"Tengo una universidad de 48 a?os de trabajo
Mar¨ªa del Socorro Amalia Tellado decidi¨® a los 17 a?os, cuando escribi¨® su primera novela, que, como era demasiado t¨ªmida, aprender¨ªa a ser agresiva. "A poner cara de perro". Cor¨ªn (si alguien se atreve a llamarla Socorro pone su cara m¨¢s feroz) es un torbellino de energ¨ªa, una mujer contradictoria y compleja. Jam¨¢s ha le¨ªdo una novela de amor, pero ha escrito 5.000, y asegura que nunca ha repetido tema y que nunca se ha enamorado. Le apasiona la pol¨ªtica. A sus 68 a?os sigue siendo una luchadora tenaz. Lo ¨²nico que quiere es que se la trate a ella y a sus libros ("ya s¨¦ que es literatura de evasi¨®n y no pretendo otra cosa") con dignidad y respeto. Ahora batalla contra su enfermedad (tres veces por semana va a di¨¢lisis), que le ha cambiado sus h¨¢bitos de siempre: conducir 0 teclear ella misma sus novelas. Pero ha aprendido a dictar y trabaja con su nuera. Sigue adelante,, como siempre, contra viento y marea.Pregunta. Tiene usted fama de mujer feroz.
Respuesta. Yo odi¨¦ con el alma a los periodistas. Es que hasta ahora me trataron con iron¨ªa, y siempre quise que me trataran con dignidad. Yo soy una persona muy digna, muy seria. Que hablasen de mi trabajo con iron¨ªa, con lo que me cuesta hacerlo, me fastidiaba mucho. Luego llegu¨¦ a conclusiones.
P. ?Cu¨¢les?
R. Pedanter¨ªa. Ellos ven¨ªan a mi casa, ve¨ªan c¨®mo viv¨ªa y se dec¨ªan: %Yo, un periodista con todas las de la ley, tengo que andar haci¨¦ndole preguntas a esta mona, que, adem¨¢s, vive como Dios?". ?Entiendes? Claro, lo que ¨¦l ganaba en seis anos a lo mejor lo ganaba yo en uno, y eso les irritaba. Yo no ser¨¦ periodista, pero tengo una universidad de 48 a?os de trabajo, hecha d¨ªa a d¨ªa, a pulso. Y a¨²n sigo trabajando y estudiando.
P. ?Qu¨¦ estudia ahora?
R. De todo. Leo much¨ªsimo. Leer y escribir es lo que m¨¢s me gusta. Esa gente que me trata con iron¨ªa no se da cuenta de que yo traigo a Espa?a montones de divisas, aunque no se diga, desde hace 48 a?os. Y encima pasas inadvertida, y cuando llega la hora de hablar de ti lo hacen con iron¨ªa. Pues si me tratan con iron¨ªa, me olvido de ellos. El deporte nacional es la envidia. Nosotros, los espa?oles, somos muy envidiosos. En otros sitios, a quien tiene m¨¦rito se lo dan. A m¨ª nunca me han dado nada. Ahora ya me importa un pito. Cuando llegas a cierto extremo pasas de todo' y yo paso de todo.
P. ?Por qu¨¦ decidi¨® escribir novelas rosas?
R. En aquel momento, en el a?o 46, muchos se?ores que hoy son grandes literatos famosos escrib¨ªan con seud¨®nimo para comer. Yo era una ni?a de 17 anos y empec¨¦ a escribir aquello con mi propio nombre. ?Por qu¨¦? No s¨¦. Casualidad.
P. Ha escrito 5.000 novelas, ?nunca se ha repetido?
R. Pues ver¨¢s, mi hijo venia de la Universidad y yo a lo mejor terminaba de trabajar y me encontraba en el despacho, todav¨ªa en pijama y con bata, y ¨¦l me dec¨ªa: "?Pero qu¨¦ est¨¢s haciendo?". Y, yo: "Es que ahora mismo acab¨¦ la novela y estoy haciendo el esquema de la que empezar¨¦ el lunes". "?Pero, c¨®mo puedes?". "Puedo". Por eso no me he repetido; cuando acabo una ya preparo el argumento de la siguiente. P. ?Cu¨¢l es la clave de su ¨¦xito?
R. La directora de Vanidades siempre me dec¨ªa: "Es que t¨² escribes con el coraz¨®n, Cor¨ªn, de tal manera que llegas al coraz¨®n lector". Quiz¨¢ eso. Y el erotismo, las insinuaciones...
P. ?Y c¨®mo se inspira?
R. Ning¨²n problema. Mira, el otro d¨ªa me dijo un amigo; "Oye, hace un a?o que muri¨® pap¨¢, era tan amigo tuyo, ?por qu¨¦ no haces un recuerdo para ponerlo junto a la esquela?". Lo hice, y ?qu¨¦ crees que pas¨®? Todo el mundo llor¨®. Yo hago eso igual que hago cualquier otra cosa, y lo hago en cinco minutos. Yo nac¨ª para eso. Soy muy trabajadora, yo tengo hechas novelas domingos y d¨ªas festivos. Con eso de que era una ni?a t¨ªmida, que no sal¨ªa de casa y tal, pues, hala, a escribir. Cualquier cosa que me explican o que veo me da ideas para mis novelas. Y eso que yo nunca me enamor¨¦.
