El intr¨ªngulis de la paz
Una vez superada la larga carrera de obst¨¢culos que ha representado esta primera etapa del camino hacia la paz en Irlanda del Norte, la verdadera dificultad del proceso que queda por recorrer aparece m¨¢s clara. El ¨²ltimo episodio de la guerra entre irlandeses, que ha durado 25 a?os, ha sido particularmente y desagarrador, pero la paz, parece, parad¨®jicamente, entra?ar m¨¢s dificultades pol¨ªticas.?C¨®mo encajar las piezas de un rompecabezas hist¨®rico de tal complejidad? ?C¨®mo llegar a un consenso m¨ªnimo de gobierno para Irlanda del Norte, donde persisten posiciones pol¨ªticas tan encontradas? Un conflicto que ha durado tres siglos requerir¨¢, razonablemente, como en su d¨ªa reconoci¨® el primer ministro irland¨¦s, Albert Reynolds, quiz¨¢s una generaci¨®n.
En Belfast -lo mismo que en su discurso de clausura del congreso del Partido Conservador en Bournemouth, la pasada semana- John Major insisti¨® ayer en que quiere restaurar la democracia local en el Ulster. Devolver a la atormentada provincia alguna clase de Asamblea aut¨®noma, organizada sobre la base de un consenso lo m¨¢s completo posible entre los diferentes partidos presentes Irlanda del Norte. La iniciativa de Londres y Dubl¨ªn parece todav¨ªa poco clara, y, seguramente, ser¨¢ uno de los temas que Major y Reynolds debatir¨¢n en su reuni¨®n del lunes.
Los comentaristas pol¨ªticos brit¨¢nicos reconoc¨ªan ayer que la forma que pueda tomar el autogobierno no est¨¢ a¨²n perfilada. Los partidos cat¨®licos tienen amargos recuerdos del Parlamento de Stormont, clausurado por los brit¨¢nicos a comienzos de los a?os setenta. En aquella asamblea siempre dominaron los protestantes, mayor¨ªa implacable en la poblaci¨®n -1,6 millones de personas- del Ulster.
De momento, el gesto casi simb¨®lico de abrir m¨¢s de 80 pasos fronterizos, cerrados desde hace 20 a?os, entre el Norte y el Sur de Irlanda anuncia la ca¨ªda de importantes barreras entre las dos partes de la isla.
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