"Los especialistas debemos centrar nuestros esfuerzos en los pa¨ªses pobres"
Antonio Bay¨¦s de Luna, de 58 a?os y padre de cinco hijos, tiene en su haber varias d¨¦cadas de pr¨¢ctica cl¨ªnica y 25 a?os de docencia en la universidad. Dirige el departamento de cardiolog¨ªa y cirug¨ªa cardiaca del hospital de Sant Pau, pionero de los trasplantes de coraz¨®n en Espa?a y puntero en el tratamiento de las cardiopat¨ªas. El lunes pasado fue elegido presidente de la Sociedad Internacional de Cardiolog¨ªa, que re¨²ne a m¨¢s de 100.000 cardi¨®logos de todo el mundo.En este momento de proyecci¨®n Internacional, el profesor Bay¨¦s de Luna quiere hacer ¨¦nfasis en dos fidelidades: la que tiene por el hospital de Sant Pau -"siempre me ha dejado las alas libres y me ha apoyado"- y por su ciudad natal, Vic. A pesar de su ajetreada vida en Barcelona, Bay¨¦s considera como su principal residencia la casa familiar de Vic, en la que han pasado consulta cinco generaciones de m¨¦dicos. Fiel a estos antecedentes, sigue visitando en su ciudad los s¨¢bados por la ma?ana.
Pregunta. En lo que a cardiolog¨ªa se refiere, no todo el mundo es como Barcelona o Londres, las dos ciudades en que usted ha trabajado.
Respuesta. Desde luego. Nosotros hacemos trasplantes, y en muchos sitios no saben lo que es un marcapasos. Las diferencias son abismales, por eso creo que la asociaci¨®n debe centrar sus esfuerzos en los pa¨ªses pobres. En los industrializados, las sociedades nacionales tienen suficiente fuerza para conseguir sus objetivos. En cambio, es urgente canalizar recursos hacia el Tercer Mundo.
P. ?Qu¨¦ tipo de recursos y con qu¨¦ prioridades?
R. Recursos econ¨®micos, por supuesto, pero tambi¨¦n t¨¦cnicos y de formaci¨®n. Para que se haga una idea, en Espa?a estamos viendo ahora las ¨²ltimas secuelas de la fiebre reum¨¢tica, una enfermedad que afecta a las v¨¢lvulas cardiacas. Pero ya no se diagnostican nuevos casos. En la mayor¨ªa de los pa¨ªses en desarrollo, en cambio, la cardiopat¨ªa por fiebre reum¨¢tica sigue siendo muy frecuente. En una ciudad de 100.000 habitantes, 20.000 ni?os sufren una infecci¨®n de amigdalitis al a?o, de los cuales 4.000 pueden sufrir fiebre reum¨¢tica. Para evitarlo, bastar¨ªa con tratar la infecci¨®n con penicilina. Quinientos d¨®lares (64.000 pesetas) bastar¨ªan para evitar que apareciera un solo caso de fiebre reum¨¢tica en esa ciudad.
P. Mientras tanto, en los pa¨ªses ricos, ?el problema sigue siendo que comemos demasiado y tenemos h¨¢bitos perniciosos?
R. S¨ª, ¨¦sa es la paradoja. Aqu¨ª, controlar la hipertensi¨®n, bajar el colesterol y reducir el tabaquismo siguen siendo las prioridades.
P. ?Y cu¨¢ntas muertes podr¨ªan evitarse en Espa?a si mejorara la atenci¨®n de urgencia a los infartados?
R. No estamos en una situaci¨®n ideal, pero la verdad es que en los ¨²ltimos a?os ha mejorado mucho la llegada de los enfermos a las unidades coronarlas. De todos modos, aqu¨ª tambi¨¦n hay un problema de educaci¨®n sanitaria. Si alguien tiene un dolor fuerte en el pecho, que no espere al m¨¦dico de cabecera. Que vaya directo al hospital.
P. En una patolog¨ªa como la coronar¨ªa, ?de qu¨¦ forma inciden las listas de espera?
R. Afortunadamente tenemos una estructura suficiente para atender las urgencias sin demora. En los casos graves en que peligra la vida del paciente, no se producen esperas. Pero en un modelo asistencial de creciente demanda es imposible que no haya lista de espera. De todos modos, en cardiolog¨ªa no urgente, la espera deber¨ªa situarse por debajo de los tres meses. Y una demora superior a seis es totalmente inaceptable.
P. Algunos hospitales las tienen.
R. S¨ª, y es muy importante acortarla.
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