El PRD se autoproclama ganador en Chiapas pese al escrutinio oficial
Las disensiones han comenzado en Chiapas sin haber terminado el escrutinio oficial. Amado Avenda?o, candidato de la sociedad civil y del Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD) al Gobierno del Estado, se declar¨® el lunes ganador de los comicios a pesar de que el recuento provisional, a¨²n sin concluir, otorga la victoria al candidato del Partido Revolucionario Institucional (PR-1), Eduardo Robledo. El pronunciamiento de Avenda?o ha precipitado una ruptura que en el resto del pa¨ªs se mantiene congelada: las organizaciones civiles que lo apoyan han anunciado ya actos de resistencia.
No esperaron demasiado. A las dos de la madrugada del lunes, la Asamblea Estatal Democr¨¢tica del Pueblo Chiapaneco, un conjunto de agrupaciones, ciudadanas, ind¨ªgenas y campesinas aglutinadas en torno a la figura de Avenda?o, declar¨® que su escrutinio, basado en el conteo de actas, daba el triunfo al combativo periodista."Hemos ganado en los Altos, la selva, el Norte y la costa. Tenemos la informaci¨®n real que nos ha tra¨ªdo la gente de los pueblos. Y eso a pesar de todas las irregularidades que se han producido", manifestaba por la ma?ana, despeinada y con gesto cansado, Conchita Villafuerte, esposa del candidato que a¨²n convalece de las graves heridas producidas el mes pasado por un cami¨®n sin matr¨ªcula que arroll¨® su veh¨ªculo. Seg¨²n su conteo r¨¢pido, el candidato progresista habr¨ªa recibido un 46% de los votos emitidos.
Paralelamente, el recuento oficial, con el 61% de las mesas escrutadas, otorgaba a Robledo un 51 %, y a Avenda?o un 32,7%. Robledo, secretario del ex gobernador Absal¨®n Castellanos, uno de los m¨¢s importantes terratenientes de Chiapas, secuestrado y procesado p¨²blicamente por los zapatistas en enero, se manten¨ªa muy prudente. "Nos sujetaremos a la informaci¨®n de los ¨®rganos electorales", dijo.
En la misma ma?ana del lunes, las 26 organizaciones de la Asamblea del Pueblo Chiapaneco, se reun¨ªan a puerta cerrada en el teatro de San Crist¨®bal. Ante ellas compareci¨® Avenda?o. "Estamos en pie de lucha. No vamos a negociar la voluntad de los chiapanecos. Estamos decididos a recuperar la paz con dignidad y justicia" dijo. Los delegados anunciaron actos de resistencia civil pac¨ªfica en defensa del voto. "Llevaremos la resistencia hasta que se nos entregue el poder", declar¨® Villafuerte.
Al margen de cu¨¢l sea el resultado definitivo, si hay algo destacable en este proceso electoral es que Chiapas ha dejado de ser la reserva del PRI. La movilizaci¨®n social y la participaci¨®n, por primera vez, de las comunidades ind¨ªgenas de la zona zapatista, han modificado el balance de fuerzas pol¨ªticas.
Avance de la oposici¨®n
El avance de la oposici¨®n, casi inexistente en Chiapas en los comicios de 1988, en los que el PRI obtuvo un sospechoso 89%, ha sido enorme. Seg¨²n los datos oficiales, Avenda?o ha arrasado en la segunda ciudad del Estado, Tapachula, y en la zona zapatista, y se encuentra muy pr¨®ximo al PRI en San Crist¨®bal de las Casas y Ocosingo, bastiones tradicionales del partido oficial de M¨¦xico.
Mientras tanto, los visitantes extranjeros invitados a Chiapas por la organizaci¨®n mexicana
Alianza C¨ªvica hicieron p¨²blicas, sin pelos en la lengua, sus apreciaciones de la jornada. En Altamirano, en zona de conflicto, el Ej¨¦rcito, que hab¨ªa prometido que iba a retirar sus retenes, retuvo a los observadores a su llegada y film¨® con v¨ªdeo el transcurso de la votaci¨®n. En Comalapa se detect¨® el voto de un grupo de guatemaltecos con acreditaci¨®n, mientras una serie de personas no autorizadas ni identificadas ayudaban" a votar a la gente, indic¨¢ndoles donde poner la cruz: el espacio del PRI.
Los observadores destacaron tambi¨¦n la compra del voto por parte del PRI, la falta de ayuda para una poblaci¨®n mayoritariamente analfabeta ("marque su color preferido", oyeron que le dec¨ªan a una mujer), la escas¨ªsima preparaci¨®n de los presidentes de mesa y el desastre de las casillas especiales para las poblaciones desplazadas, que s¨®lo admit¨ªan, por ley, a 300 votantes.
"El fuerte deseo de votar llev¨® a la gente a recorrer hasta dos horas de camino, a aguantar de pie al sol durante horas, sin agua, en condiciones inhumanas, oyendo promesas de que iban a traer m¨¢s urnas... Para luego tener que marcharse de vac¨ªo. Ha sido indignante", se?al¨® Edward Broadbent, presidente del Centro Internacional de Derechos Humanos de Canad¨¢.
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