Eligieron humanidades y no se arrepienten
Alumnos del ¨²ltimo curso de Filosof¨ªa, Filolog¨ªa e Historia cuentan su experiencia
Dec¨ªan hace cuatro a?os, cuando ingresaban en la Universidad Complutense y les entrevist¨® este diario, que eran conscientes de que estaban "nadando contra corriente". Hoy, cuando emprenden el ¨²ltimo curso de sus respectivas carreras, piensan lo mismo. Y ello a pesar de que no perciben, en esta sociedad, "s¨ªntoma alguno de que est¨¦ dispuesta a dar un giro radical a su sistema valores". Un sistema en el que parece no encajar el humanismo que a ellos les apasiona.Son cinco j¨®venes con expedientes brillantes en sus estudios preuniversitarios y las m¨¢ximas calificaciones en la prueba de selectividad. Eligieron estudiar carreras de letras puras contra las voces disuasorias de sus propios compa?eros de bachillerato ("Yo, con esas notazas, a buenas horas iba a embarcarme en una carrera con tan pocas salidas", les dec¨ªan), cuando no contra la insinuaci¨®n de que si eleg¨ªan esto ser¨ªa porque no podr¨ªan con lo otro, siendo ese "lo otro" el prestigioso mundo de las. ciencias puras o del ejecutivismo.
Ahora los cinco aseguran que no se arrepienten en absoluto de su elecci¨®n y que, por el contrario, su vocaci¨®n se ha afianzado durante estos a?os, pese a las no pocas "decepciones" que les ha deparado una universidad, un sistema de ense?anza que critican, eso s¨ª, "constructivamente, sin acritud y sin generalizar".
Celia Oliver, en quinto de Filolog¨ªa, especialidad de Ling¨¹¨ªstica, tiene especial inter¨¦s en Subrayar ese matiz. Consciente de que una de las banderas de los estudios de humanidades es precisamente que ellos permiten, m¨¢s que ning¨²n otro, el cultivo de la duda sistem¨¢tica y la actitud cr¨ªtica, Celia, que empieza por advertir que "no ten¨ªa una idea demasiado id¨ªlica de la universidad", quiere dejar claro que ella no soporta "el regodeo en la negaci¨®n". "Hay que ser cr¨ªticos, pero no destructivos. Los que se endemonian por lo mal que est¨¢ todo, cuando les toca actuar a ellos, suelen dejar las cosas peor que como estaban".
Desde Minnesota
Sonia Arribas responde telef¨®nicamente desde su habitaci¨®n en la residencia de estudiantes de la Universidad de Minnesota (EE UU): "Es m¨¢s lo que me han aportado los libros, el contacto directo con los autores, que la propia universidad, con las excepciones de rigor". Aclara, no obstante, que esta reconocida a la Complutense porque le ha facilitado la beca que le permite estar "en la gloria". "Ven¨ªa cargada de prejuicios hacia el mundo norteamericano, pero he de reconocer que me he encontrado con una universidad en la que se advierte a simple vista la generosidad en los recursos ?Hay una biblioteca fant¨¢stica!"... Al llegar a este punto, lanza su mensaje para los que vienen detr¨¢s: "Seguramente lo mejor que puede hacer la universidad es justamente esto: favorecer al m¨¢ximo la salida de los estudiantes a otras universidades, al contacto con otras culturas, otras ideas, y ese 'salir fuera' es especialmente necesario en el campo de las humanidades"."Naturalmente que sigo entusiasmada con mis estudios", contin¨²a, "y considero que deben promocionarse m¨¢s". "Me parece terrible lo que est¨¢ pasando con las disciplinas human¨ªstica en los planes de estudios de las ense?anzas medias. Las humanidades son lo ¨²nico que nos queda para formar gente cr¨ªtica". "?Necesitamos gente cr¨ªtica!", grita al otro lado del tel¨¦fono.
