Tres conmovedoras incursiones en el infierno de la Europa del sur

El refinamiento del granadino Jos¨¦ Val del Omar, un cl¨¢sico del cine documental de todos los tiempos, fue el contrapunto luminoso (con las prodigiosas miniaturas Aguasespejo granadino y Fuego en Castilla, de 1953 y 1959, respectivamente) de una oscura jornada de tres emocionantes ficciones metidas hasta el cuello en el infierno que vive la Europa del sur. La coproducci¨®n anglo-macedonia Before the rain, dirigida por Milko Manchevski; y las italianas El toro, dirigida por Carlo Mazzacurati, Lamerica, dirigida por Giarmi Amelio, elevaron ayer el alica¨ªdo comienzo del concurso. Gran cine comprometido, formalmente, de gran belleza e impregnado de verdad y de c¨®lera frente al horror de la Europa m¨ªsera. Aroma de premio.

La voz se corri¨® m¨¢s o menos as¨ª: "Al viejo comunista Gillo Pontecorvo se le ve el plumero cat¨®lico de la infancia. Ahora le ha dado por la caridad y nos trae una pel¨ªcula de Macedonia". El resultado del rumor fue divertido: el centro de la sala estaba vac¨ªo y los flancos laterales de las filas de butacas de la Perla del Casino, donde se llevan a cabo las proyecciones para los medios de comunicaci¨®n, estaban atestados de corresponsales, que tomaban puestos estrat¨¦gicos para escurrirse sigilosamente hacia los pasillos y abandonar a su suerte la pel¨ªcula-limosna del bondadoso director de la Mostra.Comenz¨® Before the rain y a la media hora de proyecci¨®n, la fuerza del relato, la precisi¨®n de las im¨¢genes, la contagiosa credibilidad de los int¨¦rpretes y la sensaci¨®n de verdad que emanaba del precipitado de todo esto, hab¨ªa clavado literalmente en sus asientos a la horda de desertores, que no respir¨® hasta la ovaci¨®n un¨¢nime que acompa?¨® al final de esta notable obra del cine europeo, una incursi¨®n llena de sinceridad, emoci¨®n y talento en el horror cotidiano de la guerra de los Balcanes.

Y le lleg¨® el turno al cine italiano, que desde hace muchos much¨ªsimos a?os, ocupa el furg¨®n de cola de este escaparate hecho a su medida. Hab¨ªa dos augurios de que este a?o pod¨ªa ser el del despertar del cine italiano en su Mostra. Uno es el de los triunfos de Gianni Amelio, con Ni?os robados, y Nanni Moretti, con Caro diario, en los dos ¨²ltimos festivales de Cannes. Y otro, el del art¨ªculo publicado hace unos d¨ªas por el astuto Ettore Scole en su feudo de L'Unit¨¢, en el que este gran guionista y menos grande director se atrev¨ªa a vaticinar que estamos ante un inminente vuelco hist¨®rico en el cine italiano, el umbral de una nueva madurez.

No se equivoc¨® Scola, como de costumbre. El viejo zorro de la izquierda cinematogr¨¢fica es un cr¨ªtico l¨²cido y supo ver la gran altura que est¨¢n alcanzando Moretti, ausente de esta Mostra; y los equipos creadores de El toro y Lamerica, dirigidas respectivamente por Carlo Mazzcurati y Gianni Amalio: obras complejas y emocionantes, que permiten combinar conocimiento y diversi¨®n, sensaci¨®n de verdad y emoci¨®n de ficci¨®n.

Y algo m¨¢s, que enlaza estas notables pel¨ªculas con el rasgo diferencial del gran cine italiano: la respuesta a bote pronto de los artistas a la realidad, de la imaginaci¨®n a la sociedad, de la poes¨ªa a la historia.