Una jornada de buena m¨²sica francesa

La Orquesta Sinf¨®nica de Tenerife y su director titular, el burgal¨¦s V¨ªctor Pablo, gozan en San Sebasti¨¢n de un bien ganado prestigio.La Quincena Musical de San Sebasti¨¢n volvi¨® a programarlos en dos jornadas especialmente brillantes: una centrada por el Orfe¨®n Donostiarra que dirige Jos¨¦ Antonio S¨¢inz, sin duda el mejor coro de Europa, como int¨¦rprete de Alexander Nevsky, de Prokofiev; otra, para el programa singular del mi¨¦rcoles en un Victoria Eugenia abarrotado.

A la vez, se llenaban el museo de San Telmo, con el estreno de los poemas sobre Blas de Otero para voz y cuarteto del estupendo m¨²sico Rafael Castro, riojano burgal¨¦s afincado en Vizcaya, y el sal¨®n Excelsior del hotel Mar¨ªa Cristina con la actuaci¨®n del gran violonchelista Lluis Claret y el cuarteto Manfred en el Quinteto en do mayor de Schubert.

Los sinf¨®nicos tinerfe?os se dedicaron a la m¨²sica francesa y vasco-francesa. Qued¨® clara esta condici¨®n en la suite de Ramuntzho, de Gabriel Piern¨¦ (19631937) sobre la obra de Loti, de 1908, pues la tem¨¢tica popular resulta familiar por el uso que de ella hiciera Jes¨²s Guridi con tanta sabidur¨ªa y mayor nervio r¨ªtmico. Vasco fue Mauricio Ravel, lo que se acusa m¨¢s en el Concierto en sol que en su coet¨¢neo en re mayor para la mano izquierda, dram¨¢tico, a ratos sombr¨ªo y en ocasiones luminoso, sobre todo en una versi¨®n como la de Christian Zacharias (1950), que domina tanto la obra de RaIvel como las de Mozart o Scarlatti.

En uni¨®n de la tambi¨¦n alemana Marie-Luise Hinrichs (N¨¹rtinger, 1964), Zacharias protagoniz¨® el Concierto para dos pianos, de Francis Poulenc, estrenado por el compositor y Jacques Fevrier en Venecia en 1932, una p¨¢gina que alterna el aire leve y fresco con un trasfondo l¨ªrico-dram¨¢tico no por menos mesurado menos evidente.

Magia instrumental

Veinte a?os antes Ravel compuso las piezas m¨¢gicas de orfebrer¨ªa instrumental que integran la suite Ma mere l'oye. En ella, como en el resto del programa, V¨ªctor Pablo dej¨® constancia de sus dones y saberes, de su esp¨ªritu sensible y anal¨ªtico al frente de una sinf¨®nica tinerfe?a apta y ¨¢gil para toda respuesta.As¨ª, fue largamente entusiasta la reacci¨®n del p¨²blico de la Quincena, un festival que mantiene su alto nivel de inter¨¦s y calidad desde hace 55 a?os con programas equilibrados y excelentes int¨¦rpretes.