Prisioneros en libertad
Ciudadanos cubanos han permanecido hasta tres semanas confinados en Barajas
Armando y Nerely son cubanos, pero se conocieron en Espa?a, Han huido de su pa¨ªs y no piensan regresar hasta que Fidel Castro desaparezca o decida: que su dictadura ya no es de este mundo. Los dos se acongojan cuando recuerdan que sus familiares todav¨ªa residen en la isla. Armando y Nerely llegaron al aeropuerto de Barajas el 11 de agosto e inmediatamente, pidieron asilo. Sus afinidades terminan aqu¨ª.El Ministerio de Justicia e Interior que dirige Juan Alberto Belloch admiti¨® a tr¨¢mite, en apenas tres d¨ªas, la petici¨®n de Armando, oficial de la marina mercante cubana, al considerar que era un perseguido pol¨ªtico.
Sin embargo, Nerely, licenciada en Educaci¨®n F¨ªsica y profesora de tenis en una escuela p¨²blica, ha vivido un calvario.
Ella parti¨® de Cuba hacia Italia el 8 de julio al ser poseedora de una "carta de invitaci¨®n". Este documento lo otorga el Gobierno castrista y permite a los cubanos abandonar su pa¨ªs durante seis meses, siempre que una persona que viva fuera de la isla caribe?a env¨ªe un billete de viaje, un visado de entrada, en el pa¨ªs de destino, y 120 d¨®lares (15.360 pesetas). La salida est¨¢ garantizada.
En Italia estuvo algo m¨¢s de un mes, hasta que decidi¨® asilarse en Espa?a. Nerely no sospechaba entonces que iba a permanecer 15 d¨ªas en las estancias habilitadas en el aeropuerto madrile?o de Barajas para los peticionarios de asilo. Tampoco sab¨ªa que tras la negativa de las autoridades espa?olas de admitirle a tr¨¢mite la petici¨®n de asilo, as¨ª como su reexamen, el d¨ªa 21 ser¨ªa embarcada en un avi¨®n que la transportar¨ªa nuevamente a Mil¨¢n (Italia), donde fue de nuevo devuelta a Espa?a. Desde entonces, m¨¢s d¨ªas de incertidumbre, l¨¢grimas e insomnio.
Compa?eros de espera
Estas dos semanas ha estado confinada en Barajas. Las instalaciones tienen cuatro habitaciones -dos para los hombres y otras dos para las mujeres-; un sal¨®n grande con v¨ªdeo y televisi¨®n y una estancia para ni?os peque?os. En cada, habitaci¨®n hay ocho camas, que hay que compartir cuando las solicitudes se acumulan. Colchones sin s¨¢banas y sin almohadas y comidas precocinadas son algunas de las denuncias efectuadas.Finalmente, el viernes, el Ministerio de Justicia e Interior comunic¨® a Nerely su admisi¨®n en territorio espa?ol por "razones humanitarias" y le concedi¨® una Tarjeta de Permanencia Temporal (TPT), que le permitir¨¢ residir en Espa?a seis meses. El rostro de Nerely, que se expresa con parquedad, esconde su angustia: "Ment¨ª cuando ped¨ª el asilo. N o dije que tengo una hija de tres a?os que se ha quedado en Cuba con mis padres". "Estoy como loca de estar aqu¨ª", a?ade, "y ahora s¨®lo quiero tener a mi hija Glenda a mi lado".
La abusiva retenci¨®n de Nerely no ha sido una excepci¨®n. La Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha denunciado ante la Direcci¨®n General de Extranjer¨ªa y Asilo que "la permanencia en las dependencias de los puestos fronterizos ha superado los 20 d¨ªas -el l¨ªmite marcado por la ley son siete d¨ªas- sin que existan -causas legales justificativas de estos hech,os". Esta circunstancia ha sido considerada inconstitucional por el Defensor del Pueblo, Margarita Retuerto, quien el pasado martes impugn¨® ¨¦l precepto de la Ley de Asilo que recog¨ªa este punto.
Armando y Nerely est¨¢n ahora en Espa?a, pero no tienen los mismos derechos. ?l, una vez admitida a tr¨¢mite su petici¨®n de asilo, puede dormir en un albergue p¨²blico y comer gratis en un comedor situado en el barrio madrile?o de Arganzuela. Ella, con su tarjeta TPT, no tiene perspectivas, s¨®lo libertad.
Luis Daniel Collado, retenido en Barajas entre el 21 y el 29 de junio revela su inquietud y su desesperaci¨®n 'en cada gesto. "Tengo la TPT por seis meses", comenta crispado, "pero es una situaci¨®n, absurda porque cuando pido trabajo me piden el permiso oficial y cuando voy a tramitar el permiso me dicen que primero tengo que tener un contrato de trabajo". Luis Donaldo recuerda su estancia en el aeropuerto: "Me negaron el asilo, pero yo estaba dispuesto a suicidarme si hubiesen decidido deportarme".
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