Aristide dice que los pilares de su pol¨ªtica en Hait¨ª ser¨¢n la democracia y la reconciliaci¨®n

"No hay reconciliaci¨®n posible sin justicia, ni justicia sin reconciliaci¨®n. Son aspectos de la misma realidad; la realidad de la democracia", dijo ayer el presidente de Hait¨ª, Jean-Bertrand Aristide, en una multitudinaria rueda de prensa, la primera que celebra desde su regreso triunfal, el s¨¢bado, despu¨¦s de tres a?os de exilio forzado. "Tenemos que escuchar a las v¨ªctimas. Tenemos que detener la violencia, la revancha".

El presidente Aristide reiter¨® los conceptos b¨¢sicos de su discurso del s¨¢bado: paz, democracia, seguridad y reconciliaci¨®n, a los que: llam¨® pilares de su pol¨ªtica en Hait¨ª. Anunci¨® severas medidas para frenar los pillajes, que se han multiplicado en los ¨²ltimos d¨ªas ante lo que parece un vac¨ªo de orden p¨²blico, y los actos de violencia aislada, para lo que reclam¨® la mayor cooperaci¨®n entre la polic¨ªa haitiana y los soldados norteamericanos.Aristide conden¨® de forma rotunda este tipo de atentados contra la propiedad privada y reiter¨® que se pondr¨¢n "todos los medios" para acabar con ellos. En ese punto, el l¨ªder haitiano, en un claro gesto tranquilizador a una intranquila clase empresarial haitiana y a una eventual inversi¨®n exterior, calific¨® de "indispensable" al sector privado, que ser¨¢ motor de la reconstrucci¨®n del pa¨ªs.

El presidente se declar¨® despierto y alerta, "a la escucha de la voluntad del pueblo haitiano" para poder as¨ª tomar las mejores decisiones, y formul¨® un ambicioso dec¨¢logo de trabajo con el que tratar¨¢ de hacer irrevocable la democratizaci¨®n del pa¨ªs: creaci¨®n de una comisi¨®n de trabajo entre los partidos pol¨ªticos y las diversas organizaciones ciudadanas para analizar qu¨¦ tipo de medidas econ¨®micas y sociales demanda el pa¨ªs; separaci¨®n de la polic¨ªa del grueso de las Fuerzas Armadas; descentralizaci¨®n de la estructura del Estado; reforma del poder judicial; cooperaci¨®n con las instituciones financieras internacionales; reforma del sector p¨²blico, y elecciones lesgislativas en diciembre pr¨®ximo y presidenciales en diciembre de 1995, a las que no se presentar¨¢ ya que la Constituci¨®n no permite la reelecci¨®n.

El presidente anunci¨® que el pr¨®ximo primer ministro, cuyo nombre es objeto de numerosas c¨¢balas pol¨ªticas, no proceder¨¢ de una de las familias ricas del pa¨ªs (lo que se interpreta como el descarte definitivo de Robert Malval), aunque s¨ª concedi¨® que estas familias obtendr¨¢n "algunos ministerios clave".