Sonia est¨¢ comenzando un curso de doctorado. Su pasi¨®n es la ¨¦tica. Se ha inscrito en dos programas de filosof¨ªa y uno de ciencia pol¨ªtica. Y frente a quienes se permiten dudar de la capacidad de la gente de letras, esta joven madrile?a, que realiz¨® los dos ¨²ltimos cursos de filosofia en un solo a?o, a¨²n dispone de tiempo para emprender los estudios de Derecho en la UNED.
"Claro que permanezco, no tendr¨ªa sentido haber abandonado una carrera que, como la m¨ªa, Historia, no se puede emprender si no es con una verdadera vocaci¨®n". Es Sergio Su¨¢rez quien habla. Cree que "dedicarse a las humanidades, como se dec¨ªa en el reportaje de hace cuatro a?os, es luchar contra corriente". Una corriente que consiste, en su opini¨®n, en ver a las humanidades como "un adorno cultural".
Pero ah¨ª sigue, en la especialidad de Historia Contempor¨¢nea, y so?ando con una beca del CSIC que podr¨ªa permitirle integrarse en un proyecto de investigaci¨®n sobre la formaci¨®n del Estado, en el periodo liberal del reinado de Isabel II. Y reclamando una ense?anza "m¨¢s viva y m¨¢s cr¨ªtica, incluso "m¨¢s militante". El habla de "luchar para ganarse el puesto social que se reclama con tanta insistencia"
"Se potencian s¨®lo aquellas carreras en las que se ense?a a la gente a hacer algo, pero muy poco el para qu¨¦ hacerlo, saber en funci¨®n de qu¨¦ intereses se hacen las cosas", reflexiona Sergio. "No se ense?a a pensar cr¨ªticamente. Ni siquiera en nuestras facultades. No basta con quejarse de la desatenci¨®n social. Hay que luchar para reclamar esa atenci¨®n. Y en mi facultad yo no palpo esa lucha".
Algunas dudas
Antonio Uriarte, que se especializa en la rama de Prehistoria, confiesa que en ocasiones le asaltan "algunas dudas", pero no tanto sobre si hizo bien en elegir humanidades, sino sobre "si no tiene que dar demasiado a cambio de muy poco". "Te exigen mucho y a veces no notas que te reconozcan ese esfuerzo. Se refiere a "ese discurso permanente de ciertos profesores acerca de lo mal que est¨¢ todo, que te transmite la idea de que tambi¨¦n tu esfuerzo personal ser¨¢ in¨²til".Mar¨ªa Teresa Barroso, en quinto de la especialidad de Ling¨¹¨ªstica, coincide plenamente con el punto de vista de Uriarte: "Acabas teniendo la impresi¨®n de que todo se acaba en el aula, como si ¨¦sta constituyera un fin en s¨ª misma; no siempre encuentras el aliento hacia el placer de aprender por aprender".
Ni que decir tiene que los cinco mantienen en la facultad el nivel de brillantez acad¨¦mica con que ingresaron. Aunque la propia Mar¨ªa Teresa hace una precisi¨®n en este sentido. Cuenta que en los dos primeros a?os de la carrera tuvo unas calificaciones excelentes, y que a partir de tercero, coincidiendo con el momento en que empez¨® a estudiar "con mayor libertad personal", sus notas empezaron a ser peores. "Parece que, en muchos casos, no en todos, afortunadamente, lo mejor es supeditarte al gui¨®n del profesor, a su manual y a sus apuntes, y que por eso se te castiga en cuanto se advierte en un examen que te has desviado un poco, que has le¨ªdo demasiado a ciertos autores que no le caen bien al titular de la asignatura".
"Claro que eso sucede en todas las facultades, no s¨®lo en las de letras", precisa Sergio, "pero esa actitud es especialmente grave en el campo de las humanidades que, por definici¨®n, deber¨ªa ser el m¨¢s abierto a la permanente reflexi¨®n cr¨ªtica". "Se supone que los de humanidades ten¨ªamos que ser los m¨¢s abiertos, y a veces compruebo que es todo lo contrario".
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