El acuerdo con Damasco tropieza en los altos del Gol¨¢n
Rabin encuentra dificultades para negociar con Siria incluso entre los colonos jud¨ªos que le votaron
Se llama Mirador de la Paz, y no cabe duda que ha sido construido como parte de la nueva campa?a israel¨ª para bloquear todo intento del Gobierno de Isaac Rabin de devolver siquiera una parte del Gol¨¢n a Siria. Son dos flamantes construcciones que coronan una de las colinas m¨¢s espectaculares sobre el mar de Galilea. La amplia terraza est¨¢ adornada con un destart¨¢lado ca?¨®n sirio capturado hace 27 a?os y que apunta hacia el pintoresco pueblo israel¨ª de Ein Gev. En el mirador, una peque?a cafeter¨ªa rodeada de jardines espera a los turistas. El mensaje es claro: el apego israel¨ª al Gol¨¢n no es un capricho teol¨®gico, es una cuesti¨®n vital para la seguridad del Estado israel¨ª.Bienvenidos a la trinchera de Joel Scheinfeld, un locuaz jud¨ªo pelirrojo de Nueva York que encabeza un grupo de colonos que, como nunca van a creer en la paz con Siria, est¨¢n tratando de frenar el nuevo plan del primer ministro Rabin. Scheinfeld dice que si los israel¨ªes que apoyan la idea de abandonar el Gol¨¢n a cambio de paz con sus archienemigos sirios se dieran una vuelta por el Mirador de la Paz, cambiar¨ªan de parecer. Y no ser¨ªa nada raro: una devoluci¨®n total del Gol¨¢n, como exige Damasco para rescatar las moribundas negociaciones de paz con Israel, volver¨ªa -seg¨²n los colonos- a poner soldados sirios en las crestas de las monta?as que dominan gran parte de Galilea. "?Ni hablar!", exclama Scheinfeld. "Israel quedar¨ªa nuevamente a merced del mismo ej¨¦rcito que hasta 1967 bombardeaba peri¨®dicamente aldeas y villorrios jud¨ªos", dice.
A pesar de recientes encuestas en sentido contrario, entre los 15.000 colonos israel¨ªes de los 32 asentamientos establecidos en los estrat¨¦gicos altos del Gol¨¢n desde 1967, hay poca fe en las promesas de Siria. Assad, en un discurso que fue descrito por funcionarios del Gobierno israel¨ª como "alentador", dijo la semana pasada que Damasco podr¨ªa vivir en paz con Israel si le devuelven el Gol¨¢n. Pero muchos de los colonos del Gol¨¢n, en su mayor¨ªa partidarios laboristas, dicen que Rabin, al ofrecer concesiones a Siria, est¨¢ cayendo en una trampa. Sir¨ªa ya ha rechazado la idea de Rabin de iniciar un repliegue muy limitado en el Gol¨¢n (sin desmantelar asentamientos) como parte de un plan escalonado para una retirada futura al t¨¦rmino de tres a?os de prueba. Eso para constatar las verdaderas intenciones de Siria. Adem¨¢s, los sirios, que insisten en que Israel debe comprometerse p¨²blica y formalmente a una retirada total como condici¨®n para reanudar las conversaciones de paz, no deja pasar la m¨ªnima oportunidad para recordar que los israel¨ªes hablan siempre de retirada en el Gol¨¢n y no de retirada del Gol¨¢n.
Tenues como resultan las perspectivas de un entendimiento en estos momentos, la propuesta de Rabin est¨¢ levantando polvareda incluso en su partido. La oposici¨®n en la Kneset la encabeza el parlamentario laborista Avigdor Kahalani, que, a riesgo de romper la disciplina partidaria, ha jurado mantener su oposici¨®n a cualquier iniciativa que contemple ceder territorio en el Gol¨¢n. Muchos laboristas, especialmente los colonos del Gol¨¢n, que votaron por Rabin porque en su campa?a electoral prometi¨® mantener a toda costa los altos, se han quedado pasmados.
"Todos quisi¨¦ramos hacer la paz con Siria", comentaba el viernes por la noche en el pueblo de Katzr¨ªn Danny Polachek, un agricultor emigrante. de Detroit entrevista do durante un mitin convocado para organizar la oposici¨®n al plan de Rabin. "Pero exigimos que sea una paz manteniendo el Gol¨¢n", precis¨®. Para Polachek, de 39 a?os, la paz con Siria se producir¨¢ ?el d¨ªa que Assad me permita vender mis manzanas en el mercado de Damasco".
?sa no es, por supuesto, ni siquiera una posibilidad remota. Siria lo ha dicho mil veces: no habr¨¢ paz con Israel en tanto permanezca cautivo "un solo ¨¢tomo" de territorio sirio.
Conscientes de que Estados Unidos se propone enviar al secretario de Estado, Warren Christopher, de regreso a Oriente Pr¨®ximo con la exclusiva misi¨®n de intentar desbloquear nuevamente las negociaciones entre Siria e Israel, muchos israel¨ªes -especialmente la derecha en la oposici¨®n- sospechan que Rabin tiene a¨²n cartas en la manga. Lo que ha agudizado la desconfianza en esos sectores es el nuevo llamamiento del ministro de Exteriores, Sim¨®n Peres, en favor de "negociaciones secretas" con Siria.
A fin de intensificar la presi¨®n sobre el Gobierno, el pasado fin de semana ocho colonos israel¨ªes del Gol¨¢n se declararon en huelga de hambre entre las ruinas de Gamla. Eligieron un lugar simb¨®lico: fue precisamente all¨ª donde, seg¨²n algunos autores, miles de israel¨ªes prefirieron la muerte lanz¨¢ndose a un precipicio antes que caer en manos de los romanos hace dos mil a?os.
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