Bebeto regresa a La Coru?a para negociar su futuro
Sin equipaje, sin su familia y huyendo de los periodistas, Bebeto regres¨® ayer a La Coru?a, 12 d¨ªas despu¨¦s de la fecha estipulada por el Deportivo para la conclusi¨®n de sus vacaciones. Bebeto asisti¨® al acto de presentaci¨®n oficial del equipo, donde fue recibido con un enorme abucheo por 25.000 aficionados. El brasile?o se declar¨® "muy triste" por la actitud del p¨²blico: "Como esto siga as¨ª, ser¨¢ dif¨ªcil que me quede".
El delantero brasile?o repiti¨® con insistencia que pretende reunirse de inmediato con el presidente coru?¨¦s Augusto C¨¦sar Lendoiro para negociar si contin¨²a en el club gallego, que le ha impuesto una sanci¨®n que ronda los 38 millones. Por su parte, Lendoiro se esforz¨® por mostrarse conciliador y dijo que la directiva no tiene intenci¨®n de adoptar m¨¢s medidas contra el futbolista despu¨¦s de la sanci¨®n econ¨®mica ya impuesta. Seg¨²n Lendoiro, la prioridad del Deportivo, en estos momentos es "recuperar" al brasile?o. El presidente blanquiazul asegur¨® que ya es peraba que el p¨²blico recibiese al futbolista con reproches.Bebeto abandon¨® el estadio de Riazor nada m¨¢s concluir el acto de presentaci¨®n y ni si quiera se qued¨® para presenciar el encuentro amistoso que disputaron a continuaci¨®n el conjunto local y el Veracruz de M¨¦xico.
Ayer, desde su llegada a Espa?a, el futbolista brasile?o jug¨® al escondite con la afici¨®n coru?esa. Prefiri¨® esperar dos horas'm¨¢s en el aeropuerto de Barajas -adonde lleg¨® al me diod¨ªa procedente de R¨ªo de Janeiro- y hacer por carretera los 70 kil¨®metros que separan Santiago de Compostela de La Coru?a antes que enfrentarse a los seguidores blanquiazules, descontentos por su actitud indisciplinada.
Mientras, unas 200 personas y un numeroso grupo de periodistas le esperaban a primera hora de la tarde en el aeropuerto de La Coru?a en el vuelo procedente de Madrid, pero se quedaron sin ver al goleador desaparecido, que opt¨® por desviar su llegada a Santiago. El mundialista se mostr¨® extremadamente esquivo y mientras escapaba de los periodistas repiti¨® con insistencia la misma frase: "S¨®lo quiero hablar con el presidente. Me quedan dos a?os de contrato y quiero negociar mi futuro con ¨¦l" Nadie logr¨® variar su discurso. Su aspecto no era el de una persona que regresa a su trabajo. Apenas tra¨ªa equipaje y no le acompa?aban ni su esposa ni sus tres hijos.
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