Sin br¨²jula para el despegue
La crisis impone la reconversi¨®n de la industria vasca, pero no logra centrar el debate electoral
Los ciudadanos vascos acuden a las elecciones auton¨®micas del pr¨®ximo d¨ªa 23 con una econom¨ªa maltrecha castigada con la crisis industrial m¨¢s grave de los ¨²ltimos 30 a?os. Las ingentes ayudas p¨²blicas han permitido un desplome controlado de los obsoletos sectores estrat¨¦gicos, mientras la familia asum¨ªa progresivamente el papel de colch¨®n social. La reactivaci¨®n general de la econom¨ªa ha aliviado oportunamente la aguda crisis estructural derivada de la quiebra del modelo de desarrollo vasco, pero no supone garant¨ªa alguna para los 234.000 parados, j¨®venes en su gran mayor¨ªa. Parad¨®jicamente, esta cuesti¨®n nuclear para el futuro de los vascos no ocupa hoy el centro de los debates, ni parece constituirse en prioridad pol¨ªtica.
El desmantelamiento de los tradicionales sectores estrat¨¦gicos de la industria vasca, la siderurgia, los astilleros y papel, acelerado a lo largo de la pasada legislatura, ha situado a la comunidad aut¨®noma vasca en la antesala misma de esa sociedad dual, caracterizada por la divisi¨®n entre gente con trabajo y gente sin trabajo.No es que el paro sea mucho m¨¢s alto -su tasa del 25,3% s¨®lo supera en algo m¨¢s de un punto a la media espa?ola-; es que el desempleo alcanza al 56% de los j¨®venes -10 puntos por encima de la media estatal-, en un pa¨ªs en el que la industria, elemento aqu¨ª tractor de los servicios, dibuja una tendencia estructural al aumento del paro.
Sin turismo, sin agricultu, sin inversi¨®n exterior, propiamente dichas, la econom¨ªa vasca contempla su porvenir ante el espejo de su deteriorada industria, porque, como dice el dirigente de CC OO de Euskadi, Santiago Bengoa, y suscribe pr¨¢cticamente todo el mundo, "o somos industriales o, sencillamente, Euskadi no tendr¨¢ futuro". Surge, as¨ª, el fantasma de toda una generaci¨®n de j¨®venes, algunos ya no tan j¨®venes, destinada a nutrir las cifras del paro.
Escasos resultados
Es una situaci¨®n de tr¨¢nsito en la que lo nuevo, entendido como la incorporaci¨®n de electr¨®nica a la maquinaria, automatizaci¨®n de procesos, inform¨¢tica, calidad, dise?o y comercializaci¨®n, no acaba de ofrecer resultados, pese a que en estos ¨²ltimos a?os se han reforzado empresas y sectores llamados a brillar con luz propia en los mercados internacionales. Aunque no resuelve, por s¨ª misma, los graves problemas estructurales, la recuperaci¨®n econ¨®mica, con el espectacular aumento de la exportaci¨®n industrial vasca y las perspectivas de crecimiento del 1,6% del PIB, ha venido a paliar una situaci¨®n muy comprometida en la que el presupuesto p¨²blico ha estado sosteniendo buena parte del entramado empresarial.
Desde 1991, la industria ha perdido 53.000 puestos y s¨®lo el pasado a?o, m¨¢s de 93.000 trabajadores estuvieron sometidos a la regulaci¨®n de empleo. Junto a la amplia clase media profesional vasca que ocupa los restaurantes, pizzer¨ªas y burguers de comida r¨¢pida, entre otras cosas por el progresivo ascenso de la mujer vasca al mercado laboral -la tasa de actividad femenina ha crecido 15 puntos en 12 a?os-, el paisaje urbano ha incorporado j¨®venes desocupados y muchos miles de jubilados anticipados o inactivos en edad laboral que pactaron su salida en las reestructuraciones de empresas.
