La apacible Suiza vive aturdida por la tragedia m¨¢s grave de su historia
La Confederaci¨®n Helv¨¦tica se despert¨® ayer por la ma?ana aturdida con las noticias. En la historia de este peque?o pa¨ªs no ha ocurrido nada igual. Amantes de la libertad, del individualismo a ultranza y del respeto a la vida privada, los ciudadanos de la Confederaci¨®n no pod¨ªan creerse los boletines de la radio que a partir de las seis de la ma?ana empezaron a contar lo que no s¨®lo iba a ser el suceso del d¨ªa, sino probablemente de toda la historia de dos apacibles pueblos: Cheiry, en Friburgo, y Salvan, en Valais.
La actividad de las 48 v¨ªctimas de este suicidio colectivo ha sorprendido a propios y extra?os. "En este para¨ªso terrestre", dec¨ªa un vecino de Cheiry, "no nos ocupamos de la gente que viene de fuera, poco deseosa de establecer contactos con los aut¨®ctonos". Ni la indiferencia de los habitantes del chal¨¦ ni los numerosos coches, muchos de ellos con matr¨ªculas de las compa?¨ªas de alquiler situadas en el aeropuerto de Ginebra, que llegaban los fines de semana a la casa de Albert Giacobino -muerto tambi¨¦n, pero en su cama y con una bolsa en la cabeza-, despertaron su curiosidad. "Hace tiempo que nos hac¨ªamos preguntas, pero siempre dec¨ªamos que no era asunto nuestro".Y es que los monta?osos cantones del Valais, de Friburgo y del Jura, son un terreno propicio para todo tipo de actividades de peque?os grupos inici¨¢ticos que van en busca del aislamiento que proporciona el campo, para poder practicar tranquilamente sus actividades ocultas.
Seg¨²n el fundador de la Uni¨®n Nacional de Asociaciones para la Defensa de las Familias y el Individuo, Paul Renc, aunque es dif¨ªcil saber con precisi¨®n el n¨²mero de sectas asentadas en Suiza, se contabilizan unas 200, "la mayor¨ªa peque?¨ªsimos grup¨²sculos" que prefieren los parajes de los cantones cat¨®licos.
En los cantones de tradici¨®n protestante proliferan los movimientos cristianos nacidos en el siglo XIX, como los bautistas o los pentecostistas. Aunque no responden al sentido tradicional de secta, todos ellos tienen sus propios lugares de culto y cuentan cada d¨ªa con m¨¢s seguidores.
Tanto en Suiza como en Francia est¨¢n floreciendo las ¨®rdenes neotemplarias, la mayor¨ªa disidentes de ¨®rdenes establecidas y dedicadas al culto de la naturaleza y el sol, aunque la gente "no tiene nada que ver con los templarios de anta?o", se?ala Renc. Muchos llegan a este "esoterismo a la occidental" decepcionados de las iglesias tradicionales y de la religi¨®n en general.
Pero Suiza tambi¨¦n conoce el fen¨®meno del retorno al misticismo de la Edad Media. La Orden Soberana y Militar del Templo de Jerusal¨¦n oficializ¨® su existencia en la Confederaci¨®n el pasado mes de julio y cuenta ya con unos 400 miembros repartidos en 11 comunidades.
El presidente suizo, Otto Stich, declar¨® ayer en Madrid que el suceso era "horrible", informa Efe. Stich regres¨® a su pa¨ªs interrumpiendo su asistencia a la reuni¨®n del FMI y del Banco Mundial.
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