M¨¢s sobre la conferencia de El Cairo

El perfil estad¨ªstico de la familia humana revela una patolog¨ªa que se caracteriza por el crecimiento desmesurado con relaci¨®n al tiempo reciente, al espacio del globo, a los pueblos y a los continentes. Este desarrollo an¨®malo viene trazado por la curva comprendida entre los 200 millones de habitantes estimados en los albores de nuestra era y los m¨¢s de cinco mil calculados en la actualidad.El boom se produjo a partir de los rom¨¢nticos a?os ochocientos, cuando la poblaci¨®n, que se manten¨ªa por debajo de los mil millones, se dispar¨® en ascenso continuo, aunque con reparto desigual. Los tiempos adelantan vertiginosamente. Ya no hay fronteras en Europa, ni muros ni alambradas que escalar con riesgo de caer acribillado. El reducto de ciudad prohibida ya se ha abierto a Occidente y el bloqueo econ¨®mico ha vencido a la Perla del Caribe, que ha dado largas a los balseros. Antes hab¨ªa pestes y epidemias, hambrunas y esclavitud, ignorancia y carest¨ªa, que pon¨ªan coto a la megalia poblacional del planeta.

Hoy, el panorama social cuenta con una red de comunicaciones superdesarrollada, bancos de datos inform¨¢ticos inagotables y la m¨¢s moderna t¨¦cnica que atisba el macro y el microcosmos en busca de mayores recursos. El hombre no tiene rival en el reino animal, pero su casa terrena se tambalea y se resiente por el exceso de vecindario. La degradaci¨®n de los ecosistemas, m¨¢s que las guerras localizadas y toleradas, amenaza su existencia.

La enfermedad del Homo sapiens est¨¢ diagnosticada y actualmente se re¨²ne en El Cairo la III Conferencia de las Naciones Unidas sobre Poblaci¨®n y Desarrollo, para el control del crecimiento del planeta, con asistencia de 15.000 participantes que representan a la mayor¨ªa de las naciones, credos e intereses, siendo patentes los re?idos antagonismos en defensa de sus respectivas pol¨ªticas e ideolog¨ªas.

Unos pretenden aplicar la panacea de la prevenci¨®n y profilaxis, la planificaci¨®n familiar, la contracepci¨®n, la cirug¨ªa vasect¨®mica y esterilizante, etc¨¦tera, mientras que los otros ven la triaca en la estricta observancia de las normas morales del d¨¦bito conyugal y social.

Pero este hombre, que lleva en sus genes la vitalidad y la resistencia propias de su especie, ?dejar¨¢ de crecer y multiplicarse mientras haya un solo palmo de tierra en este mundo maravilloso en que le ha tocado vivir?