El veto

Le ha resultado "divertido" hasta al propio implicado, y pasando en la nueva Italia de charanga y mandolina quiz¨¢ tenga su gracia, pero yo lo veo como la primera aparici¨®n sonada en nuestra latitud de ese fantasma de terror intelectual que procedente de Estados Unidos recorre el mundo.Sin duda, el fil¨®sofo Curi (hay nombres que predestinan.) es un hombre correcto en todo lo dem¨¢s; pol¨ªticamente su rectitud consiste en vetar a Vargas Llosa como jurado del festival de Venecia por juzgar al escritor "no dem¨®crata". La acusaci¨®n de ese miembro del refundado partido ex- comunista viene aderezada con las viejas palabras de la tribu: "Agente de la CIA, esbirro de las juntas militares". Lo pol¨ªticamente correcto hace estragos en EEUU, pa¨ªs donde el comunismo ha sido siempre marginal; all¨ª, la ola de mojigater¨ªa e intolerancia progresista est¨¢ propiciada por fuertes grupos sociales, algunos perseguidos -negros, feministas, gay, ensefiantes-, que ahora buscan ra¨ªces ideol¨®gicas y signos de identificaci¨®n en el silenciamiento y condena de lo que les parece impropio, indecible. En Europa, esta caza de brujas a la inversa se empieza a ver en c¨ªrculos marxistas, y surge con reflejos curiles, beatos o abiertamente sexistas (como en el caso reciente de un muy izquierdista traductor y novelista espa?ol de ¨²ltima hora, que cuando en una encuesta otro colega tild¨® de deficientes sus traducciones, tuvo por ¨²nica respuesta literaria: "No me interesa la cr¨ªtica que proceda de la mafia rosa ").

Si la izquierda supuesta acusa con el l¨¦xico de La m¨¢quina de la verdad hay que defenderse. Mientras, los que detectamos el amor de Vargas Llosa por la Thatcher seguiremos respetando la trayectoria de un hombre ¨ªntegro hasta en sus incorrecciones, y leyendo sus libros, incluso los que no nos gustan.