P. ?Ni cuando se cas¨¦?
R. Ni cu¨¢ndo me cas¨¦. A m¨ª me gustaba mi marido, pero, ibah!, dejaron de gustarme los hombres altos y guapos desde que fracas¨¦.
P. Y se divorci¨®.
R. No, nunca me divorci¨¦.
P. ?Por qu¨¦?
R. Como no tuve, ni tengo, intenci¨®n de casarme de nuevo...
P. ?Y ¨¦l?.
R. ?Ay!, ¨¦l. No s¨¦ d¨®nde est¨¢ ni me interesa. ?l es... Para m¨ª es un hombre dudoso. Tuve dos hijos con ¨¦l, pero fue porque yo era muy mujer. Y a m¨ª siempre me gustaron los hombres. Tengo m¨¢s amigos hombres que mujeres. Pero era el a?o 62, ten¨ªa hijos peque?os. Ahora, mi hija, que es- muy moderna, me dice: "Fuiste tonta". Y yo: "Ya, ya. ?Si tuvieras seis a?os y una madre con un amante, qui¨¦n te iba a saludar en el Gij¨®n de aquellos a?os?". Pues te aguantabas. Yo ten¨ªa las ideas claras y ya sab¨ªa que no iba a tener un amante. He visto muchas mujeres, con dinero, haciendo el r¨ªdiculo, y todo Gij¨®n, tacat¨¢.
P. Usted siempre dice que su mejor editor fue Bruguera, pero tuvo con ¨¦l un pleito que dur¨® ocho a?os.
R. Cuando me hablan de Bruguera, digo ojo y para. Bruguera gan¨® mucho dinero conmigo, pero yo tambi¨¦n con ¨¦l, y fue el mejor amigo que tuve. Nunca jam¨¢s se sobrepas¨® y siempre me dio buenos consejos. Cuando yo me separ¨¦ me ayud¨¦. Desinteresadamente. Su familia, sus hijas, su mujer, todos fueron amigos m¨ªos. Yo le debo a Bruguera lo que soy. A m¨ª que nadie me hable mal de Bruguera. He tenido con ¨¦l un pleito durante ocho a?os, pero la culpa fue de los abogados, porque quer¨ªan ganar dinero. Ni ¨¦l ni yo hubi¨¦ramos querido un pleito.
P. ?Qu¨¦ hace cuando no lee o escribe?
R. Escucho mucho la radio. Lo que m¨¢s me gusta son los debates pol¨ªticos. Me apasiona la pol¨ªtica.
P. ?No ha pensado alguna vez en dedicarse a ella?
R. Soy una frustrada pol¨ªtica. Soy de derechas, evidentemente, y si no tuviera esta enfermedad, pues s¨ª, me hubiera metido en el PP y me hubiera dedicado. Una vez me propusieron para alcaldesa, pero ya estaba yo fastidiada.
P. ?Desde cu¨¢ndo est¨¢ enferma?
R. Tres a?os. Pero debi¨® empezar hace unos 23. Tuve algo de ri?¨®n y durante seis a?os me cuid¨¦, pero luego me olvid¨¦ completamente. Suponte una casa a la que le faltaba una teja, luego dos y luego tres y tres y tres, y a los 23 a?os falt¨® todo. S¨ª, fue un descuido por mi parte, pero muy grande, dado como soy yo de cuidadosa.
P. Lo de la di¨¢lisis debe ser un fastidio.
R. ?Puffffl Es una cruz. Una cruz tan grande que, dado mi car¨¢cter vital y, no s¨¦, mi viveza y mi temperamento, es terrible. Pero no parezco tan vieja, ?verdad?
. P. ?De estos 48 a?os de trabajo se arrepiente de algo?
R. De nada. Bueno, s¨ª. De no haberme echado un amigo. Lo digo siempre ahora. El otro d¨ªa se lo contaba a un amigo. Me dijo: "?Echas de menos a un compa?ero?". Y yo: "No tienes ni idea". Public¨® una entrevista peque?ita en la que dijo que Cor¨ªn echaba de menos un novio. Y enseguida me llam¨® una amiga. "?Mira lo que dicen aqu¨ª de.ti". Y yo: "S¨ª, y qu¨¦ pasa". Qu¨¦ m¨¢s da un novio que un compa?ero. Lo echo de menos. Me pesa mucho. Un compa?ero, ojo,no aquel bestia, alguien que me entendiera. Pero de casarme nada. Mira, yo romp¨ª los papeles. Prefiero la pareja.
P. Pero usted es, ?era?, de Acci¨®n Cat¨®lica.
R. Lo soy, y qu¨¦. ?Bah, bah! Lo era. Los curas, las instituciones... ya no creo en nada. En ese sentido, s¨ª he cambiado.
P. ?Qu¨¦ le hizo cambiar?
R. Ellos, claro.
P. ?Cree en algo?
R. Creo en lo que veo, en las flores, las plantas, el r¨ªo, el agua, la hierba, en mis hijos, en los seres humanos que merecen la pena, pero no en los que son basura.
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