Chavales
Estamos con vosotros, chavales. Lo estuvimos bailando las canciones de Cheb Khaled en tantas noches c¨¢lidas, h¨²medas y pre?adas de deseos, y volvemos a estarlo ahora que unos malnacidos han asesinado a Cheb Hasni. Chavales y chavalas de Argelia, ten¨¦is tanto derecho como nosotros a cantar, a bailar, a hacer el amor y a desear una vida m¨¢s libre y m¨¢s justa. Nosotros tuvimos aqu¨ª curas y militares que nos secuestraron durante d¨¦cadas ese derecho; vosotros ten¨¦is vuestros sacristanes y espadones particulares, unas mulas empecinadas en amargaros los mejores anos de la existencia. Estamos con vosotros porque ya vivimos lo que est¨¢is viviendo, por solidaridad y porque nos gusta el rai.Tomemos un vaso de tintorro a la salud de la vieja Cheija Rimiti, que lo agradecer¨¢, y coreemos por en¨¦sima vez lo que cantaban al alim¨®n Cheb Hasni y Chaba Zahouania: "La borrachera da ideas. Estamos ciegos y nos caemos al suelo. Llamad a un coche que nos recoja. No hay otro dios que Dios, pero la pasi¨®n gana siempre. Hicimos el amor en el interior de una barraca asquerosa". iYa rai!
Hace unos a?os, en la revista francesa Actuel, Jean-Francois Bizot defini¨® al rai como "un pescado que quileras atrapar con las manos enjabonadas". Para liquidar ese problema, el Frente de Liberaci¨®n Nacional y los islamistas emplearon y emplean contra el pescado del rai un instrumento contundente: la pistola.
Y es que el rai no es s¨®lo un nuevo g¨¦nero de m¨²sica popular, sino tambi¨¦n, y sobre todo, una bandera de combate. Producto del mestizaje cultural, la ¨²nica f¨®rmula que permite resolver el conflicto entre la internacionalizaci¨®n y la reivindicaci¨®n de las identidades tradicionales, el rai es uno de los caminos que nos conducen al porvenir. Nacido en las tabernas de Or¨¢n, la m¨¢s andaluza de las ciudades argelinas, el solar donde vivieron ¨¢rabes, bereberes, jud¨ªos" espa?oles, turcos y franceses, el rai es una desvergonzada s¨ªntesis de las tradicionales m¨²sicas norteafricanas con rock, funk, reggae y flamenco, cuyas letras hablan con desparpajo de alcohol, drogas y sexo.
Y ahora unos malnacidos han asesinado a Cheb Hasni. Esos malnacidos quieren encerraros a vosotros, los chavales y chavalas de Argelia, del Magreb, en una mezquita o en un cuartel. No les dej¨¦is, no les dejemos. ?Ya rai!
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.