Todas las ma?anas, los senderos que conducen a la cima del Argalario, en la margen izquierda de la r¨ªa bilba¨ªna, ofrecen un tr¨¢nsito, anormal de hombres de mediana edad. Son jubilados anticipados que no han perdido el h¨¢bito de madrugar y temen quedarse anquilosados por la falta de actividad. Fernando Gonz¨¢lez Fern¨¢ndez, trabajador de Altos Hornos de Vizcaya (AHV), es uno de ellos, aunque actualmente se encuentre en el desempleo a la espera de ser incluido entre los 23.000 jubilados anticipados -9.700 se dieron de alta el pasado a?o-, registrados hasta el pasado mes de abril en la comunidad aut¨®noma. Tiene 51 a?os y, al igual que el resto de los reconvertidos de AHV, donde el salario normal oscila entre las 60.000 y las 200.000 pesetas, se ha retirado con el equivalente al ciento por ciento del sueldo neto, despu¨¦s de 27 a?os de trabajo en los hornos de cock y la colada continua en relevos de ocho horas que no respetaban los d¨ªas festivos ni los fines de semana.
Cualquiera dir¨ªa que este hombre tiene sobrados motivos para estar contento. Y, sin embargo, Fernando Gonz¨¢lez no transmite la satisfacci¨®n que cabr¨ªa esperar. "Siempre llevas un gusanillo dentro. Piensas qu¨¦ pasar¨¢ si la Seguridad Social no da para m¨¢s, si hay cambio de Gobierno y te bajan el sueldo. Y, ?qu¨¦ voy a hacer los pr¨®ximos 13 a?os?".
Habla de casos dram¨¢ticos de jubilados anticipados conocidos suyos que soportaron muy mal la inactividad despu¨¦s de una vida dedicada al trabajo, gente que no estaba preparada para plantearse otra cosa, problemas familiares surgidos de la permanente convivencia dom¨¦stica. "Tengo un compa?ero que era un tipo fortach¨®n, superactivo en la f¨¢brica, que ahora se est¨¢ quedando en los huesos. Dice que echa en falta aquella rutina, que le falta algo". Otro, que sigui¨® yendo a la f¨¢brica despu¨¦s de ser jubilado porque no resist¨ªa el quedarse en casa, mano sobre mano. Su esquela apareci¨® en la porter¨ªa de la empresa a los 10 d¨ªas de que le dijeran que no volviera a aparecer m¨¢s por all¨ª. "?Planes?, no puedo tener ninguno. Si trabajo en algo me levantan el sueldo. No s¨¦ otros, yo s¨ª estar¨ªa dispuesto a ayudar en algo. No, no, no nos han hablado de cursillos de formaci¨®n ni de nada de eso".
En el mismo Sestao, municipio en el que la crisis de AHV amenaza las finanzas del Ayuntmiento y el empobrecimiento se palpa en la calle y se constata en las discret¨ªsimas fiestas patronales de este a?o, hay cuadros bastante m¨¢s duros. Familias con tres hijos, de 26, 28 y 33 a?os, todos ellos en paro, que viven de una jubilaci¨®n anticipada.
Seg¨²n se deduce del sacrificio de reses en los mataderos, el consumo de vacuno en el ¨¢rea del Gran Bilbao ha descendido un 25%. Puede decirse con toda propiedad que, en su doble acepci¨®n econ¨®mica y an¨ªmica, la depresi¨®n, mucho m¨¢s patente en Vizcaya que en Guip¨²zcoa y, desde luego, ?lava, se ha instalado en toda el ¨¢rea de la margen izquierda del Nervi¨®n.
El Informe Social del Pa¨ªs Vasco, elaborado el pasado a?o por el Instituto lkei, constata, de hecho, que la sociedad vasca cree haber retrocedido en su bienestar social y atribuye esta sensaci¨®n a "la crisis econ¨®mica y al deterioro efectivo del nivel de empleo, con sus consecuencias de inestabilidad y tensi¨®n social".La lucha de los obreros de los Astilleros Euskalduna, en 1984, es la ¨²ltima batalla de los trabajadores vascos contra la amenaza de la reconversi¨®n, y aquellas im¨¢genes de enfrentamientos parecen ahora sepultadas por lo inapelable de los cambios.
"Tampoco es cosa de hacer tabla rasa", indica Enrique Portocarrero, presidente del C¨ªrculo de Empresarios de Vizcaya. "Est¨¢ el ejemplo de la miniacer¨ªa que sustituir¨¢ a la cabecera de AHV, y hay cosas muy aprovechables, como La Naval, que puede resurgir con la incorporaci¨®n de nuevas tecnolog¨ªas. El problema es la falta de alternativa al desempleo industrial".
