Ros-Marb¨¤ confirma que se ha rebajado el sueldo como director musical del teatro Real

"Desde principios de este a?o y por iniciativa propia, mi sueldo como director musical del teatro Real ha sido reajustado a la baja", asegura Antoni Ros-Marb¨¢. El que desde noviembre de 1989 es director musical del Real no quiso hablar de cifras, pero considera que se gana con creces el sueldo que le paga Cultura. Juan Francisco Marco, director general del INAEM, cifr¨® en algo menos de 15 millones el nuevo salario anual del director, que hasta ahora cobraba 23. "Me molestan las opiniones de quienes piensan que no hago nada, porque no es cierto. Un teatro de ¨®pera no son s¨®lo cuatro paredes. Hay mil y una cosas que hacer antes de la inauguraci¨®n" a?adi¨® Ros-Marb¨¤.

Octubre de 1995 es la ¨²ltima fecha prevista para que se inagure el Teatro Real con un montaje del Don Giovanni de Mozart, dirigido por el propio Ros-Marb¨¤ y con direcci¨®n art¨ªstica de Lluis Pascual. El director asegura que existen cartas de compromiso para que sea as¨ª. "Tengo muchas ganas de que se inaugure de una vez. La fecha est¨¢ fijada, la programaci¨®n est¨¢ hecha y aprobada y a principios de 1995 est¨¢n previstas audiciones para formar la orquesta y el coro. Ahora falta que se nombre a la per sona que ocupar¨¢ el cargo de director del teatro", explic¨® el m¨²sico.La pol¨¦mica sobre su sueldo como director musical del Real, unos 23 millones de pesetas, es para Ros-Marb¨¤ fruto de la demagogia o de la ignorancia. "Muchos de los que han dicho que mi sueldo era muy elevado ignoran lo que es un teatro de ¨®pera. Las cosas en el mundo de la l¨ªrica hay que hacerlas con a?os de antelaci¨®n. A m¨ª me contrataron a finales de 1989 para inaugurar el Real en 1992. Ten¨ªa dos a?os para prepararlo todo y esto no es mucho tiempo. Despu¨¦s, la inauguraci¨®n se retras¨® a 1994 y finalmente se ha fijado para finales de 1995. Los retrasos no han sido culpa m¨ªa. Durante esta larga espera no se ha dejado nunca de trabajar y se han podido mejorar muchas cosas", asegur¨® el director musical del Real.

Antoni Ros-Marb¨¤ explic¨® que cuando dirige a la Orquesta Nacional de Espa?a (ONE), el Ministerio de Cultura le descuenta de su sueldo de director musical del Real el tiempo que pasa con la formaci¨®n sinf¨®nica que se financia con dinero p¨²blico. "A pesar de que me descuenta esa semana de trabajo yo no dejo de ir cada d¨ªa a mi despacho y lo mismo hago cuando dirijo una ¨®pera en el Teatro de la Zarzuela. Lo que cobro como director musical del Real es normal para el trabajo y la responsabilidad que tengo. Tanto en Espa?a como en cualquier otro pa¨ªs ser director musical de un teatro de ¨®pera tiene un valor que, se paga Adem¨¢s, si no me hubieran contratado a m¨ª ahora pagar¨ªan a otra persona y quiz¨¢ m¨¢s que a mi".

El m¨²sico catal¨¢n asegura que si hubiera seguido su trabajo como director de orquesta invitado hubiera ganado mucho m¨¢s dinero de lo que ahora gana. "No s¨®lo hubiera ganado m¨¢s, sino que no tendr¨ªa el peso de la responsabilidad que ahora tengo". ?Por qu¨¦ acept¨® el cargo?. "Hubo un momento en mi vida en el que me hart¨¦ de la provisionalidad que me ofrec¨ªan las orquestas espa?olas y me dediqu¨¦ durante muchos a?os a ser un director de orquesta free lance. Aquella fue, a nivel particular, la ¨¦poca m¨¢s tranquila y feliz de in? vida. El problema de ser siempre un director invitado es que tu trabajo jam¨¢s deja huella y lo que en realidad da satisfacci¨®n es el sello que dejas despu¨¦s de un trabajo continuado".

Los sucesivos retrasos en la fecha de inauguraci¨®n del Teatro Real no han perjudicado demasiado a la instituci¨®n desde el punto de vista musical, seg¨²n la opini¨®n de Ros-Marb¨¢. "La gente ha sido muy comprensiva cuando hemos tenido que dar marcha atr¨¢s a muchas de las cosas previstas. El equipo que ha trabajado conmigo hasta ahora es m¨ªnimo y algunas personas se han ido durante este tiempo, algunas las hemos recuperado, atr¨¢s no". "Lo importante ahora es que existen unas cartas de compromiso", indic¨® Ros-Marb¨¤, para quien la larga espera hasta que el Real se inaugure ha sido "muy pesada" y "una tortura". El director de orquesta no pudo evitar lamentarse: "Hay tantas cosas que hubiera podido hacer y no he hecho".