ETA se cobija en la algarada callejera
La banda terrorista recompone su infraestructura con j¨®venes violentos procedentes de Jarrai
Los sucesivos golpes policiales asestados a la infraestructura de ETA en Francia y Espa?a no han impedido que, dos a?os despu¨¦s de la detenci¨®n en Bidart de la c¨²pula dirigente, la organizaci¨®n terrorista haya conseguido reestructurar su direcci¨®n y establecer nuevos comandos capaces de seguir cometiendo acciones violentas. Pero los permanentes relevos de sus dirigentes han desembocado en una estructura cada vez m¨¢s costre?ida, con menor capacidad de influencia y con gran rechazo social. Las masivas manifestaciones populares durante los cuatro meses de 4993 que estuvo secuestrado el ingeniero Julio Iglesias Zamora y. sobre todo, el importante descenso de votos sufrido por el brazo pol¨ªtico de ETA, Herri Batasuna, en las ¨²ltimas elecciones al Parlamento Europeo son la mejor prueba de ello.Los nuevos dirigentes de ETA, seg¨²n apunta el consejero de Interior del Gobierno vasco, Juan Mar¨ªa Atutxa, forman parte de "una direcci¨®n sin capacidad de imponer disciplina en sus filas y con necesidad de que alguien, desde este lado, le marque la estrategia a seguir". Seg¨²n Atutxa, la c¨²pula actual est¨¢ integrada por militantes de la nueva hornada, a los que califica de "quinta categor¨ªa", como F¨¦lix Alberto L¨®pez de la Calle, Mobutu; Juli¨¢n Atxurra Egurola, Pototo; I?aki Garc¨ªa Arregui, Maki de Renteria, y alg¨²n hist¨®rico, como Jos¨¦ Luis Arrieta Zubimendi, Azkoiti. Este ¨²ltimo permaneci¨® durante dos a?os en contacto y mantuvo conversaciones con la polic¨ªa, ante las expectativas de una v¨ªa de di¨¢logo al margen de la impuesta por ETA.
La capacidad operativa de la banda, seg¨²n se?alan responsables de la lucha antiterrorista, est¨¢ sustentada en tres comandos de ilegales (activistas fichados por la polic¨ªa) que tiene en Madrid, Vizcaya y Guip¨²zcoa, y varios comandos de legales (no fichados) en estas dos ¨²ltimas provincias. El consejero de Interior cree que la reestructuraci¨®n de la banda es permanente, aunque ello signifique que "sus militantes no sean del mismo calibre de los que ten¨ªa antes, porque cada vez va descendiendo la cualificaci¨®n de ¨¦stos".
La intensificaci¨®n de la colaboraci¨®n hispano-francesa en materia de terrorismo, protagonizada por la juez parisina Laurence Levert, ha sido decisiva para que en estos cuatro ¨²ltimos a?os ETA perdiese en Francia su capacidad de refugio. En ese tiempo, adem¨¢s de descabezar en varias ocasiones a ETA, la polic¨ªa consigui¨® desmantelar parte de la infraestructura de armas y explosivos que el grupo terrorista hab¨ªa conseguido establecer en territorio franc¨¦s, as¨ª como las redes de refugio con que contaba la organizaci¨®n en ese pa¨ªs, desplazadas desde el suroeste franc¨¦s hasta Burdeos, Breta?a y Par¨ªs por el acoso policial. Y desarticul¨® dos de los canales de extorsi¨®n del llamado impuesto revolucionario, que permit¨ªan a ETA captar fondos para las arcas de la organizaci¨®n. "Cortarles la posibilidad de seguir extorsionando ha sido decisivo, porque del dinero que recaudan a trav¨¦s del chantaje no solamente vive la organizaci¨®n, sino todo su entorno. La falta de fondos se percibe en todo el mundo que se mueve alrededor de la izquierda abertzale", se?ala Atutxa.
Pero si las acciones policiales han sido decisivas para diezmar parte de la capacidad operativa y de refugio de ETA, el rechazo de la sociedad ha sido cada vez m¨¢s palpable. Las t¨ªmidas concentraciones de los grupos pacifistas en los pueblos del Pa¨ªs Vasco cada vez que se produc¨ªa una acci¨®n violenta han dado paso a manifestaciones multitudinarias, en las que el ciudadano ya no oculta su frontal rechazo al terrorismo. Las mayores expresiones de repulsa hacia la actividad violenta de ETA se dieron a lo largo del secuestro del ingeniero donostiarra Julio Iglesias Zamora. El profesor de Sociolog¨ªa Ander Gurrutxaga se?alaba al respecto que esas movilizaciones fueron "la muestra del cansancio de la sociedad civil vasca ante la vio lencia". "Ese tipo de respuestas ha sumido al mundo radical en una especie de penumbra, de no saber qu¨¦ hacer". El coste pol¨ªtico por esa acci¨®n lo sufri¨® meses despu¨¦s Herri Batasuna en las urnas, al cuantificar 50.000 votos menos que en los anteriores comicios electorales.
