Samantha Fox, estrella del 'festival de busto'
Tuvo que prorrogar su actuaci¨®n y el p¨²blico la recibi¨® al grito de "teta, teta"
Llen¨® hasta la bandera. La Universal Sur de Legan¨¦s estaba la madrugada del s¨¢bado a rebosar, repleta de j¨®venes, y no tan j¨®venes, para presenciar en vivo a la rutilante Samantha Fox. Entre canci¨®n y canci¨®n, ella inquir¨ªa al p¨²blico (entre los que se encontraban muchos hombres con corte de pelo a lo militar): "Do you want love?" (?Quer¨¦is amor?). Las voces masculinas respond¨ªan a coro: "?Teta, teta!". El ¨¦xito de p¨²blico oblig¨® a los responsables de la sala a prorrogar la actuaci¨®n de una Samantha Fox reci¨¦n convertida al cristianismo y sin novio.
Esta reina del per¨ªmetro tor¨¢cico meti¨® m¨¢s p¨²blico en este recinto con su interpretaci¨®n de 10 temas, con base y apoyo de coros en pregrabado, que muchas de las primeras figuras del rock y el pop nacional y que buena parte de los extranjeros que pasan por este escenario.Samantha, que no hizo declaraciones a la prensa porque, seg¨²n su promotor, "est¨¢ harta de que siempre le pregunten por lo mismo: su pecho y su comentada relaci¨®n con un torero", parece, sin embargo, encantada con nuestro pa¨ªs, al que considera "su segunda casa".
A la hora del inicio de la actuaci¨®n, la 1.30, el m¨¢s heterog¨¦neo de los p¨²blicos abarrotaba la macrodiscoteca. Abundaban los grupos de chicos -algunos con evidente corte de pelo militar-, pero tambi¨¦n las parejitas; y hab¨ªa hasta algunos corros de chicas solas. No faltaban tampoco clientes maduros, acompa?ados de sus esposas.
Rubia felliniana
En el ambiente flotaba una especie de encubierta expectaci¨®n por la felliniana rubia y lo que pod¨ªa dar de s¨ª como cantante. Un joven comentaba: "Yo me s¨¦ dos canciones suyas. Adem¨¢s, me han contado que el otro d¨ªa iba ella por Marbella en un Mercedes sacando el culo por la ventanilla".
No lejos de all¨ª un madurito confesaba: "A m¨ª no me interesa nada la Samantha esa. Yo ya tengo a mi mujer en casa". Su esposa, algo azorada, explicaba: "?Huy, que va ... !, menudo co?azo me da con ella. Tiene todo el taller llenos de posters".
De repente la m¨²sica ces¨®, se corrieron los cortinones y se vio un escenario ocupado ¨²nicamente. por un amplificador de guitarra, y dos micr¨®fonos. En medio del alboroto generalizado, la rubia menuda -en m¨²ltiples sentidos- saltaba a las tablas, flanqueada por una corista y una guitarrista, y lo hac¨ªa embutida en un imposible. minishort.
Empez¨® la actuaci¨®n cubierta con una cazadora de cuero, como para demostrar a la audiencia que es una chica de armas tomar. Enseguida se despoj¨® de la cazadora para regocijo del respetable. Su vestimenta superior consist¨ªa en un holgado bustier negro de encaje, ideal para recoger lo que es menester y permitir, de paso, el bamboleo, sin peligro de que nada se salga de su sitio. Como complemento un chalequito abierto, una enorme hebilla en el cintur¨® y unos botines atados haciendo un dibujo como de rejilla con pretensiones de parecer sexy.
Diez canciones interpret¨® Samantha, en medio del embelleso del colectivo masculino y los "pues no es para tanto" de algunas de las espectadoras femeninas. Pero lo cierto es que nadie retiraba las pupilas de los golpes de pelvis y los infantiles saltitos, ondulaciones pectorales incluidas, de la mini-venus rubia. En cuanto a la m¨²sica, a nadie pareci¨® interesarle lo m¨¢s m¨ªnimo. El p¨²blico estaba entregado de antemano. ,
Ella inquir¨ªa: "?Do you want love?" (?Quereis amor?). Por toda respuesta las voces masculinas replicaban a coro: "?Teta, teta!". Alguno iba incluso m¨¢s lejos: "?mariteta!".
Al final hubo bis y la actuaci¨®n finaliz¨® sin que la sangre llegara al r¨ªo, para tranquilidad del servicio de seguridad del local, que estaba m¨¢s que nerviso. Algunos j¨®venes aspirantes, a terminar la noche con la cantante esperaban en la puerta de acceso al camerino por ver si ca¨ªa algo y ocupaban la vacante dejada por Rafi, Camino en el coraz¨®n de la cantante.
Entre lo vivido y la euforia de las copas, la gente sali¨® a la calle con una curiosa expresi¨®n en el rostro, mientras comentaban las jugadas m¨¢s interesantes. Parec¨ªan hab¨¦rselo pasado bien. En sus caras se ve¨ªa reflejado el esp¨ªritu del buen busto.
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