Polic¨ªa catalana
LA JUNTA de Seguridad de Catalu?a, en la que est¨¢n representadas la Administraci¨®n central y la Generalitat, ha aprobado el nuevo modelo policial para esta comunidad, uno de los puntos prioritarios fijados por Jordi Pujol en la agenda del giro auton¨®mico. El acuerdo potenciar¨¢ las funciones de los polic¨ªas auton¨®micos catalanes o Mossos d'Esquadra mediante un proceso gradual de crecimiento hasta alcanzar los 10.000 agentes en ocho a?os y la asunci¨®n de la responsabilidad del orden p¨²blico y la seguridad ciudadana en el territorio catal¨¢n.El despliegue de los mossos ir¨¢ acompa?ado de una reducci¨®n paralela de los efectivos de las Fuerzas de Seguridad del Estado que ahora cumplen estas funciones, pero tales fuerzas permanecer¨¢n en el conjunto del territorio catal¨¢n en virtud de determinadas misiones de ¨¢mbito supracomunitario: puertos y aeropuertos, aduanas, costas, r¨¦gimen de extranjer¨ªa, armas y explosivos, fraude fiscal, lucha antiterrorista, narcotr¨¢fico, etc¨¦tera. La polic¨ªa catalana no asumir¨¢ el control del tr¨¢fico, a diferencia de la vasca.
En el proceso de negociaci¨®n se ha descartado que el Cuerpo Nacional de Polic¨ªa y la Guardia Civil puedan depender de la Administraci¨®n auton¨®mica. Esa posibilidad es coherente con la l¨®gica de la Administraci¨®n ¨²nica defendida por Fraga; sin embargo, su aplicaci¨®n a la Polic¨ªa y Guardia Civil es vista con recelo por sectores del Partido Popular. El modelo ahora acordado se inspira en un esquema federal que funciona en pa¨ªses como Estados Unidos, Canad¨¢ o Alemania, donde existen cuerpos con amplias competencias territoriales, perfectamente compatibles con otros de ¨¢mbito superior especializados en delitos que por su propia naturaleza desbordan los l¨ªmites de una determinada comunidad.
Tras una d¨¦cada de debates, la revisi¨®n del modelo policial catal¨¢n se produce cuando la aritm¨¦tica parlamentaria ha convertido a Pujol en aliado necesario del poder socialista. Sin embargo, analizar el acuerdo en clave de chantaje supone olvidar que se trata de una competencia recogida en el estatuto, por m¨¢s que durante a?os el asunto no fuera una prioridad para CiU. Los mossos, unos 2.000 en la actualidad, se hab¨ªan limitado hasta ahora a tareas de custodia de edificios oficiales y escolta de personalidades, as¨ª como a competencias de escasa relevancia p¨²blica en ¨¢reas privativas de la Generalitat, como la protecci¨®n de menores o el juego.
Esta situaci¨®n tan acotada se amparaba en la Ley de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado de 1986, aprobada con los votos de CiU, que relegaba a los mossos a actuar como fuerza subordinada a otras polic¨ªas. La experiencia globalmente positiva de la polic¨ªa auton¨®mica vasca, que este mes completa su despliegue territorial, estimul¨® a las fuerzas pol¨ªticas catalanas a dar un giro en sus planteamientos. Ahora el problema es de coordinaci¨®n con las polic¨ªas estatales -punto d¨¦bil de la experiencia de la Ertzaintza- a fin de evitar duplicidades y despilfarro de medios t¨¦cnicos, pero tambi¨¦n rivalidades y cotos informativos que perjudican la eficacia del modelo descentralizado.
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