En la marginaci¨®n de la violencia por parte de los ciudadanos vascos han desempe?ado un indudable papel las organizaciones pacifistas. Desde estas asociaciones se apunta que la actitud de la sociedad ha sufrido un cambio importante. "La inflexi¨®n se produjo a ra¨ªz de la firma del Pacto de Ajuria Enea (1988); es a partir de ese momento cuando el miembro de ETA deja para muchos de ser un gudari [luchador] y empieza a ser un terrorista", indica Javier Corcuera, presidente de la Asociaci¨®n Pro Derechos Humanos.
Comandos X e Y
Sin embargo, el clamor de una gran parte de la sociedad vasca pidiendo a ETA el cese de su actividad violenta sigue sin ser escuchado por un sector de la juventud de Euskadi, que, seg¨²n Atutxa, est¨¢ dispuesto a dar el salto de lanzamiento de c¨®cteles molotov a pegar tiros. Son j¨®venes que forman parte de los denominados comandos X e Y, grupos de apoyo a la organizaci¨®n terrorista encargados de realizar sabotajes a intereses p¨²blicos y privados. Los nuevos violentos fueron integrados en un plan di se?ado por el dirigente de ETA Jos¨¦ Luis ?lvarez Santacristina, Txelis, antes de ser detenido en Bidart -Txelis est¨¢ actualmente encarcelado en Francia y en pro ceso de conversi¨®n religiosa-.
Muchos de ellos pertenecen a Jarrai, la organizaci¨®n juvenil de la Coordinadora Abertzale Socialista (KAS). Los intentos de los responsables de este grupo por romper la imagen que tienen en la sociedad de semillero de ETA parecen resultar bald¨ªos; en los ¨²ltimos cuatro a?os cerca de un centenar de j¨®venes de Jarra? han sido detenidos por su presunta vinculaci¨®n con ETA. Aun a pesar de estos datos, el profesor de Sociolog¨ªa Javier Elzo afirma que los j¨®venes violentos son cada vez menos, y lo que es m¨¢s importante, seg¨²n indica, cada vez tienen menos capacidad de influir en el resto de j¨®venes. Para Elzo, ese tipo de j¨®venes se encuentran inmersos en "un mundo que no tiene rumbo, que carece de liderazgo definido, sin proyecto para un pa¨ªs que se est¨¢ formando a sus espaldas y que s¨®lo consiguen hacerse notar en la algarada callejera, en la alteraci¨®n del orden p¨²blico".
Los gritos de rechazo de la sociedad vasca a la violencia han tenido tambi¨¦n su eco en el interior de las c¨¢rceles donde se encuentran recluidos presos de ETA, en las que la organizaci¨®n no ha conseguido mantener su disciplina. En este terreno ha tenido cierta relevancia la aparici¨®n de Elkarri, organismo nacido de las filas de Herri Batasuna, que reconoce el derecho legal de los presos a acogerse a la reinserci¨®n social.
En estos ¨²ltimos a?os se ha producido un resquebrajamiento sin igual en el bloque del colectivo de presos de ETA, motivado precisamente por la aplicaci¨®n de las medidas de reinserci¨®n. En la actualidad, cerca de un centenar de presos es proclive a acogerse a la reinserci¨®n que propugna el Ministerio de Justicia e Interior, otros dos centenares son fieles a las directrices de ETA, y el resto se mantiene al margen de las ¨®rdenes que emanan de la direcci¨®n y muestra una postura de distanciamiento. La reciente huelga de hambre promovida por la direcci¨®n de la banda en las c¨¢rceles y en los sectores del entramado del Movimiento de Liberaci¨®n Nacional Vasco ha estado dirigida precisamente a este grupo de etarras distantes.
Dosis de generosidad
Aludiendo al tema de la reinserci¨®n, el consejero Atutxa apuesta por un proceso de reconciliaci¨®n, y se explica diciendo que ello no tiene que suponer "el olvido a las v¨ªctimas del terrorismo, sino aplicar dosis de generoridad para conseguir la pacificaci¨®n, ya que este pa¨ªs no va conseguir nada por la v¨ªa del aniquilamiento".
Paralelamente a la divisi¨®n que se vive en las c¨¢rceles, el goteo de cr¨ªticas a la continuidad de la actividad terrorista de ETA ha tenido asimismo su reflejo en la expulsi¨®n de hist¨®ricos dirigentes de la izquierda abertzale que decidieron manifestar sus discrepancias. Pol¨ªticos que durante a?os fueron la voz de Herri Batasuna, como I?aki Esnaola o Txema Montero, quedaron sepultados por las nuevas generaciones de militantes de KAS, que se hicieron con el poder en la formaci¨®n independentista. Esnaola reconoc¨ªa, poco despu¨¦s de ser expulsado de la direcci¨®n de HB en 1991, que la "falta de eficacia que ha mostrado la izquierda abertzale ha creado frustraci¨®n entre las bases. Hemos tenido oportunidades y no hemos acertado. Eso ha supuesto un desenga?o en la gente que batalla d¨ªa a d¨ªa en la calle".
La ejecutiva de Herri Batasuna formada despu¨¦s de la operaci¨®n policial de Bidart, en abril de 1992, se constituy¨® mayoritariamente por elementos de KAS, Coordinadora Abertzale Socialista, en la que est¨¢ presente la organizaci¨®n terrorista.
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