Catarros, piojos o la somatizaci¨®n de la vuelta al 'cole'
Los porrazos, con heridas diversas en las rodillas, los codos o la nariz, los catarros que coinciden con los primeros fr¨ªos del cambio de estaci¨®n y algunas enfermedades contagiosas t¨ªpicas de la infancia, como la varicela, son los trastornos m¨¢s frecuentes de los ni?os con la llegada de los d¨ªas de clase. Los expertos advierten, sobre todo, contra la man¨ªa de echar mano del botiqu¨ªn familiar, en especial los antibi¨®ticos, para tratar adecuadamente los problemas infantiles. "Un abuso de estos medicamentos puede ser perjudicial porque debilita las defensas y no soluciona nada si no est¨¢n bien indicados", explica Celedonio L¨®pez, jefe del servicio de urgencias pedi¨¢tricas del Hospital La Paz de Madrid.Lo que m¨¢s suele preocupar a los padres son, sin embargo, esos malestares indefinidos que aparecen siempre a la hora de levantarse: el cl¨¢sico "mam¨¢, me duele la tripa" o "la cabeza", al que no se sabe muy bien si dar importancia o no. En la mayor¨ªa de los casos, es la forma m¨¢s frecuente de somatizar las dificultades de adaptaci¨®n al nuevo curso o la angustia ante el fracaso escolar. Conviene, sin embargo, no dramatizarlos para evitar que degeneren en un aut¨¦ntico rechazo del colegio.
"En el aula, lo que procuramos, sobre todo, es que los ni?os aprendan a dar importancia a la higiene personal, que se laven las manos y se cuiden", explica Mar¨ªa ?ngeles Bar¨®n, profesora en un curso de 40 de E.G.B.
Los otros aspectos en los que m¨¢s insisten profesores y m¨¦dicos son un correcto desayuno, y en general una buena alimentaci¨®n, y el sue?o. "Hay que evitar que se atiborren de golosinas, de bollos o hamburguesas. Y sobre todo, que duerman poco entre deberes, videojuegos y televisi¨®n", explica Paloma Herreros, m¨¦dico responsable de la enfermer¨ªa de un colegio madrile?o en el que estudian cerca de 4.000 alumnos.
"Algunos chavales vienen cont¨ªnuamente a la enfermer¨ªa porque en realidad est¨¢n faltos de sue?o. Al cabo de unos d¨ªas se les pasa". A veces, estas cont¨ªnuas visitas responden a ligeras depresiones, tal vez porque han tenido un nuevo hermanito. Una causa frecuente son las separaciones de los padres. "Cuando les tiras un poco de la lengua, se echan a llorar y dicen que s¨ª que est¨¢n tristes", comenta Herreros."El problema que m¨¢s nos preocupa es el de los piojos", explica Mar¨ªa ?ngeles Bar¨®n. "Aunque realmente no causa mayores problemas. Simplemente se avisa a los padres para que est¨¦n pendientes si notamos que un cr¨ªo se rasca m¨¢s de lo normal".
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