"Votamos Europa para alejarnos de los Zirinovski"
Finlandia decide hoy en refer¨¦ndum la primera ampliaci¨®n de, la Uni¨®n Europea a los paises n¨®rdicos
Finlandia votar¨¢ hoy en refer¨¦ndum sobre su adhesi¨®n a la Uni¨®n Europea (UE) mirando de reojo los peligros de inestabilidad procedentes de la vecina Rusia. Si las encuestas no mienten -m¨¢s del 60% del censo favorable al s¨ª-, el triunfo ser¨¢ un paseo. Pero el fracaso contagiar¨ªa a los dubitativos suecos y a los recelosos noruegos: la ampliaci¨®n n¨®rdica quedar¨ªa estrangulada. El no se encastilla en las zonas rurales del norte, Laponia incluida. El s¨ª, en las grandes capitales del sur del pa¨ªs, Helsinki a la cabeza. Finlandia ya est¨¢ integrada a la econom¨ªa comunitaria. Pero todav¨ªa no a su pol¨ªtica."Los finlandeses votaremos por impulsos sentimentales m¨¢s que por un an¨¢lisis fr¨ªo de la lista de ventajas y desventuras comparadas". As¨ª opina Kari Kangas, un joven ingeniero inform¨¢tico que trabaja en la Kyramene Corporation, la cuarta compa?¨ªa papelera del pa¨ªs. "Nuestro voto servir¨¢ para alejar la sombra de los Zirinovski", ilustra, aludiendo a la nueva amenaza del Este -nada que ver con la ¨¦poca de la guerra fr¨ªa-, que ahora se viste de nacionalismo exacerbado, de inseguridad ciudadana, aumento de la criminalidad y problemas ecol¨®gicos. "La mayor¨ªa quiere alejarse de Rusia", dejar de ser un Estado tap¨®n.
Algo comprensible si se recuerda no s¨®lo la brevedad de la historia de este pa¨ªs, indepen-. diente de la URSS s¨®lo desde 1917, sino tambi¨¦n que la frontera com¨²n con Rusia totaliza 1.269 kil¨®metros. Y que su patio trasero est¨¢ casi deshabitado, con menos de diez habitantes por kil¨®metro cuadrado.
"Dejar de ser perif¨¦ricos"
Se trata de alejarse geopol¨ªticamente, de "dejar, de ser perif¨¦ricos de Europa, estabilizando nuestra posici¨®n en el mundo despu¨¦s de los grandes cambios de los ¨²ltimos a?os", como indica el l¨ªder de la oposici¨®n socialdem¨®crata, Paavo Lipponen. El acuerdo con el Gobierno de centro-derecha en el reto europeo "es total, no hay oposic¨ª¨®n", indica un polit¨®logo. Tambi¨¦n lo es el consenso para "no entrar en alianzas militares", e implicarse s¨®lo "en operaciones de mantenimiento de la paz", una herencia del neutralismo que tambi¨¦n reivindica el primer ministro, Esko Aho.El alejamiento de Rusia quiere hacerse de -puntillas, sin molestar, redescubriendo el viejo hogar de la com¨²n cultura europea como un viaje de Ulises sin peligrosos cantos de sirena.
La separaci¨®n econ¨®mica es ya un hecho: desde el derrumbamiento del imperio sovi¨¦tico, el comercio exterior con Rusia una partida importante, llegaba al 20% del total ha ca¨ªdo en barrena. 41 colapso del vecino embarranc¨® la econom¨ªa propia.
Los primeros a?os noventa han sido de extrema dureza para un pa¨ªs que ten¨ªa a gala ser de los m¨¢s ricos del mundo- el crec¨ªmiento disminuy¨® 15 puntos en tres a?os, el paro aument¨® desde el 3,4% al 20% de la poblaci¨®n activa -medio mill¨®n de desempleados sobre 2,5 millones de activos-, disparando el gasto p¨²blico asistencial (cerca del 19% del presupuesto) e incrementando la deuda hasta el 70% del PIB. Todo ello provoc¨® en 1992 una depreciaci¨®n de la moneda del 23%.
Estos datos le costar¨¢n probablemente el puesto al Gobierno. Todos los pron¨®sticos auguran una victoria socialdem¨®crata para las legislativas de marzo de 1995 si Aho no logra acelerar la rampante recuperaci¨®n.
Cuenta para ello con el plan Pekkanen, elaborado por un comit¨¦ dependiente del presidente de la Rep¨²blica, Martti Alitisaar, destinado a crear 330.000 empleos, disminuir la deuda y reequilibrar los impuestos en cinco a?os mediante recetas de austeridad pactada. El plan, una reviviscencia del consenso propio de los a del Estado de bienestar, est¨¢ en lista de espera del imprescindible voto opositor, atenazado por dudas hamletianas sobre si su aprobaci¨®n -a cinco meses de los comicios- resucitar¨¢ al electoralmente decr¨¦pito rival.
Con" plan o sin ¨¦l, con recesi¨®n sin ella; Finlandia es ya socio inseparable de la Uni¨®n Europea: la mitad de sus exportaciones (el 46,9% en 1993) se destina a los Doce, y de ellos proceden otras tantas importaciones (el 46,5%).
Pero si econ¨®mica y pol¨ªticamente la adaptaci¨®n a la UE ser¨¢ relativamente f¨¢cil, el cambio de mentalidad es harina de otro costal. "Pensar en europeo" va a generar algunas contradicciones.
El debate, est¨¢ hoy m¨¢s en los peri¨®dicos que en las tribunas pol¨ªticas. Pero la clase dirigente es consciente -socialdem¨®cratas incluidos- de que debe reorganizar el Estado de bienestar seg¨²n las orientaciones comunitarias -m¨¢s liberalizaci¨®n a¨²n, conservando la solidaridad-, si no quiere desmantelarlo, lo que los finlandeses desean evitar a toda costa.
Urge, entre otras cosas, implantar reformas estructurales en los mercados p¨²blico y laboral.
Entre ellas, nuevas f¨®rmulas de contratar y la reforma del seguro de desempleo para luchar contra el paro. Entre otras razones porque, para una misma calificaci¨®n profesional, el parado finland¨¦s, cuyo subsidio no est¨¢ sujeto a impuestos, ingresa m¨¢s que el empleado. Y la disposici¨®n a reintegrarse en el mercado laboral en una categor¨ªa laboral inferior es escasa, entre otras razones porque el futuro seguro de paro se calcula seg¨²n el ¨²ltimo empleo.
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