Destino: Teresa. La Sorbona. Remite: Antonia. C¨¢ceres.

Hola, Tere. Fant¨¢stico verano en casa de mi marido: cuatro matrimonios en un chal¨¦ de 100 metros cuadrados. Cuando viv¨ªan sus padres era distinto, pero, ahora que cada uno quiere mandar en la casa, no nos ponemos de acuerdo en nada. Con decirte que cada pareja compra su propia barra de pan te digo todo. Ra¨²l hace cinco d¨ªas que no me habla. Me acusa de ser antisociable con sus hermanos; pero es que tendr¨ªas que verlos.La mayor es una de esas madres que van de modernas. Estoy sentada leyendo el peri¨®dico y aparece su ni?o de dos a?os. Echa mano a mi bolso y empieza a lanzar su contenido por toda la habitaci¨®n. Le digo: "Oye, t¨ªa, dile a tu hijo que se corte un pelo". Y me suelta: "Es que no quiero pararle porque se est¨¢ expresando". Y se qued¨® tan ancha. Por no montar bronca, pero estuve a punto de decirle que se expresara con el bolso de su padre.

La mujer del mediano est¨¢ embarazada. Es su primer beb¨¦ y est¨¢ hist¨¦rica: No toma bebidas fr¨ªas por si se constipa el feto. Digo: "Hija, que est¨¢s pre?ada, no inv¨¢lida". Se ofendi¨® y tampoco me dirige la palabra. Muy sensibles los Ram¨ªrez. Y no te pierdas mis otros cu?ados con el perro. Es un doberman enorme y le pasan la carne por la picadora para que no se atragante. Se mete el bicho en la piscina, que un d¨ªa nos va a ahogar a alguno, y al salir lo secan con una toalla. Todos los santos d¨ªas me pone las patazas en la camisa. Ayer ya le di un grito; "No, Gonzalito, no". Que manda narices llamar Gonzalito a un perro. Pues me echaron una bronca por chillarle. O O sea, que en lugar de hablar con las personas y gritarle al perro, le hablan al perro y me gritan a m¨ª. Genial verano. Besos: To?i.