Pepa Montes y Ricardo Mi?o desarrollan un concepto global del flamenco tras 25 anos juntos
La reina Sof¨ªa acude al palco de honor del Lope de Vega en la 8? Bienal de Sevilla
La reina Sol¨ªa asisti¨® ayer a la bienal sevillana. Es la primera vez que la Casa Real espa?ola hace acto de presencia en este acontecimiento. La Reina ocup¨® el palco de honor del teatro Lope de Vega para asistir al recital titulado 25 a?os caminando juntos, de la bailaora Pepa Montes y el guitarrista Ricardo Mi?o, con el que los dos artistas sevillanos crean un espect¨¢culo en el que se unen tanto elementos art¨ªsticos como vivenciales.
El concierto de Pepa Montes y Ricardo Mi?o desarrolla un concierto global del flamenco en su diferente vertiente de cante, toque y baile, al que se incorporan instrumentos de m¨²sica cl¨¢sica y moderna con las guitarras de Juan Antonio Prieto y el saxo de Juan Cid.La Reina inaugur¨® a las ocho y media de la tarde en los salones del Casino de la Exposici¨®n de 1929, una panor¨¢mica retrospectiva del evento flamenco andaluz, en el que se exhiben materiales gr¨¢ficos, pict¨®ricos y literarios que reflejan sus 14 a?os de existencia desde 1980.
En la sesi¨®n inaugural de la noche anterior el bailaor y core¨®grafo Mario Maya hizo patente el grado de experiencia alcanzado a lo largo de su extensa carresa art¨ªstica. Aunque nacido en C¨®rdoba, el bailaor, gitano se cri¨®, desde la edad de cuatro a?os, en el ambiente del Sacromonte, por lo que es necesario considerarlo como un representante ¨ªntegro del esp¨ªritu y formas flamencas del famoso barrio granadino.
Mario Maya bail¨® en solitario y junto a un grupo de siete int¨¦rpretes, entre las que se encontraba su hija Bel¨¦n, habida con su matrimonio con la malograda bailaora Carmen Mora, fallecida en accidente de tr¨¢fico hace varios a?os. La joven Bel¨¦n Maya demostr¨® su doble casta de bailaora flamenca. Antes, y en el mismo concierto de apertura, en primera y segunda parte respectivamente, actuaron Enrique Morente y Manolo Sanl¨²car. El veterano guitarrista interpret¨® una serie de temas de su obra Tauromagia, en la que ofrece una s¨ªntesis de su estilo particular, b¨¢sicamente cl¨¢sico con pinceladas mel¨®dicas e instrumentales, de los vientos modernos que recorren el flamenco y m¨¢s concretamente el campo de la guitarra. La intervenci¨®n de Tino di Geraldo -que est¨¢ imponi¨¦ndose como un colaborador imprescindible de todos los grandes- contribuy¨® a actualizar el bell¨ªsimo toque del de Sanl¨²car, siempre inclinado hacia modelos acad¨¦micos.
Enrique Morente y Pepe Habichuela tuvieron que pelear contra elementos t¨¦cnicos deplorables, impropio de una sala del teatro Maestranza. La ¨ªnfima calidad del sonido no desoloc¨®, sin embargo, a los dos, maestros granadinos que brindaron una gran lecci¨®n del, cante y del toque m¨¢s evoluc¨ªonaos del momento actual. La escena fue ocupada posteriormente por el resto del grupo que trajo Morente, como es habitual en sus apariciones. Entre todos perfilaron una tanda de soleares, en el tono marcado en el pen¨²ltimo trabajo discrogr¨¢fico del cantaor con letras de Pedro Garfias, seguidas de otras del repertorio tradicional o de figuras como Pepe de la Matrona y Aurelio Sell¨¦s.
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