Se r¨ªen del p¨²blico
Sierro /Espl¨¢, Higares, LiriaCuatro toros de El Sierro (uno rechazado, otro devuelto), manejables excepto 6?. l? y 2? (sobrero) de Astolfi.Todos con trap¨ªo, inv¨¢lidos. Luis Francisco Espl¨¢: pinchazo tendido y, estocada trasera perdiendo la muleta (palmas y tambi¨¦n protestas cuando sale al terc¨ªo); pinchazo hondo trasero ladeado, rueda de peones y dos descabellos (silencio). ?scar Higares: estocada ca¨ªda (oreja con escasa petici¨®n, protestada); bajonazo (silencio). Pep¨ªn Liria: dos pinchazos, media y rueda de peones (aplausos); pinchazo hondo tendido trasero perdiendo la muleta y descabello (aplausos).
Plaza de, Las Ventas, 12 de octubre. 7? y ¨²ltima corrida de feria. Lleno.
JOAQU?N VIDAL
La risa es salud. Pero la risa sana faltar¨ªa m¨¢s; no la que se. gasta la mayor¨ªa de los taurinos: una risa sarc¨¢stica, a lo mejor lana risa de conejo, y de quien se r¨ªen es del p¨²blico. Al principio- se habla de viejos tiempos- su risa era solapada, por lo que pudiera suceder, mas ahora ya se r¨ªen en las propias barbas de la afici¨®n, ja, ja, ja!, y no pasa absolutamente nada
No pasa absolutamente nada pues les apoya la autoridad, que en madrile?o castizo llaman la autoridaz. La autoridaz es capaz de legislar a total conveniencia del taurinismo, no importa que sea el peor taurinismo, el taurinismo picaruelo, el mendaz, el golfo y el corruptor por las buenas. El reglamento vigente (conocido por reglamento Corcuera; flor selecta de la legislaci¨®n esperp¨¦ntica), es la risa del taurinismo institucionalizada; es la antolog¨ªa, del chascarrillo, que ha dado ideas a los taurinos golfos y corruptores para estarse riendo a?os y a?os de la afici¨®n, del p¨²blico, del C¨²chares, del arte de torear, del toro de cinco y del torero de veinticinco, de la mism¨ªsima fiesta.
La corrida de autos fue de risa. Bueno, algunos aficionados comentaban que era para llorar, pero seguramente exageraban. All¨ª no llor¨® nadie, que se sepa. Reirse tampoco se ri¨® el p¨²blico, salvo cuando apareci¨® un gato por los tendidos de sol. En cambio, los taurinos y la autoridaz no s¨®lo se rieron entonces sino que a¨²n se estar¨¢n riendo. Ah¨ª es nada: corrida inv¨¢lida que pas¨® casi entera; llenazo y una fortuna en taquillas; el torero que apodera gente de la empresa, con una orejita regalada por la autoridaz;, ahorro del precio de los sobreros que debieron saltar a la arena y se quedaron dentro por determinaci¨®n de la autoridaz.
Menuda es la autoridaz... Ejerc¨ªa tal funci¨®n el comisario Juan La marca, famoso por su peculiar sentido de la autoridaz. Dicen los aficionados que mientras permanezcan este funcionario y otros miembros del equipo de presidentes, Las Ventas seguir¨¢ siendo el tubo de la risa.
Luis Francisco Espl¨¢ tambi¨¦n hizo sus risas. A los toreros les ha dado ahora por pedir respeto. Suelen decir los toreros: "El p¨²blico debe estar callado mientras toreamos, pues merecemos un respeto". ?Y qu¨¦ respeto les merece a ellos el p¨²blico? Luis Francisco Espl¨¢, a quien la afici¨®n de Las Ventas respet¨® siempre por su torer¨ªa, perdi¨® los respetos -y quiz¨¢ los papeles- al ponerse la afici¨®n por montera. Sali¨® a recibir cuatro palmas mientras una mayor¨ªa protestaba, banderille¨® sendos inv¨¢lidos en medio de fenomenal esc¨¢ndalo, se puso luego a pegar pases hasta el hartazgo aunque le ped¨ªan que acabara con la agon¨ªa del toro de una vez. ?scar Higares estuvo decidido con un toro prob¨®n. Lance¨® bien a la ver¨®nica y logr¨® en su faena. algunos redondos excelentes, entre m¨²ltiples porf¨ªas y arrimos. Cuando se ech¨® la muleta a la izquierda, ya el toro estaba sin embestida. Al manejable quinto le aplic¨® una faena sin t¨¦cnica ni reuni¨®n, sin arte ni ideas, larga y pl¨²mbea. A los dos los mat¨® por los bajos, que es infamante forma de matar, jam¨¢s merecedora de orejas sino de severas reconvenciones.
Pep¨ªn Liria, en su turno, fue todo arrojo con un toro complicado y otro francamente peligroso. El complicado le revolc¨®, al peligroso le aguant¨® imp¨¢vido los guada?azos. Parec¨ªa una incongruencia: un torero honrado en medio de ese circo soez en que la autoridaz y los taurinos han convertido la fiesta.
Babelia
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