Indur¨¢in asciende al Olimpo
El campe¨®n espa?ol logra el r¨¦cord de la hora con 53,040 kil¨®metros
ENVIADO ESPECIALMiguel Indur¨¢in devolvi¨® el ciclismo a su estado m¨¢s puro, ayer, en el vel¨®dromo de Burdeos. Sin posiciones estrafalarias, con la ayuda de la tecnolog¨ªa justa, sin desvirtuar el esfuerzo primario de un ciclista, bati¨® el r¨¦cord de la hora que ostentaba el escoc¨¦s Graeme Obree, un corredor que se ayud¨® de una bicicleta que luego fue puesta fuera de la ley por la Uni¨®n Ciclista Internacional (UCI). Indur¨¢in, cumpliendo escrupulosamente, m¨¢s all¨¢ incluso de lo necesario, con la ortodoxia ciclista es decir, que el resultado atl¨¦tico prevalezca sobre la tecnolog¨ªa- y sobre el mismo vel¨®dromo de Burdeos en el que rod¨® Obree, recorri¨® 327 metros m¨¢s para dejar establecido el r¨¦cord en 53,040 kil¨®metros por hora.
Indur¨¢in dej¨® atr¨¢s a sus 21 predecesores y los 30 r¨¦cords que obtuvieron. Ascendi¨® al Olimpo, en el que reposaron en su ¨¦poca ilustres como Coppi, Anquetil y Merckx. Pero por encima de todo dej¨® atr¨¢s las ayudas adicionales que hab¨ªan permitido las lagunas del reglamento y aquellas que, siendo admitidas, hacen esc¨¦ptico al seguidor raso del deporte del pedal. Indur¨¢in cont¨® con un importante e incondicional apoyo de la ciencia y de sus colaboradores pero no precis¨® prepararse durante cuatro meses y aprovechar la altura de M¨¦xico como hizo Moser en 1984, ni inventar una posici¨®n y una bicicleta antirreglamentarias como hizo Obree. Es m¨¢s, Indur¨¢in demostr¨® ayer que su grandeza primaria -simplemente, es el que mejor le da a los pedales-, combinada con su esp¨ªritu de sacrificio y su inteligencia para adaptarse en otro tiempo r¨¦cord a una especialidad para ¨¦l casi in¨¦dita como la pista, bastan para hacer historia. Fue el r¨¦cord de la clase.
Indur¨¢in dom¨® a su m¨¢quina, la Espada, y la hizo rodar a un promedio de menos de 17 segundos por vuelta -algo menos de 1.08 minutos por kil¨®metro-, invirti¨® 24 segundos en la primera vuelta y 17 en la segunda, menos de los 26 y 18 que hab¨ªa previsto a pesar de que tuvo que pagar el esfuerzo de la arrancada. Todo ello le exigi¨® agazapar de la mejor forma posible sus 188 cent¨ªmetros de altura y sus 81 kilos de peso, dos m¨¢s de los habituales para poder mover mejor el desarrollo de 59xl4 que le hizo avanzar 8,72 metros por pedalada. Hizo un alarde de concentraci¨®n para recorrer con tales premisas las 212 vueltas que supusieron el r¨¦cord sin apartarse casi de la l¨ªnea negra de 6,25 cent¨ªmetros de ancho que bordea el circuito. La menor desviaci¨®n supon¨ªa una p¨¦rdida de tiempo y del equilibrio.
Fue una victoria rotunda, aplastante, que roz¨® casi lo inconcebible. La tabla de marcha preparada se cumpli¨® a rajatabla en los primeros 20 kil¨®metros. Se sab¨ªa, seg¨²n la tabla, que Indur¨¢in iba a rodar por debajo de los tiempos de Obree.
Pero hacer lo contrario, salir con excesivo ¨ªmpetu, pod¨ªa ser suicida. El esfuerzo suplementario se hubiera pagado en los ¨²ltimos diez minutos, la parte m¨¢s dura de la prueba. Indur¨¢in funcion¨® como un reloj. No se inmut¨® por los casi seis segundos -5.783- que acumul¨® al paso del cuarto kil¨®metro. Fue reduciendo la desventaja. Y, precisamente en el kil¨®metro 20, empez¨® a tener un super¨¢vit. La pasi¨®n que puso Indur¨¢in en el empe?o empez¨® a preocupar a sus asesores.
Mediada la prueba, el tetracampe¨®n del Tour empez¨® a sentirse bien. Aceler¨®. M¨¢s de lo previsto por Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri -su director de equipo- y Sabino Padilla -su m¨¦dico- Del kil¨®metro 30 al 35 sum¨® ocho segundos de ventaja. Un derroche de energ¨ªa. Un pedaleo cicl¨®peo. Son¨® la alarma en su equipo. Sabino se fue a la pizarra que serv¨ªa para darle indicaciones y apunt¨® bien grande: "Regula". Por la megafon¨ªa del vel¨®dromo se solicit¨® que uno de los 1.500 espectadores que se desplazaron desde Espa?a, navarros la mayor parte, cesara de tocar una campana que pudiera distraer a Indur¨¢in. Pero Indur¨¢in ni la o¨ªa. No es que creyera que estaba en la ¨²ltima vuelta. Simplemente, se hab¨ªa puesto a velocidad de crucero y se tragaba cada vuelta en menos de 17 segundos. Una haza?a. Despu¨¦s remiti¨® en su esfuerzo ante el alivio de los suyos. Mantuvo el pedaleo y progres¨® ya de forma m¨¢s lenta en su ventaja respecto a Obree. Mientras regulaba, en el murmullo general apareci¨® el eco del pertiguista Sergei Bubka, un especialista en agigantar sus r¨¦cords cent¨ªmetro a cent¨ªmetro. Parec¨ªa que el navarro no quer¨ªa pulverizar la marca de Obree, s¨®lo mejorarla.
El belga Eddy Merckx, el hombre que asombr¨¦ al mundo al conseguir este mismo r¨¦cord en M¨¦xico, en 1972, y lo mantuvo durante 12 a?os, fue uno de los primeros en correr a felicitar a Indur¨¢in. El navarro, mientras que Ech¨¢varri se echaba a llorar de satisfacci¨®n, mientras que el p¨²blico enloquec¨ªa, sonri¨® y acept¨® el relevo testimonial.
No lo dijo, pero podr¨ªa haberlo hecho, como lo hizo Boardman -que ya ha anunciado el contraataque-, tras el r¨¦cord que obtuvo en esta misma pista en julio de 1993 y en referencia a las ventajas ilegales de las que se benefici¨® el escoc¨¦s Obree: "Ha sido la revancha de las piernas".
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