"Ilich amaba a los p¨¢jaros y las flores"
El Chacal sigue siendo un h¨¦roe, un idealista y 'un quijote' para sus amigos de juventud venezolanos
llich Ram¨ªrez S¨¢nchez es considerado "un h¨¦roe" por sus amigos de la infancia, aunque no compartan su causa, y "lo m¨¢s grande del mundo", seg¨²n su padre, Jos¨¦ Altagracia Ram¨ªrez Navas, que se encierra en su casa, encadenada para emular lo que su hijo debe sentir en la prisi¨®n parisina en la que est¨¢ recluido.La vivienda del padre de Ilich, alias Carlos o El Chacal, est¨¢ situada en el centro de San Crist¨®bal, capital del Estado T¨¢chera, de un mill¨®n de habitantes, fronteriza con Colombia, a 850 kil¨®metros de Caracas. Su due?o, el padre de Carlos, un viejo abogado marxista-leninista de m¨¢s de 70 a?os de edad, le ha puesto una gruesa cadena al port¨®n gris de la casa, desde cuyo interior grita que no quiere dar entrevistas a los periodistas, a quienes considera escoria.
Sin embargo, en la ¨²nica declaraci¨®n al diario local La Naci¨®n -no autorizada por ¨¦l, porque prometi¨® dar una paliza a la periodista que la hizo- Ram¨ªrez Navas confiesa que llor¨® cuando su hijo le anunci¨® que iba a ser guerrillero hace 20 a?os. "En ese momento llich me dijo: 'Bueno, ya reaccion¨® el mejor pap¨¢ del mundo, pero ahora estoy esperando la reacci¨®n del camarada, porque t¨² me subiste en el camino y todos los d¨ªas, desde que me levanto hasta que me vuelvo a dormir en la noche, me atormenta un solo pensamiento: hacerme m¨¢s digno de mi padre".
La influencia izquierdista y atea del padre marc¨® el destino de Ilich al punto de enviarle a estudiar a la Universidad, primero a Londres y despu¨¦s a Mosc¨². De poco o nada sirvieron las ense?anzas cat¨®licas de su madre, Elba, que tuvo que bautizar a escondidas a ¨¦l y a sus dos hermanos menores, Lenin y Vlad¨ªmir, porque el padre no cre¨ªa en la religi¨®n, dice su amiga de infancia, Mirella Gonz¨¢lez, de 40 a?os. La familia Ram¨ªrez ten¨ªa grandes haciendas de ganado y agricultura en Michelena, un poblado cercano a San Crist¨®bal. De todos los t¨ªos de llich, el que m¨¢s influy¨® en su vena guerrillera es el teniente Carlos Julio Ram¨ªrez, que en 1945 particip¨® en el golpe que derroc¨® al presidente Isa¨ªas Medina.
A pesar de que llich y sus hermanos estudiaban la primaria y secundaria en Caracas, pasaban todas las vacaciones en San Crist¨®bal, donde se reun¨ªan siempre con el mismo grupo de primos y amigos. "jug¨¢bamos al escondite, pero llich era el que m¨¢s se destacaba y dirig¨ªa los juegos. Sobresal¨ªa en todo, hasta en las notas del colegio. Le gustaba organizar la merienda. Era muy colaborador y cari?oso, siempre guapo y bien arreglado", a?ade Mirella Gonz¨¢lez.
Otro de sus amigos de juventud, Emir Ruiz, cuenta que a llich le gustaba tambi¨¦n jugar a los bandidos con armas de juguete. "En nuestro grupo era el m¨¢s fuerte y agresivo. Se portaba como un muchacho normal, aunque se le notaba superioridad en inteligencia y liderazgo".
Tanto Gonz¨¢lez como Ruiz observaban que el padre era muy autoritario y duro con sus hijos. "Ten¨ªamos miedo a Altagracia Ram¨ªrez. Una vez le o¨ªmos decir que le gustar¨ªa que sus hijos fuesen unos comunistas arrechos" [bravos]. Para sus compa?eros de infancia, llich es un h¨¦roe y no un terrorista. "Le recordamos con cari?o y orgullo, aunque no compartimos su causa. Nos da m¨¢s pena haber tenido a dos presidentes como Carlos Andr¨¦s P¨¦rez y Jaime Lusinchi, unos vagabundos cuya causa era la de robar".
El regreso del guerrero
Mucha gente ha visto a El Chacal en San Crist¨®bal en los ¨²ltimos 18 a?os y m¨¢s recientemente a su esposa, la alemana Magdalena Kopp. Uno de sus numerosos primos, Luis S¨¢nchez, de 62 a?os y profesor de danza, confirm¨® a EL PA?S la frecuencia con que Ilich visitaba a su familia tachirense. Para Luis S¨¢nchez, su primo, no es un terrorista. "Es un quijote cualquiera. Cre¨ªa en un Estado palestino libre y detestaba a los jud¨ªos. Es un idealista, un guerrero que ten¨ªa su propia guerra". Le duele su ca¨ªda y est¨¢ seguro de que saldr¨¢ de la c¨¢rcel. No- cree que haya cometido atentados terroristas. "Nunca le vi tendencias criminales. Todo lo contrario. Me hablaba con amargura de la pobreza y de la injusticia social. Amaba a los p¨¢jaros y las flores. Y era galante con las mujeres".Lo cierto es que El Chacal ven¨ªa clandestinamente a Venezuela cuantas veces quer¨ªa mientras la polic¨ªa del mundo le buscaba por sus operaciones terroristas. Fuentes de inteligencia aseguraron que llich Ram¨ªrez S¨¢nchez sent¨ªa admiraci¨®n por Carlos Andr¨¦s P¨¦rez y durante su pasado Gobierno intent¨® trasladarse a vivir a Caracas con su esposa Magdalena Kopp. No obstante "la polic¨ªa francesa hab¨ªa detectado su presencia en Venezuela, queriendo liquidarle, pero no lo hizo para evitar posiblemente problemas internacionales".
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