De la lucha de clases

Rapa Nui (El Ombligo del Mundo, nombre que daban los nativos de Pascua a su isla) es un h¨¢bil refrito de leyendas y teor¨ªas antropol¨®gicas, de trozos de historia todav¨ªa mal conocida y de veros¨ªmiles -que no reales; pero eso en el cine, es sabido, resulta con frecuencia secundario- reconstrucciones ambientales que tienen un ¨²nico fin: hacer cre¨ªble una espectacular y trepidante trama de cine de aventuras, que no otra cosa es la pel¨ªcula.El film descansa sobre una aviesa ilustraci¨®n de la lucha de clases versi¨®n siglo XVII, cuya caracter¨ªstica no es otra que la circularidad. Las Orejas Largas, tribu opresora de los Orejas Cortas, detentan el poder de las armas y, sin una violencia especialmente directa, aunque hondamente arraigada en los tab¨²es compartidos, obligan a sus subordinados a erigir las enormes estatuas tot¨¦micas que todav¨ªa hoy constituyen un enigma para los investigadores. Estas estatuas deben contentar a los dioses, para hacer que las profec¨ªas se cumplan y para asegurarles. el sustento. Para hacerlo, se debe destruir la selva de palmeras que ha garantizado a todos la subsistencia. Pero, como en el caso del Tercer Mundo, la demograf¨ªa act¨²a en favor dejos oprimidos, como muy bien reconoce el h¨¦roe del asunto. Y no tardar¨¢ mucho en explotar otra miop¨ªa destructora, esta vez la de los oprimidos, lo que dar¨¢ lugar a un intuido dominio de los pobres m¨¢s brutal todav¨ªa: algunos se entregan al canibalismo.

El filme, como se ve, puede interpretarse limpiamente como una met¨¢fora sobre la evitabilidad de la violencia en los procesos de cambio social, con su inequ¨ªvoca toma de postura a favor del di¨¢logo y contra el derramamiento de sangre, lo que no deja de ser curioso en una pel¨ªcula realizada por el guionista de Amanecer rojo. Pero las cosas son m¨¢s simples, y toda la carga ideol¨®gico-antropol¨®gica se reduce a actuar como marco contenedor de una historia que bien podr¨ªa llamarse Jules y Jim en el Pac¨ªfico: lo que m¨¢s le interesa al director, Kevin Reynolds, aparte de ilustrar con im¨¢genes una hip¨®tesis sobre la construcci¨®n de las grandes estatuas, son los amores entre el Oreja Larga Nore y la Oreja Corta Ramana, con un tercero en discordia.

Reynolds confirma con su trabajo lo ya demostrado en su filme anterior, Robin Hood, pr¨ªncipe de los ladrones, que es un artesano bien dotado para la acci¨®n, que posee un cierto sentido del ritmo y del uso espectacular de los recursos de rodaje -aqu¨ª le saca buen partido a la fotograf¨ªa a¨¦rea-, y que no le hace ascos a los excesos, desgraciada caracter¨ªstica com¨²n a casi todo el cine dominante en nuestros d¨ªas.