Viajes

Este a?o, como muchos espa?oles, he cometido el error de pasar mis vacaciones fuera de Espa?a. Cansada de un pa¨ªs en el que los pol¨ªticos nos toman el pelo impunemente y en el que los Puerto Hurraco de turno nos ponen los pelos de punta, decid¨ª veranear al otro lado del oc¨¦ano, en lo que han dado en llamar el pa¨ªs de la libertad.Estados Unidos, el pa¨ªs que en su Constituci¨®n repite hasta la saciedad el t¨¦rmino libertad, podr¨ªa haberla definido previamente para as¨ª evitar decepciones a los que decidimos pasar nuestro periodo de est¨ªo por sus tierras.

Cuando, al estilo puramente espa?ol, armada de toalla, bronceadores, coca-cola, libro y tabaco, decid¨ª acercarme a las playas californianas, me vi sorprendida por enormes carteles que a la entrada de las mismas indicaban todo lo que estaba prohibido hacer: prohibido comer, prohibido beber, prohibido jugar a la pelota, prohibido hacer top-less, prohibido fumar, prohibido ba?arse... Y mi pregunta fue: ?se podr¨¢ tomar el sol o estaremos incumpliendo alguna norma establecida por ese se?or que proh¨ªbe a los balseros cubanos acercarse a las costas norteamericanas?

Pero la cosa no acaba ah¨ª. Cuando, inquieta por la extra?a sensaci¨®n de que mirar las olas y el horizonte casi seguro que estaba prohibido, decid¨ª comer una hamburguesa en una de las magn¨ªficas cadenas de comida basura del pa¨ªs, encontr¨¦ un letrero que dec¨ªa: "Prohibido charlar. Estancia m¨¢xima en las mesas, 20 minutos". Y digo yo: ?qu¨¦ hace un espa?ol que despu¨¦s de comer no puede hacer tertulia con sus compa?eros de mesa? Si a eso a?adimos ,que no puede fumar el cigarro posterior a la comida y que no puede ba?arse, la mejor decisi¨®n es volverse a su pa¨ªs y respirar el aire a libertad que s¨®lo al bajar del avi¨®n y ver los carteles de Aeropuerto de Madrid empez¨® a oxigenar mis neuronas-