Enriquecen el programa Abbas Kiarostami y Milko Manchevski, dos grandes revelaciones

La Seminci vallisoletana dio a conocer el a?o pasado la bell¨ªsima filmograf¨ªa de un veterano cineasta iran¨ª llamado Abbas Kiarostami, hasta entonces desconocido y desde entonces considerado como una de las grandes revelaciones del cine reciente. Ayer se proyect¨® aqu¨ª su ¨²ltima pel¨ªcula, Entre los olivares, donde su singular estilo alcanza un extremo despojamiento. Completaron la jornada Antes de la lluvia, primer largometraje del jovenc¨ªsimo cineasta macedonio Milko Manchevski, que arras¨® en el ¨²ltimo Festival de Venecia, y Camilla, que pasar¨¢ a la historia como la ¨²ltima aparici¨®n en la pantalla de la gran actriz estadounidense Jessica Tandy, muerta hace dos meses.

El nombre de Abbas Kiarostami permanec¨ªa encerrado en las n¨®minas del cine de su pa¨ªs, Ir¨¢n, hasta que el a?o pasado este festival proyect¨® la totalidad de su obra iniciada hace 24 a?os, en 1970 , y las fronteras de Europa comenzaron a abrirse a pel¨ªculas m¨¢s que notables, realizadas con gran limpieza, alt¨ªsimo rigor y en las que, fuera de las presiones de la comercialidad inmediata, emergi¨® de pronto el sello de un estilo personal¨ªsimo, casi incatalogable, que fue sancionado en el Festival de Cannes de 1993 con la concesi¨®n del premio Roberto Rosellini a su filme La vida contin¨²a y, un a?o despu¨¦s, hace s¨®lo cinco meses, y en ese mismo marco, con la proyecci¨®n en concurso -y triunfo en el premio de la cr¨ªtica internacional o Fipresci- de Entre los olivares, que es el filme exhibido aqu¨ª en la segunda jornada de la Seminci.Entre los olivares es una pel¨ªcula argumentalmente deudora de la anterior, La vida contin¨²a, ya que cuenta, en forma de falso documento, una ficci¨®n entresacada del rodaje de esta ¨²ltima. Es la forma que Kiarostami tiene de abordar una obsesi¨®n que se mueve en su imaginaci¨®n desde sus primeras incursiones y balbuceos detr¨¢s de una c¨¢mara: el manoseado asunto del cine sobre cine, que generalmente da lugar a pel¨ªculas t¨®picas y archisabidas, pero que ahora, a trav¨¦s de la mirada de este raro y poderoso cineasta, adquiere una vertiente in¨¦dita, un sabor a descubrimiento. Y es ah¨ª donde hay que buscar la impagable aportaci¨®n de este nuevo gran nombre del cine actual a la evoluci¨®n del lenguaje visual su desarmante manera de convertir la tradici¨®n en innovaci¨®n, lo viejo en nuevo, lo repetido en reci¨¦n dicho. El cine europeo, muy necesitado de nuevas formas de mirar las cosas de siempre, busca la manera de enrolar a Kiarostami en sus n¨®minas y, del resultado de este secuestro, hay que esperar, cuando menos, algo ins¨®lito: mejor o peor, pero en cualquier caso fuera de norma.

Algo parecido, aunque desde pautas estil¨ªsticas muy distintas, casi opuestas, es lo que supone para el cine europeo la s¨²bita revelaci¨®n hace poco m¨¢s de un mes en el Festival de Venecia- de un cineasta in¨¦dito, el ex yugoslavo y ahora cineasta de la reci¨¦n nacida rep¨²blica de Macedonia Milko Manchevski. ?ste, su primer largometraje, se titula Despu¨¦s de la lluvia y es ya un acontecimiento cinematogr¨¢fico de alcance mundial, tanto por lo que contiene de mirada in¨¦dita, como por la verdad con que esta notable pel¨ªcula nos introduce, con sinceridad y violencia, en algunas claves del laberinto balc¨¢nico, del infierno yugoslavo. Su grave relato, su manera sin precedentes de revelar que la tragedia hist¨®rica que asola su pa¨ªs no es una guerra local, sino el embri¨®n de un desastre que concierne en carne viva a toda Europa, es de una capacidad de convicci¨®n aterradora y, por ello, no hace falta a?adir que saludable por su contagiosa clarividencia. Dar¨¢ que hablar, ya lo est¨¢ haciendo. Cine europeo en el sentido profundo del t¨¦rmino, pues nadie aqu¨ª, tras ver Despu¨¦s de la lluvia, se atrever¨¢ a decir que lo que ha contemplado en la pantalla no es asunto suyo.