La miniacer¨ªa en la que el vicelehendakari Jon Azua tiene tantas esperanzas, llamada a liderar la producci¨®n europea a partir de su alt¨ªsima tecnolog¨ªa y de una inversi¨®n de 50.000 millones, s¨®lo dar¨¢ trabajo a 300 o 360, empleados de una AHV qu¨¦ en sus a?os de gloria abr¨ªa sus puertas a 17.000 trabajadores. "La econom¨ªa", explica el profesor Antxon P¨¦rez de Calleja, "es una caja de la que sacas lo que metes. Si metes reivindicaciones, sacas grandes cambios tecnol¨®gicos".
P¨¦rez de Calleja tiene una explicaci¨®n en clave psicol¨®gica generacional para interpretar las conductas de los agentes sociales. "La sociedad adulta", dice "ha entendido la crisis a las mil maravillas; ha estado haci¨¦ndose la despistada mientras se sub¨ªan los salarios y dejaba a los j¨®venes fuera del mercado de trabajo. Lo, tr¨¢gico", a?ade, "no es la crisis en s¨ª, lo tr¨¢gico es que la crisis est¨¢ espantosamente mal repartida. Los maduros tenemos un 14% de paro y los j¨®venes el 60%. Se trata de impedir que ellos compitan con nosotros, pero, a la larga, lo vamos a pagar, porque si los j¨®venes no se incorporan al mercado de trabajo nuestras pensiones de jubilaci¨®n se van a ver muy disminuidas".
Para los j¨®venes vascos, tan preparados, con un alto grado de titulaci¨®n superior, el futuro no aporta garant¨ªa alguna, antes al contrario, de que una mejor formaci¨®n traiga consigo la superaci¨®n del status y del nivel de bienestar econ¨®mico de sus padres. Pese a sus estudios, los hijos de los patronos han vuelto a aparecer en los talleres y en las peque?as empresas para iniciarse de aprendices. De los 234.000 parados existentes en Euskadi, 170.000 tienen menos de 34 a?os.
Marina Villanueva es lo que se dice una alumna brillante de Empresariales, carrera que hasta hace unos a?os era sin¨®nimo de empleo cualificado, mucho m¨¢s si estaba avalada por la emblem¨¢tica Deusto. "Salvo alg¨²n enchufado, gente que tiene padrinos influyentes, no conozco a nadie de mis compa?eros que haya encontrado trabajo de verdad. Hay una amiga que reparte pizzas, otra folletos de publicidad, otro est¨¢ en un bar, otra da clases particulares, otro trabaja 12 horas diarias en una notar¨ªa por 40.000 pelas al mes. Les explotan y, por lo que dicen, tampoco es que aprendan gran cosa".
Emigrar a EE UU
Como otros muchos en su situaci¨®n, Jako Etxabe, diplomado en Empresariales, ha optado por prolongar sus estudios ante la falta de trabajo. La ¨²ltima pregunta que Antxon P¨¦rez de Calleja hace a los futuros licenciados es cu¨¢l es la principal asignatura de la carrera. ?l mismo les da la respuesta: "El ingl¨¦s, hombre, el ingl¨¦s, eso es lo que os permitir¨¢ emigrar a EE UU, que tiene un 6% de paro, o a esos pa¨ªses europeos que tienen la mitad de desempleo que Espa?a".
P¨¦rez de Calleja echa en falta un verdadero debate pol¨ªtico y social sobre el futuro. "En Euskadi", dice, "somos falsamente nacionalistas, rom¨¢nticamente nacionalistas, si se quiere. La econom¨ªa no es un prioridad pol¨ªtica. Si los vascos quisi¨¦ramos ser de verdad independientes nuestro primer problema ser¨ªa la econom¨ªa". Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz Urtxegui, secretario general de la organizaci¨®n empresarial Adegui, se lamenta, por su parte, de que estos a?os atr¨¢s ha habido "una pol¨ªtica estatal casi antiindustrial". "Los precios industriales evolucionan en torno al 1%, pero los servicios aplicados a la industria suben un 10%, y el coste energ¨¦tico es un 30% m¨¢s alto que otros pa¨ªses de Europa, como Francia. Se habla mucho" de las ayudas a la empresa vasca, y es verdad, pero el problema es que tenemos que competir con Alemania, no con Madrid o Barcelona"
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