La imparable explosi¨®n xen¨®foba.
En los ¨²ltimos cuatro a?os, el numero de ataques racistas en Alemania se ha multiplicado por ocho
En los ¨²ltimos cuatro a?os la violencia ultraderechista en Alemania ha registrado un crecimiento explosivo: de los 306 actos violentos de la ultraderecha registrados el a?o 1990 se salt¨® a 1.489 en 1991, a 2.639 en 1992 y a 2.232 el a?o pasado. Ocho veces m¨¢s que al principio del decenio. En la actualidad ? apenas pasa un d¨ªa sin que las, agencias informen de atentados contra residencias de asilados o agresiones contra extranjeros en metros o tranv¨ªas. En ocasiones ciudades alemanas se convierten en escenario de aut¨¦nticas escenas de caza en explosiones de violencia racista y atentados xen¨®fobos, como ocurri¨® en Hoyerswerda, Rostock o Solingen.
La violencia ultraderechista en Alemania no se puede explicar de forma monocausal, a base del recurso f¨¢cil de relacionarla con, la reciente historia alemana, con el pasado nazi del pa¨ªs. Esto sena una explicaci¨®n resultante de una pereza intelectual para evitar interpretar m¨¢s A fondo el fen¨®meno e impedir¨ªa llegar a conocer la complejidad del fen¨®meno.
Existen sin duda grupos neonazis que act¨²an hoy d¨ªa en Alemania, pero los actos de violencia ultraderechista y xen¨®foba proceden en su mayor¨ªa de pandillas juveniles carentes de la organizaci¨®n y la ideolog¨ªa que caracteriz¨® al nazismo. El paralelismo de las tribus de cabezas rapadas alemanes hay que buscarla m¨¢s bien con grupos marginales europeos.
En el ¨²ltimo informe de la Oficina Federal para Defensa de la Constituci¨®n, los servicios secretos, se registra la actuaci¨®n de 42.400 miembros ultraderechistas m¨¢s o menos organizados en 77 grupos. En esta cifra no aparecen los 23.000 afiliados al partido de ultraderecha Los Republicanos, que representa a sectores de m¨¢s edad y que ha tratado de implantarse sin ¨¦xito por la vc¨ªa electoral. Los Republicanos han desaparecido casi de la escena pol¨ªtica,. quiz¨¢s como consecuencia de las actuaciones de los grupos violentos. Para el conservadurismo del alem¨¢n medio le resulta insoportable la visi¨®n del desorden provocado en las calles por j¨®venes de cabezas rapadas, aunque quiz¨¢ se identifiquen con la idea de que no estar¨ªa mal echar a los extranjeros.
Para los servicios secretos alemanes, se pueden se?alar un manojo de causas de la violencia ultraderechista: "P¨¦rdida de los lazos sociales y de los valores, carencia de orientaci¨®n y perspectivas, intolerancia y exigencias exageradas". A las personas j¨®venes afectadas por esta situaci¨®n "el grupo les transmite reconocimiento, seguridad y autoconciencia (sentimiento del nosotros). Esto tiene especial validez para las bandas que act¨²an de forma marcial, como los grupos neonazis o los cabezas rapadas".
La rebaja en el umbral de inhibici¨®n para aplicar la violencia se fortalece por el consumo de alcohol, m¨²sica estimulante glorificadora de la violencia, textos con contenido extremista de derecha y los procesos de escalada en la din¨¢mica del grupo. Destacan los servicios secretos el efecto imitaci¨®n que provoca la difusi¨®n de los incidentes xen¨®fobos.
La presencia. del alcohol ha sido casi constante en los incidentes m¨¢s graves en los que bandas de j¨®venes borrachos se lanzaban contra los extranjeros o asilados. En el proceso contra los cuatro j¨®venes, tres menores de 20 a?os, por el incendio de la casa de una familia turca en Solingen el 29 de mayo de 1993, el hecho estuvo precedido de un largo recorrido de los presuntos autores por diferentes bares. Otro tanto s¨¦ puede advertir en los incidentes de Hoyerswerda en 1991 y Rostock en 1992.
En la introduci¨®n de otro libro reciente sobre el tema, Manual del extremismo de derecha, se acent¨²a las causas econ¨®micas del fen¨®meno y se?ala c¨®mo cada vez m¨¢s personas se caen a trav¨¦s de los agujeros de las redes de la Seguridad Social.
Gran parte de la violencia xen¨®foba ha sido desencadenada por la creencia generalizada entre esos sectores de que los asilados perciben fondos de asistencia social. Formas de vida diferentes, el color de la piel, complejos y miedos at¨¢vicos de los alemanes han provocado en diversas ocasiones los graves incidentes xen¨®fobos. ?Por qu¨¦ predomina el miedo alem¨¢n y no el examen sobrio de los hechos como en otras partes?, se pregunta Leggewie en la introducci¨®n a su obra. Los analistas sociales buscan en Alemania la respuesta, mientras que los pol¨ªticos creen que con restringir el derecho de asilo y m¨¢s polic¨ªa se puede atajar el problema.
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