Un diamante rubio
Una tenista valenciana de nueve a?os firma un contrato millonario en Alemania
"Quiero ser la n¨²mero uno", respondi¨® la valenciana Estefan¨ªa Fern¨¢ndez, tenista de nueve a?os, en el test psicol¨®gico de una empresa alemana el pasado mes de agosto. Poco despu¨¦s sus padres firmaban un contrato millonario por el pr¨®ximo a?o con esa compa?¨ªa ligada al deporte. Previamente hab¨ªa pasado unas exhaustivas pruebas f¨ªsicas en las que los m¨¦dicos alemanes la calificaron de "la m¨¢quina", en comparaci¨®n. con el portento de Miguel Indur¨¢in. Su capacidad de recuperaci¨®n del esfuerzo era asombrosa. Los progenitores calculan que la empresa gastar¨¢ en su hija unos 25 millones de pesetas durante el primer a?o de contrato.Manuel Fern¨¢ndez, residente en el Puerto de Sagunto (Valencia), pero hijo de emigrantes a Alemania, hab¨ªa enviado un v¨ªdeo con el sorprendente juego de su hija a las reputadas pistas alemanas de Halle. All¨ª le concedieron una hora para verla en directo, el d¨ªa 4 de agosto. Necesitaron 10 minutos. El entrenador se acerc¨® a Manuel y le dijo: "Su hija puede entrenarse aqu¨ª cuando quiera y le haremos una propuesta". No les dio tiempo. Se les adelant¨® Werner Esterhues, un empresario cazatalentos que se encaprich¨® de la ni?a. Pronto llegaron a un acuerdo. Los padres de Stefi, as¨ª le llaman en casa, exigieron que la ni?a, se quedara en Espa?a. "Kein problem", contest¨® Esterhues. El entrenador, Christian Klein, uno de los m¨¢s prestigiosos del club de Halle, se desplazar¨¢ a residir en Valencia. Stefi tendr¨¢ todo lo necesario para convertirse en una estrella: le alquilar¨¢n unas instalaciones completas (cinco pistas de tierra batida y un club social), tendr¨¢ una m¨¢quina electr¨®nica para tensar las raquetas, m¨¢quinas tirapelotas, le pagar¨¢n los gastos para presentarse a una serie de torneos y se someter¨¢ a controles m¨¦dicos regulares. A cambio, Stefi se compromete a llevar la marca Sarom en su ropa deportiva y a presentarse a hacer publicidad de alguno de los productos de la empresa cuando se le solicite ("siempre en vacaciones", insiste Manuel).
El contrato, firmado el 24 de agosto, se prorrogar¨¢ autom¨¢ticamente si ninguna de las dos partes decide lo contrario con tres meses de antelaci¨®n. "Siempre se har¨¢ lo que quiera ella", enfatiza Manuel. "Si ma?ana dice que no quiere jugar, no lo har¨¢", a?ade. En ese hipot¨¦tico caso, Esterhues tranquiliz¨® a Manuel: "Habr¨¦ apostado por un caballo ganador que no quiere correr".
Manuel y su mujer, Tere, est¨¢n impactados. Estefan¨ªa, rubia con grandes ojos azules, entusiasmada. "Me gusta viajar en avi¨®n. El coche me da miedo", advierte la ni?a ante su futuro inmediato. Sin antecedentes ten¨ªsticos, Stefi se inici¨® en el tenis a los cinco a?os, en la urbanizaci¨®n donde veraneaba. Y de los ocho a los nueve a?os progres¨® vertiginosamente. "Golpea muy bien de derecha y de rev¨¦s a dos manos, pero destaca su regularidad", apunta Diego Yerpes, su ¨²ltimo t¨¦cnico espa?ol, quien no deja de asombrarse de la magnitud de la apuesta: "Han visto un futuro brillant¨ªsimo, pero aun as¨ª es arriesgado". Como lo es el aceler¨®n en su aprendizaje desde su estancia de seis semanas en Alemania: ha cambiado la empu?adura en el saque y le, han ense?ado a darle efecto a la pelota.
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