G¨¦rard Mortier consolida su reforma

Las reformas de G¨¦rard Mortier se han consolidado en el festival de Salzburgo y ma?ana, cuando termine la tercera temporada bajo su direcci¨®n, hasta sus enemigos, que no son pocos, tendr¨¢n que reconocerlo. En oto?o se inician las negociaciones para prolongar su contrato, que expira en 1997, y todo indica que se mantendr¨¢ en el cargo hasta el cambio de siglo, pese a una supuesta oferta para dirigir el Metropolitan Opera House de Nueva York.Han terminado las ofensas p¨²blicas entre Mortier y la Filarm¨®nica de Viena. Parec¨ªa milagroso ver la semana pasada a los m¨²sicos sometidos a la batuta de una mujer, por primera vez en su historia y en la del festival de Salzburgo. La norteamericana Anne Manson, de 32 a?os, los dirigi¨® nada menos que en Boris Godunov, porque Claudio Abbado tuvo que viajar a Berl¨ªn para unos ensayos. Manson, que apareci¨® inteligentemente vestida con pantalones y chaqueta negra, recibi¨® no s¨®lo las aclamaciones del p¨²blico, sino tambi¨¦n las de los miembros de la orquesta, que desde su fundaci¨®n no aceptan a "elementos femeninos" en sus filas y han declarado que no piensan hacerlo en el futuro.

La aparici¨®n de Manson estaba programada y adelanta las intenciones de Mortier para la pr¨®xima temporada, cuando se cumplen 75 a?os del festival, que estar¨¢ dedicado casi enteramente a un tema central: la mujer. Era todo armon¨ªa cuando el director del festival de Salzburgo present¨® la programaci¨®n de la temporada 1995, aceptando pr¨¢cticamente todas las condiciones de Mortier, que ha concentrado sus energ¨ªas en el estreno de una nueva producci¨®n de Lul¨², de Alban Berg.

Tambi¨¦n se estrenar¨¢n nuevas producciones de Las bodas de F¨ªgaro, de Mozart, dirigida por Nikolaus Harnoncourt; El caballero de la rosa, de Richard Strauss, dirigida por Lorin Maazel, y La Traviata, de Verdi, bajo la batuta de Ricardo Mutti. Hasta el cr¨ªtico Franz Endler, el peor enemigo de Mortier, aclamaba el programa de 1995 como "s¨®lido y efectivo".

El p¨²blico de Salzburgo, conservador y acostumbrado a la programaci¨®n dictada durante d¨¦cadas por el desaparecido Herbert von Karajan, se ha habituado a una dosis -a¨²n mesurada- de m¨²sica contempor¨¢nea y a nuevos directores esc¨¦nicos y de orquesta apadrinados por Mortier. Los directores de orquesta Pierre Boulez y Nikolaus Harnoncourt -prohibidos durante la era Karajan y vistos en el pasado con recelo por la Filarm¨®nica de Viena- se transformaron en los favoritos de este verano. Diez minutos de ovaci¨®n recibi¨® el director de orquesta Kent Nagano, que hab¨ªa sido una opci¨®n peleada por Mortier y resistida por los m¨²sicos de la Filarm¨®nica.