El 'cometazo' hubiera causado cr¨¢teres de 60 kil¨®metros de di¨¢metro en la Tierra
Primera reuni¨®n de la Sociedad Espa?ola de Astronom¨ªa en Alicante
El planeta J¨²piter mantiene una gran banda negra en su hemisferio sur, all¨ª donde hace dos meses sufri¨® una veintena de enormes impactos al chocar contra ¨¦l los fragmentos del cometa Shoemaker-Levy, se inform¨® ayer en la primera reuni¨®n de la Sociedad. Espa?ola de Astronom¨ªa (SEA), en Alicante. A pesar de que el planeta no parece afectado por la colisi¨®n, los expertos han calculado ahora que si uno de los trozos m¨¢s grandes hubiera chocado contra la Tierra, habr¨ªa producido un cr¨¢ter de unos 60 kil¨®metros de di¨¢metro, superficie equivalente a la de ?lava.
"El impacto del cometa en J¨²piter ha sido un fen¨®meno ¨²nico, excepcional, mucho m¨¢s fuerte de lo que presum¨ªan las previsiones m¨¢s optimistas, y estamos desbordados por la cantidad de datos que tomamos en todos los observatorios del mundo durante aquella semana m¨¢gica. J¨²piter parece no haberse enterado. mucho", dijo S¨¢nchez Lavega, astr¨®nomo de la Universidad del Pa¨ªs Vasco que sigui¨® el cometazo, desde el observatorio del Pic Du Midi (Francia).La potencia de uno de los impactos mayores se estima en 200.000 megatones, frente a los 0,036 de la bomba de Hiroshima y los 15 del asteroide que explot¨® sobre Tunguska (Siberia). Cualquiera de estos impactos fue, sin embargo, menor que el que hace 65 millones de a?os pudo producirse en la Tierra, ocasionando una extinci¨®n masiva de especies, incluidos los dinosaurios, estimado en unos 1.000 millones de megatones. Pero las probabilidades de que la Tierra sufra un cataclismo parecido son unas 50.000 veces inferiores que en J¨²piter, dado el mayor tama?o y masa jovianos, asegur¨® S¨¢nchez Lavega.
La banda negruzca que se observa ahora y que se va clareando poco a poco se ha formado a partir de las manchas que dejaron las explosiones m¨¢s grandes del b¨®lido en la atm¨®sfera joviana, deform¨¢ndose y uni¨¦ndose por los fuertes vientos que all¨ª se han registrado, dijo S¨¢nchez Lavega. Las manchas de los impactos m¨¢s peque?os se difuminaron en pocos d¨ªas y con los telescopios terrestres ya no se ve ni rastro de ellas en el planeta gigante del sistema solar.
300 astr¨®nomos
Las primeras conclusiones del choque del b¨®lido, que fue avistado en primer lugar desde los observatorios en Espa?a y desde ellos se comunic¨® el descubrimiento a los especialistas de todo, el mundo, protagonizaron una de las sesiones cient¨ªficas de la reuni¨®n de la SEA que se clausura hoy. Esta organizaci¨®n fundada hace un a?o agrupa a casi la totalidad de los 300 astr¨®nomos profesionales espa?oles, y m¨¢s de la mitad de ellos han estado presentes en la asamblea de Alicante.
Las manchas producidas por los impactos de Shoemaker-Levy-9 no son- agujeros en la atm¨®sfera joviana sino nubes compuestas, en gran medida, por hidrocarburos que se formaron a partir de las reacciones qu¨ªmicas inducidas por los impactos en las nubes del planeta, han descubierto los astr¨®nomos al ir analizando los datos.
Mientras que el cuerpo celeste que se supone se estrell¨® contra la Tierra hace 65 millones de a?os debi¨® ser un asteroide (de composici¨®n rocosa) los cient¨ªficos siguen creyendo que el Slioemaker-Levy-9 era un cometa, dadas las trazas de agua que se han identificado en J¨²pites despu¨¦s de las explosiones. Y el agua debe de proceder del b¨®lido puesto que, seg¨²n se sabe ahora, los fragmentos no penetraron m¨¢s all¨¢ de 50 kil¨®metros en la atm¨®sfera del planeta, profundidad insuficiente para alcanzar las capas de vapor de agua y provocar su afloramiento a los estratos altos.
Lo que s¨ª se alcanzaron fueron temperaturas muy altas, de unos 5.000 a 10.000 grados cent¨ªgrados, considerablemente superiores a lo esperado, seg¨²n explic¨® en Alicante Wilhem Wamsteker. Este astr¨®nomo holand¨¦s que dirige el observatorio en ¨®rbita lUE, de la ESA, destaca otro dato importante: tras el choque del cometa se ha observado gran actividad de auroras boreales en el polo norte de J¨²piter inducidas por la entrada de los fragmentos a toda velocidad en la magnetosfera por el hemisferio sur.
Los astr¨®nomos del Instituto de Astrof¨ªsica de Canarias que han estudiado el cometazo han descubierto un doble fogonazo en las explosiones m¨¢s potentes, seg¨²n informaron en Alicante. Esta doble llamarada detectada en todas las longitudes de onda que se han observado indica cambios en la luminosidad posiblemente asociados a la evoluci¨®n t¨¦rmica.
Los astr¨®nomos siguen observando la evoluci¨®n del rastro del cometazo en J¨²piter con telescopios espaciales y terrestres. Mientras tanto han empezado a llegar im¨¢genes tomadas por la nave espacial Galileo en las que se ha visto por primera vez el momento de los impactos porque fue la ¨²nica situada detr¨¢s del planeta. El cometa choc¨® contra J¨²piter en su cara invisible desde la Tierra y s¨®lo se ve¨ªa el efecto de los impactos alg¨²n tiempo despu¨¦s, cuando el planeta gigante, al girar, orientaba la zona de la explosi¨®n hacia los telescopios terrestres.
El mayor festival
El cometazo fue el fen¨®meno astron¨®mico seguido por mayor n¨²mero de telescopios en todo el mundo en la historia de la astronom¨ªa, coment¨® S¨¢nchez Lavega en aquella semana se apuntaron hacia J¨²piter los observatorios espaciales y terrestres y se instalaron detectores en aviones y cohetes para tomar datos. Este experto destaca tambi¨¦n que en aquellos d¨ªas los astr¨®nomos utilizaron por primera vez a fondo las redes inform¨¢ticas para intercambiar instant¨¢neamente datos e im¨¢genes.
Todav¨ªa hay muchos datos por explorar, dado que el suicidio de Shoemaker-Levy-9 fue una oportunidad ¨²nica para estudiar J¨²piter. Seguramente se podr¨¢ averiguar al estudiar a fondo los datos qu¨¦ son los agentes de coloraci¨®n de su atm¨®sfera, es decir, a qu¨¦ se deben los tonos ocres y.rojizos caracter¨ªsticos. Tambi¨¦n deben estudiarse, dijeron los especialistas en Alicante, las ondas ac¨²sticas (s¨ªsmicas, ser¨ªan en la Tierra) provocadas en el interior del planeta por los impactos, lo que dar¨ªa pistas sobre la desconocida estructura interna joviana.
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