Los favores del 'amigo' de Baviera
La CSU, el s¨®cio b¨¢varo y m¨¢s C¨®nservador de Kohl, mantiene su hegemon¨ªa a pesar de los esc¨¢ndalos
Una banda de viento de muniqueses ataviados con trajes regi¨®nales que incluyen el inevitable sombrerito con pluma blanca, ameniza el pr¨®logo del mitin de cierre de campa?a de la Uni¨®n Social Cristiana (CSU), celebrado el viernes. El p¨²blico tampoco deja lugar a dudas sobre su identidad b¨¢vara y los carteles electorales resumen la filosof¨ªa del partido parlamentario m¨¢s conservador de Alemania: m¨¢s ayudas a la familia, m¨¢s polic¨ªas y mano dura con los extranjeros revoltosos. Los aires folcl¨®ricos y el penetrante olor a salchicha !e confunden con las cifras del bienestar econ¨®mico. El presidente de la CSU y ministro federal de Finanzas, Theo Waigel, lanza furibundos ataques contra la prensa independiente y contra los residentes de otros pa¨ªses mientras recita, una y otra vez, las recetas del Fondo Monetario Internacional. Estabilidad del marco, contenci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico y crecimiento econ¨®mico del 2,3% en este a?o son los argumentos definitivos que acompa?an los sones de los valses.La CSU reina de forma aplastante en el Estado libre de Baviera desde el final de la II Guerra Mundial con unas mayor¨ªas absolutas que brinda luego en bandeja a la Uni¨®n Dem¨®crata Cristiana (CDU) de Helmut Kohl para que gobierne en Bonn. La fuerte personalidad cultural e hist¨®rica de Baviera en una Alemania con una estructura marcadamente federal, ha permitido la identificaci¨®n total de la CSU con el land m¨¢s extenso del pa¨ªs. Nunca se atrevieron los democristianos de la CDU, implantados en el resto de Alemania, a poner sus pies en Baviera. Al margen de este pacto impl¨ªcito entre la derecha federal y los b¨¢varos, la CSU presenta el perfil m¨¢s ultraconservador de la coalici¨®n gubernamental. "Claro que tienen derechos los extranjeros, pero si los utilizan para cortar una autopista y agredir a la polic¨ªa cuando va a dispersarlos, entonces deben volver a su pa¨ªs", bram¨® Waigel el viernes por la noche en su intervenci¨®n m¨¢s aplaudida.
A pesar del paisaje de fondo de amplios sectores de la poblaci¨®n alemana que demuestran, por accion o por omisi¨®n, abiertos tintes racistas y xen¨®fobos, los partidos neonazis no han logrado nunca entrar en el Bundestag (Parlamento federal) Pero, de hecho, buena parte del fascismo sociol¨®gico se encuentra representado en las filas de, la CDU del canciller Kohl y, en mayor medida, de la CSU de Baviera. Cara y cruz de la democracia alemana, los partidos de la derecha tradicional han conseguido integrar a los ultraderechistas, pero siempre a cambio de endurecer notablemente sus posiciones pol¨ªticas. Ni una sola medida contra los ataques y las discriminaciones a los extranjeros, especialmente de los turcos, ha sido anunciada por Kohl o por Waigel durante la aburrida campa?a electoral alemana.
Orgullo nacional, euforia por la reunificaci¨®n del pa¨ªs en 1990, confianza en la recuperaci¨®n econ¨®mica y agitaci¨®n del fantasma del anticomunismo han presidido los m¨ªtines de la coalici¨®n CDU_CSU a lo largo de todo el pa¨ªs. Aunque el candidato socialdem¨®crata del SPI), Rudolf Scharping, ha repetido una y otra vez que no aceptar¨¢ el apoyo de los ex comunistas del PDS para gobernar, Waigel repiti¨® de nuevo la cantinela de "si los bolcheviques tienen algo que decir tras las elecciones, significar¨¢ el desastre econ¨®mico y social para Alemania". La ovaci¨®n de los 400 asistentes al acto electoral de M¨²nich estaba asegurada.
Los esc¨¢ndalos como el llamado caso amigo el enriquecimiento presuntamente ilegal de un empresario a la sombra del desaparecido l¨ªder b¨¢varo Franz Josef Strauss- no han perjudicado lo m¨¢s m¨ªnimo las expectativas electoral¨¦s de una CSU que siempre ofrece su colaboraci¨®n a Kohl a cambio de varios Ministerios federales importantes y cuantiosas inversiones para Baviera.
Monarqu¨ªa federada con el resto de Alemania hasta 1918, Baviera asisti¨® despu¨¦s al ascenso del nacionalsocialismo de Adolfo Hitler y m¨¢s tarde a un vertiginoso milagro econ¨®mico tras la destrucci¨®n de la II Guerra Mundial, que convirti¨® este antiguo land agr¨ªcola en un emporio industrial y tecnol¨®gico. La transformaciones econ¨®micas han sido inmensas, pero bajo los pintorescos trajes regionales los b¨¢varos de la CSU esconden sue?os de la monarqu¨ªa perdida y algaradas callejeras de los nazis en los a?os treinta contr¨¢ jud¨ªos y extranjeros.
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