L¨ªrica
Para dar gracias a Dios por haber llegado septiembre he hecho un arroz caldoso a los amigos bajo un algarrobo frente a la playa desierta. Mientras la radio anunciaba la proximidad de los aguaceros he puesto al fuego un caldero de hierro colado y sobre el aceite he depositado dos ajos y un poco de tomate. S¨®lo con el presagio del temporal ol¨ªa ya a tierra mojada y volaban muy altos los vencejos. Hay que desafiar al destino con un instante de felicidad. ?Qu¨¦ hago yo con esta l¨ªrica ante tantas tragedias? Puede que el mundo est¨¦ mal hecho, pero uno tiene la obligaci¨®n de escoger las mejores hortalizas del mercado, nabos, jud¨ªas, cardos, y con ellas tratar de mejorar el G¨¦nesis dentro de la olla. Cuando el caldo ya herv¨ªa, uno de los amigos ha comenzado a hablar de pol¨ªtica. Sus palabras se volv¨ªan muy abyectas al mezclarse con el vapor perfumado del guiso: la brisa se llevaba la sustancia de las verduras y del magro de cerdo junto con aquellas opiniones hacia la parte de las palmeras, y nunca he visto con m¨¢s claridad qu¨¦ liviana es cualquier ideolog¨ªa comparada con un buen sofrito: los juicios en un segundo se evaporaban, en cambio el humo del puchero se agarraba firmemente a los ¨¢rboles. En Madrid a estas horas se estar¨¢n navajeando los l¨ªderes de opini¨®n, pens¨¦ para m¨ª, y en ese momento ech¨¦ el arroz. La gente ha regresado a la ciudad. Hay una melancol¨ªa de la luz de septiembre sobre los cipreses. Sin duda esta tarde habr¨¢ tormenta. Pese a que la copa del algarrobo se halla toda impregnada por el caldero, bajo su amparo mis amigos discuten la actualidad sin saber que la ?ora picante que he derramado en el interior del arroz caldoso acaba de transformar la realidad de las cosas. Sentados a la mesa, reflejando cada uno el rostro en el fondo del plato donde se escond¨ªa el ¨²nico Dios verdadero, he le¨ªdo a mis amigos, a modo de bendici¨®n, este pensamiento de S¨¦neca: el que no desea nada lo posee todo. Y dicho esto mis amigos bajaron la cuchara hacia la verdad de la existencia sin pronunciar una palabra.
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