Avance 'ultra'
AUSTRIA ES un pa¨ªs en el que se reflejan bastante bien los procesos pol¨ªticos europeos: ha tenido durante decenios Gobiernos de mayor¨ªa absoluta socialista o de coalici¨®n entre socialistas y democristianos, las dos fuerzas que m¨¢s han pesado en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Ha votado su incorporaci¨®n a la Uni¨®n Europea en el refer¨¦ndum de junio pasado con una holgada mayor¨ªa del 66,4%. Son razones para observar con particular atenci¨®n las elecciones parlamentarias celebradas el domingo. Los resultados indican un descenso acusado de la coalici¨®n de gobierno (con una ca¨ªda m¨¢s fuerte de los socialistas). La coalici¨®n conserva la mayor¨ªa simple en el Parlamento y, por tanto, la posibilidad de gobernar, pero pierde la mayor¨ªa de dos tercios indispensable para las votaciones esenciales sobre leyes constitucionales.El dato m¨¢s preocupante ha sido el ascenso del Partido Liberal (FPOE), que esconde bajo ese nombre un movimiento populista y xen¨®fobo dirigido por J?rg Haider. Este joven demagogo, admirador declarado de los ¨¦xitos de Hitler, es un pangermanista que niega la raz¨®n de ser al Estado austriaco, preconiza una reforma pol¨ªtica que de prioridad a la democracia plebiscitaria en detrimento de las asambleas representativas, propugna la liquidaci¨®n de toda regulaci¨®n en la vida econ¨®mica y abandera medidas dr¨¢sticas para acabar con la presencia de extranjeros. Su ¨¦xito es tambi¨¦n consecuencia de una campa?a demag¨®gica contra las corrupciones y privilegios de los partidos en el poder, sobre todo del socialista. Con esos argumentos ha ganado apoyo entre los j¨®venes, el electorado obrero que culpa del paro a los extranjeros y los campesinos que temen a la Uni¨®n Europea.
Haider se ha convertido, con el 23% de los votos, en el dirigente de ultraderecha con m¨¢s peso electoral de Europa, muy por encima, por ejemplo, del franc¨¦s Le Pen, que nunca ha superado el 15%. Es exagerado hablar de una oleada ultranacionalista en Europa, pero hay s¨ªntomas que no pueden ser ignorados. Por ejemplo, el simult¨¢neo avance de las candidaturas xen¨®fobas en las municipales de B¨¦lgica, coloc¨¢ndose incluso en el primer lugar en Amberes. Por el contrario, es tranquilizador el retroceso que las encuestas pronostican para los ultraderechistas republikaner en las inminentes elecciones alemanas.
En Austria, el mayor peligro inmediato viene de los efectos que podr¨ªa tener el auge ultra sobre la coalici¨®n gobernante, y concretamente en el partido popular (OEVP), expresi¨®n de las fuerzas conservadoras tradicionales. Una rama de este partido quiere romper con los socialistas, lo que le empujar¨ªa a buscar un acuerdo con Haider. Esta v¨ªa no parece posible ahora. Pero Haider puede esperar: su objetivo no es otro que la canciller¨ªa federal all¨¢ por 1998.
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