"Luz roja' va a ser nuestra venganza personal contra los 'reality shows"
Elena Ochoa -orensana, de 3 6 anos, psic¨®loga especializada en esquizofrenia- es la mujer iras espiada de la televisi¨®n. Hoy reaparece (23.15, TVE-1) con Luz roja, un espacio que pretende distanciarse de la abigarrada morralla de reality shows. Reci¨¦n llegada a Cambrigde, donde ha investigado el mal de Alzheimer, confiesa que no le entusiasma especialmente la televisi¨®n, pero reconoce que es un elemento clave en la cultura del siglo XX.Pregunta. Vuelve a la televisi¨®n y lo hace de la mano de Chicho Ib¨¢?ez Serrador. La Comparaci¨®n con Hablemos de. sexo es inevitable.
Respuesta. A Chicho y a m¨ª se nos asocia. con ese programa, pero Luz roja no va a girar en torno al sexo. Habr¨¢ temas de sexo, por supuesto, porque es un cap¨ªtulo de la conducta humana. Trataremos situaciones como el miedo, la angustia, las obsesiones, la violencia, o el ocultismo. El ¨²nico parecido con Hablemos de sexo es el formato, con p¨²blico en el estudio, preguntas telef¨®nicas y una informaci¨®n simple, aunque apoyada en asesores muy escogidos. Creemos en la prevenci¨®n y la informaci¨®n desde la televisi¨®n como un veh¨ªculo de educaci¨®n para la salud.
P. ?Entonces no ser¨¢ un programa con rombos?
R. Cuando haya im¨¢genes conflictivas para los ni?os, avisaremos. Luego, los padres que hagan lo que crean conveniente.
P. ?Le obsesionan las audiencias? .
R. En Hablemos de sexo nunca las preguntaba.
P. El t¨ªtulo sugiere peligro. ?Con qu¨¦ se va a encontrar el lelespectador?
R. Luz roja no significa peligro, aunque en algunos casos Ib¨¢?ez Serrador opina que s¨ª. Para m¨ª, esa luz roja es una llamada de atenci¨®n. Perder el control, tener una depresi¨®n o sentirse imbuido por una vocaci¨®n religiosa cuando antes se era ateo es algo que le puede pasar a usted en un momento determinado.
P. ?Sospecha que despertar¨¢ la misma controversia que Hablemos de sexo?
R. En determinados asuntos, como el de la violencia, s¨ª, porque seremos tajantes. No pretendemos exhibir ni dictar juicios morales, aunque ser¨¢ necesario ilustrar m¨ªnimamente las situaciones. Hemos desechado dos que otros programas se hubieran pegado por tenerlas. Son escenas que dejan a la gente pegada al televisor, pero no encajan, son incompatibles con la ¨¦tica. Chicho se ha negado a incluirlas porque son un show y este programa lo ha concebido como una venganza personal contra los reality shows. Si emitimos im¨¢genes crudas es para que la gente. las rechace.P. Si examina el estado de la televisi¨®n, ?cu¨¢l es su diagn¨®stico?
R. He llegado de Inglaterra hace poco. Vi la primera ¨¦poca de Qui¨¦n sabe donde. No conozco Lo que necesitas es amor, Cita con la vida o Confesiones. Pero creo que los reality van a bajar, como en su d¨ªa bajaron, los culebrones.
P. ?Y los programas sobre medicina?
R. Tanto en la BBC como en Antenne 2 han sobrevivido. Recuerdo un programa sobre la anorexia que no resultaba en absoluto morboso. Lo he grabado para pon¨¦rselo a mis alumnos, porque no era un reality show. En cambio hay gente que puede coger una anorexia y hacer un programa por el que merecer¨ªa ser empalada y colgada en mitad de una plaza.
P. A veces la televisi¨®n es un germen de violencia. Como aquel hombre que tir¨® a su hermano por la ventana por una discusi¨®n sobre el control del mando a distancia.
R. Tambi¨¦n lo es un cuchillo que tienes en la cocina. El televisor es el elemento sobre el que gira la familia. El germen de violencia no est¨¢ en querer poner un canal u otro; est¨¢ en proyectar, por ejemplo, Historia de O a las once de la noche.
P. ?Qu¨¦ ha pasado con Al l¨ªmite, el programa que realiz¨® para Antena 3 el a?o pasado?
R. Est¨¢ durmiendo el sue?o de los justos. Dicen que era demasiado intelectual. Yo no lo creo as¨ª. Lo siento por las 300 personas que intervinieron, que vinieron de Par¨ªs, Suiza.... y sin cobrar. Ahora ser¨ªa rid¨ªculo emitirlo. Hay gente que ha, muerto y otros, como Baltasar Garz¨®n o Antoni Asunci¨®n, que no mantendr¨ªan hoy las mismas opiniones. El programa sobre el dinero ser¨ªa na?f en estos momentos. Algunos de los que sal¨ªan hablando, como S¨¢nchez Ferlosio, me matar¨ªan.
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