Mucho cambio poco cambio
Comenz¨® la Liga y, como es su obligaci¨®n, los medios de comunicaci¨®n han dedicado variables dosis de tiempo, espacio y tinta (cada a?o menos, todo hay que decirlo) para presentar la primera edici¨®n pos-China, tercera pos-Angola. Tres factores comunes en casi todos los ?despliegues? informativos. Uno, el art¨ªculo de Eduardo Portela, presidente de la ACB, en el que intentaba convencer al potencial espectador de las grandes dosis de inter¨¦s con que cuenta esta temporada la ?mejor? Liga del continente. Dos, la b¨²squeda y encuentro por parte de los periodistas y/o entendidos de nuevos alicientes m¨¢s o menos rocambolescos para vender una moto que lleva tiempo renqueante y los mec¨¢nicos no acaban de dar con la aver¨ªa.Todos contra Sabonis, la Liga de los j¨®venes, se refuerza el Barca, Zaragoza vibra, el Joventut no se rinde, Herreros se va a salir, etc¨¦tera. Tres, una explicaci¨®n de las nuevas reglas, que suponen un ?gran? empuj¨®n en la ?constante? b¨²squeda del espect¨¢culo.
Dejando a un lado la prolija actividad del presidente de la ACB y sin poner en duda, aunque la hubiese, que sus palabras salen del coraz¨®n, no de la raz¨®n interesada (si el jefe reconoce los defectos y aver¨ªas de la moto, ?qui¨¦n va a querer comprarla?) habr¨ªa que demandar una explicaci¨®n p¨²blica y posterior exposici¨®n en la plaza del pueblo de los ide¨®logos-responsables del cambio de varias reglas.
Porque tiene delito, y mucho, que, en la situaci¨®n en la que nos encuentramos, el cap¨ªtulo de cambio de reglas de juego, una de las variables importantes a tener en cuenta y con la que poder jugar en tiempo de crisis, se cierre con mucho, mucho ruido y pocas, pocas nueces. Est¨¢ muy bien haber acabado, con el suplicio y la injusticia del 1+1. Tampoco est¨¢ mal solucionar el absurdo problema de las faltas ?intencionadas? El poder jugar la pelota por encima del aro se queda a medias, y que los jugadores no se puedan levantar del banquillo es una solemne tonter¨ªa que s¨®lo los espectadores de primera fila pueden agradecer. Ninguna novedad pasa m¨¢s all¨¢ de la mera an¨¦cdota.
Lo imperdonable resulta que se haya quedado en el tintero la regla fundamental, la variaci¨®n que el baloncesto espa?ol est¨¢ pidiendo a gritos: la reducci¨®n del tiempo de posesi¨®n del bal¨®n de 30 a 24 segundos. S¨®lo este cambio ayudar¨ªa mucho m¨¢s que todo el resto junto.
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