, campesino u obrero sindicados del Distrito Federal y los Estados que lo rodean. M¨¢s de 200.000 personas congreg¨® en su mitin.Todo era monocolor en el Z¨®calo con el PRI. Las mismas pancartas, los mismos gorros, las mismas banderas y hasta las mismas corbatas de Scappino que luc¨ªan los invitados que, en la tribuna principal, sirvieron de tel¨®n de fondo a Ernesto Zedillo, entre ellos el futbolista Hugo S¨¢nchez. Zedillo pronunci¨® un discurso de media hora y, pese a que el lema triunfalista de su campa?a (?Vamos a ganar!) se ve¨ªa por doquier, sus palabras estuvieron cargadas de mesura y ¨¢nimos de conciliaci¨®n. "En el PRI no estamos contra nadie", dijo enf¨¢ticamente tras recordar que su campa?a se hab¨ªa caracterizado por el respeto al adversario.
Los que s¨ª est¨¢n contra el PRI son los seguidores del l¨ªder izquierdista Cuauht¨¦moc C¨¢rdenas y del aspirante derechista Diego Fern¨¢ndez de Cevallos. El primero reuni¨® el s¨¢bado por la ma?ana en el Z¨®calo a 170.000 personas, y el segundo, ya por la tarde, a unas 120.000, aunque con lluvia. Ambos pretend¨ªan as¨ª desafiar a las encuestas, que los sit¨²an muy debajo del PRI en cuanto a votos, y reclamar una mayor democratizaci¨®n del pa¨ªs, para lo cual exigen el fin del partido de Estado, uno de los pocos que quedan ya en el mundo.
Las encuestas, una pr¨¢ctica nueva en este pa¨ªs, le dan la victoria a Zedillo, inferior al 50%, pero con grandes diferencias sobre sus seguidores. Ello no ha desmoralizado a la oposici¨®n, que acudi¨® a los dos m¨ªtines del s¨¢bado en la confianza de que alguno de sus l¨ªderes ser¨¢ el pr¨®ximo presidente de M¨¦xico.
Caza de brujas
Familias enteras, campesinos, intelectuales, diplom¨¢ticos extranjeros con sus c¨¢maras fotogr¨¢ficas, gente sencilla, enmascarados, estudiantes y organizaciones de las llamadas populares, con sus disciplinados militantes formados en grupos, constitu¨ªan parte de la geograf¨ªa que acudi¨® abanderada o por pura curiosidad al Z¨®calo para escuchar a C¨¢rdenas.El Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD), un conglomerado donde convergen grupos que se pasan m¨¢s tiempo enfrentados que unidos, parec¨ªa el s¨¢bado una pi?a. C¨¢rdenas asegur¨® que, de llegar al poder, no har¨ªa cacer¨ªa de brujas. Prometi¨® acabar con el partido de Estado, anunci¨® que investigar¨ªa los asesinatos del cardenal Juan Jes¨²s Posada y del pol¨ªtico Luis Donaldo Colosio y envi¨® un mensaje de tranquilidad al exterior asegurando que promover¨ªa encuentros con Estados Unidos y Canad¨¢ para mejorar el Tratado de Libre Comercio (TLC). "Ser¨¦ el presidente de todos los mexicanos y nunca el jefe de un partido", dijo.
El mitin concluy¨® sobre las dos de la tarde. Cuando ya la gente abandonaba la plaza y sus inmediaciones, custodiadas por 24.000 polic¨ªas que ese d¨ªa dejaron las armas en los cuartelillos, empezaron a aparecer los seguidores de Diego Fern¨¢ndez de Cevallos, el l¨ªder del Partido de Acci¨®n Nacional, cuyo mitin comenz¨® tres horas despu¨¦s.
Fern¨¢ndez de Cevallos eligi¨® el mismo enemigo que C¨¢rdenas: el PRI. Eso no salv¨® a C¨¢rdenas de la encendida palabra del panista, h¨¢bil orador que ya le golpe¨® duro en el debate televisado de mayo. Como entonces, Fern¨¢ndez de Cevallos cuestion¨® las promesas democratizadoras del l¨ªder de la izquierda mexicana pregunt¨¢ndose por qu¨¦ no las llev¨® a efecto cuando fue gobernador de Michoac¨¢n en representaci¨®n del PRI.
Contra la oligarqu¨ªa
Sin embargo, la mayor parte de su artiller¨ªa la descarg¨® sobre el PRI y su candidato, Zedillo, a quienes integr¨® dentro de la oligarqu¨ªa mexicana, "la m¨¢s vieja y tenaz de este siglo en el mundo, porque ha sucumbido, al nazismo, al fascismo, al franquismo, a las dictaduras de Somoza y de Pinochet, al socialismo e, incluso, al apartheid". Como alternativa para derrocar esa oligarqu¨ªa propuso "un cambio democr¨¢tico que empiece acabando con las monarqu¨ªas sexenales" (esto ¨²ltimo, en alusi¨®n a los periodos presidenciales).El Z¨®calo no descans¨® de la pol¨ªtica ni siquiera en la noche. Esa madrugada, un ej¨¦rcito de operarios del PRI se encarg¨® de transformar el escenario y dejarlo como de estreno para que Zedillo pudiera encontrar su marco adecuado. El discurso del lider priista en la ma?ana dominical estuvo cargado de promesas a favor de la paz, una mayor democracia, m¨¢s bienestar, mejor educaci¨®n y una justa divisi¨®n de poderes. Zedillo no trasmiti¨® mucho calor a los asistentes, pero la m¨²sica tropical que son¨® por los altavoces al t¨¦rmino del mitin se encarg¨®, en cambio, de hacerlo.
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