Un ¨¦xito de Clinton
ESTADOS UNIDOS y Corea del Norte acaban de llegar a un acuerdo sobre uno de los temas que mayor inquietud ha suscitado en los pasados meses: el plan nuclear del r¨¦gimen norcoreano. La importancia de este acuerdo estriba en que liquida el ¨²nico caso en el mundo en que un r¨¦gimen comunista duro manten¨ªa un enfrentamiento con EE UU, no ya sobre temas pol¨ªticos o comerciales, sino sobre el arma nuclear. Los comentarios sobre ese contencioso hab¨ªan vuelto a poner de moda los horrores que el uso de la bomba at¨®mica puede provocar. La negociaci¨®n concreta en Ginebra ha durado 16 meses, con varias interrupciones en que parec¨ªa que toda soluci¨®n era imposible.No es extra?o, pues, que el acuerdo haya tenido una acogida favorable en todos los pa¨ªses. El presidente Clinton -que luch¨® por seguir adelante en la negociaci¨®n contra las tesis de los halcones- ha expresado su satisfacci¨®n diciendo que el compromiso de Ginebra "contribuir¨¢ a reforzar la seguridad de EE UU, la pen¨ªnsula coreana y el mundo". Pero algunos c¨ªrculos, sobre todo en Corea del Sur y en Jap¨®n, se preguntan si Clinton no ha ido demasiado lejos. Por ahora lo que est¨¢ claro es que en el acuerdo hay dos puntos de gran trascendencia que marcan un cambio radical en la posici¨®n anterior de Corea del Norte: la aceptaci¨®n de las inspecciones del Organismo Internacional para la Energ¨ªa At¨®mica (OIEA) y la sustituci¨®n de sus actuales centrales nucleares de grafito (sistema que genera plutonio utilizable para fines militares) por dos centrales de agua ligera (que no producen residuos de utilidad militar), que ser¨¢n suministradas por, EE UU, con financiamiento y ayuda t¨¦cnica de Corea del Sur.
El.punto que ha suscitado insatisfacci¨®n en Se¨²l y en Viena, sede de la OIEA, es la ambig¨¹edad que persiste sobre las inspecciones que este organismo podr¨¢ realizar sobre los materiales nucleares que han podido ser almacenados durante el periodo anterior al cambio del sistema de producci¨®n de energ¨ªa nuclear. Tema que, sin duda, deber¨¢ ser aclarado en ulteriores negociaciones.
Pero al lado de los aspectos t¨¦cnicos, la conclusi¨®n d¨¦ este acuerdo coincide con un momento pol¨ªtico fundamental en la. evoluci¨®n de Corea del Norte. El veterano l¨ªder Kim Il Sung, personificaci¨®n de un comunismo dogm¨¢tico y cuartelario, muri¨® el 8 de julio. Hasta ahora, la sucesi¨®n que ¨¦l mismo hab¨ªa preparado en la persona de su hijo, Kim Jong II, sigue rodeada de misterio. No se sabe hasta qu¨¦ punto el nuevo l¨ªder ha logrado hacerse con el control efectivo del Ej¨¦rcito y del partido ni qu¨¦ tendencias se van a imponer.
Un inmovilismo al estilo de lo que fue la pol¨ªtica del anterior dictador es cada vez m¨¢s dificil ante los cambios en el mundo, y especialmente en Asia. La rapidez relativa con la cual el acuerdo sobre el programa nuclear ha sido concluido parece un signo positivo. Pero ahora queda por ver la aplicaci¨®n de ese acuerdo y, al mismo tiempo, la actitud que Kim Jong Il va a adoptar ante temas insoslayables como la negociaci¨®n con la otra Corea con vistas a una eventual unificaci¨®n.
EE UU ha asumido compromisos importantes en el acuerdo de Ginebra para ayudar a una integraci¨®n de Corea del Norte en un sistema normal de relaciones internacionales: se abrir¨¢n oficinas diplom¨¢ticas en las dos capitales, lo cual es una etapa previa para que se puedan normalizar los lazos diplom¨¢ticos. En un pa¨ªs como Corea del Norte, donde el r¨¦gimen no ha permitido ni la m¨¢s leve liberalizaci¨®n, es probable que el camino chino, o sea, un acercamiento al mundo capitalista a partir de relaciones comerciales cada vez m¨¢s extensas y del surgimiento de capas sociales ligadas a ese comercio, sea el m¨¢s adecuado para alejarse del estancamiento dogm¨¢tico que ha predominado hasta ahora. En todo caso, la experiencia de la aplicaci¨®n del compromiso nuclear ser¨¢ un prueba esencial para saber si existe un deseo real de integrarse en las instituciones internacionales.
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