El Real Madrid B se encuentra con la madera
El Real Madrid escribi¨® ayer un intenso tratado sobre c¨®mo se perdona en un campo de f¨²tbol. Era ¨¦sta una faceta desconocida en los de Ben¨ªtez, siempre tan cari?osos con el gol. Pero resulta que se, encontraron enfrente con dos enemigos, a cual m¨¢s peligroso: el disciplinado Athletic y la maldita madera. Demasiados rivales.Apenas se llevaban disputados nueve minutos de la segunda parte cuando un espectador emiti¨® su desolada y adivinatoria sentencia: "?stos hoy no mojan ni de casualidad". Instantes antes, Dani, uno de los jugadores blancos m¨¢s acostumbrados al v¨¦rtigo de las grandes ocasiones, se encontr¨® con una de ellas. Recibi¨® un bal¨®n de oro en el ¨¢rea, lo acolch¨® en su pie derecho y encar¨® al meta vasco. Parec¨ªa que hab¨ªa porter¨ªa, que hab¨ªa gol. Pero s¨®lo hubo poste. El capricho llev¨® a aquel bal¨®n, primero a la cepa del palo, y luego a pasearse con hist¨¦rico suspense por el borde mismo de la l¨ªnea de porter¨ªa.
Era la tercera vez que los blancos mandaban el cuero a la madera. Hasta ese momento, les hab¨ªa sobrado f¨²tbol y s¨®lo les hab¨ªa faltado un cent¨ªmetro de precisi¨®n. El bombardeo sobre la meta de Aizkorreta comenz¨® a los ocho minutos, cuando Dani se fue de todos, incluido el portero, y la peg¨® mal, con la u?a, con destino a las nubes. Dos minutos despu¨¦s, Jovicevic puso el bal¨®n en el larguero al lanzar una falta directa.
El partido fue del Madrid, pero el encargado del marcador ni se movi¨®. Hizo un amago en el minuto 16, cuando. Dan? encontr¨® el gol. Pero el ¨¢rbitro hizo caso al linier y anul¨® el tanto por fuera de juego.
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